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Lombrices y parásitos, lo que debes saber

Lombrices y parásitos, lo que debes saber

Desde hace siglos ha existido una auténtica preocupación por eliminar del organismo los bichos y lombrices que se instalan en el sistema gastrointestinal. Un claro ejemplo de ello es que desde la antigüedad y hasta nuestros días se han utilizado un sinnúmero de remedios naturales y caseros con el objetivo de erradicarlos, ya que suelen causar molestias que afectan la calidad de vida de las personas.

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Sin embargo, se ha comprobado que estos remedios tradicionales son altamente peligrosos, especialmente si no se consulta al médico.

Por todo esto, y con la finalidad de conocer más sobre este tema, es necesario aclarar ciertas dudas comunes acerca de algunos mitos sobre lombrices y otros bichos intestinales.

 

Principales mitos sobre las lombrices y los parásitos

Cuando un niño o adulto rechina los dientes por la noche es porque tiene lombrices

Mito. Quizá ésta es una de las creencias más extendidas, sin embargo, es completamente falsa. El rechinar puede provocarlo la tensión. Así como hay personas que roncan, hay otras que rechinan los dientes al dormir.
 

Salivar o babear de manera excesiva al dormir es síntoma de la presencia de parásitos intestinales

Mito. Tampoco hay relación alguna. Si la gente babea por las noches es porque se relaja y abre la boca. Aún despiertos, si uno se quedara un rato con la boca abierta, también salivaría abundantemente.

Cuando un pequeño tiene el estómago abultado se dice que puede tener lombrices

Realidad. Las personas con parásitos intestinales o helmintiasis pueden presentar, entre otros síntomas, distención abdominal, por lo que si un niño muy delgado tiene el abdomen inflamado, existe una probabilidad, entre otras muchas, de que esto se deba a la presencia de lombrices, y otros parásitos intestinales.

Los bichos provocan flatulencias

Realidad. Si bien no se puede culpar siempre a los parásitos intestinales de causar gases a las personas, pues estos dependen también de la dieta que se siga, es un hecho que son uno de los principales síntomas de parasitosis intestinales.

Cuando a un niño le pica el culito, es porque tiene lombrices

Realidad. Existen ciertos parásitos intestinales, sobre todo algunas lombrices, que provocan este tipo de síntomas. Por ejemplo, los oxiuros provocan comezón en la piel del ano al desovar, por lo que es común presentar picazón en la región perianal.


Los parásitos intestinales son causantes de fatiga y cansancio

Realidad. Sin duda es otro síntoma de la presencia de parásitos, pues algunas lombrices -como las uncinarias- se alimentan de sangre y de la comida que ingieren las personas, lo que en niños pequeños también puede ocasionar retraso en el crecimiento y dificultades de aprendizaje. Sin embargo, la sola presencia de fatiga no se puede atribuir en todos los casos a una enfermedad parasitaria.

La desparasitación se recomienda sólo en época de calor

Mito. Si bien es cierto que en época de calor se presenta mayor incidencia de parásitos intestinales, pues algunos se reproducen con mayor facilidad en un clima caliente/húmedo, también lo es que debemos desparasitarnos en cualquier época del año. En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda desparasitar a toda la familia cada seis meses se tengan síntomas o no.

Los tratamientos de desparasitación son muy agresivos, por lo que después de tomarlos, es necesario quedarse varios días en casa

Mito. Hace algunos años había tratamientos muy largos –de hasta veintiún días– y tenían muchos efectos secundarios. Sin embargo, actualmente existen tratamientos seguros y eficaces de un solo día que no provocan malestar alguno y que en una sola toma eliminan los parásitos gastrointestinales más comunes de niños y adultos.

Los bichos se transmiten a través de un beso

Mito. La saliva no es transmisora de parásitos intestinales. Sólo una mala higiene puede contribuir a la transmisión de estos bichos, ya que se encuentran en las heces fecales.
 

Al desparasitarse se evacúan lombrices

Mito. Esto sólo sucede en los casos de las personas infectadas con lombrices. Incluso, éstas se evacuarán de manera regular sin la ayuda de un desparasitante.
 

Los animales transmiten parásitos intestinales a los humanos y viceversa

Mito. Los humanos y los animales tienen sus propios parásitos intestinales. No obstante, las mascotas pueden volverse portadoras de los parásitos de los humanos y por tanto, un elemento más de la cadena de contagio.
 

Si al comer se presenta dolor de estómago es porque se tienen bichos

Mito. El dolor de estómago puede ser por muchas razones, desde un cólico o una indigestión hasta una enfermedad grave. En este caso es siempre importante no tomar medicamento para el dolor y acudir con el médico para evitar enmascarar un padecimiento más grave.
 

Las personas que extreman precauciones en su higiene están libres de parásitos intestinales

Mito. Si bien es cierto que el riesgo de contagio es menor cuando se tienen los correctos hábitos de higiene, también lo es que al ingerir agua o alimentos contaminados con los huevecillos de algunos bichos las personas pueden infectarse y convertirse en portadores de estos organismos.

 

Factores de riesgo

-Ser jóvenes: es más probable que tenga estos parásitos un niño de edad comprendida entre 5 y 10 años que un adulto. Se debe tener cuidado porque estos suelen tener una propagación muy fácil.

-Vivir en lugares con mucha gente: las personas que viven en instituciones tienen un mayor riesgo de tener parásitos.

 

Más vale prevenir que curar

Es importante hacer de la desparasitación un hábito familiar que se lleve a cabo cada seis meses, no obstante, si después del tratamiento algún síntoma como gases, inflamación, eosinofilia, o irregularidad en las evacuaciones (ya sea diarrea o estreñimiento) persiste, se debe acudir al médico para que este evalúe al paciente y prescriba el tratamiento adecuado.

Si ya existe una infección de parásitos y quieres prevenir una reinfección:

- Cambia de ropa interior y de ropa de cama a diario si es posible.

- Lava la ropa con agua caliente para evitar huevos. Seca la ropa a la temperatura máxima.

- Evitar rascarse en la zona del ano, cortarle las uñas para evitar que haya menos espacio entre uña y yema para la acumulación de huevos. Es importante no permitirle que se muerda las uñas.

- Lavarse las manos con frecuencia.

- El lavado de la mañana es el más importante porque ponen los huevos por la noche.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 15-03-2022

Redacción: Dr. Gerardo Casanova

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