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¿Qué es el alumbramiento y cuánto dura?

¿Qué es el alumbramiento y cuánto dura?

El alumbramiento es la tercera y última fase del parto, en la que se expulsa la placenta y las membranas que protegían al bebé durante el embarazo. Ocurre después del nacimiento del bebé y marca el final del proceso del parto.

Índice

Fases del alumbramiento

Desprendimiento de la placenta: Se contrae el útero y la placenta comienza a separarse de la pared uterina. Este proceso suele ocurrir en los primeros 5-30 minutos tras el parto.

Expulsión: La placenta y las membranas salen por la vagina, con la ayuda de contracciones leves y, en algunos casos, un pequeño empuje o maniobras médicas si es necesario.

Revisión y control del sangrado: El médico o partera verifica que la placenta haya salido completa y controla el sangrado para evitar hemorragias.

En algunos partos, se administra oxitocina para acelerar el proceso y reducir el riesgo de hemorragia postparto.

¿Cuánto dura el alumbramiento?

El tiempo varía según cada mujer y tipo de parto, pero generalmente dura entre 5 y 30 minutos. Sin embargo, en algunos casos puede extenderse hasta una hora si la placenta tarda en desprenderse.

Tipos de alumbramiento

1- Alumbramiento espontáneo: la placenta sale de manera natural sin intervención.

2- Alumbramiento dirigido: se usa oxitocina y maniobras para acelerar el proceso y reducir el riesgo de sangrado.

3- Alumbramiento manual: se extrae la placenta manualmente en casos donde no se expulsa de forma natural, generalmente bajo anestesia.

Cuidados después del alumbramiento

Después de la expulsión de la placenta, el cuerpo inicia su recuperación y es importante que sigas estos consejos para evitar complicaciones:

1. Control del sangrado (loquios). Es normal experimentar sangrado vaginal durante varias semanas después del parto. El flujo será rojo intenso al principio y disminuirá con el tiempo hasta volverse rosado, marrón y luego amarillento. Si el sangrado es muy abundante o con coágulos grandes, es importante acudir al médico.

2. Contracciones postparto ("entuertos"). El útero sigue contrayéndose para volver a su tamaño normal. Estas contracciones pueden ser más intensas al amamantar, debido a la liberación de oxitocina.

3. Hidratación y alimentación. Beber suficiente agua y mantener una dieta equilibrada ayuda a la recuperación y a la producción de leche materna. Consumir alimentos ricos en hierro (espinaca, lentejas, carne roja) es clave para reponer la sangre perdida.

4. Higiene íntima. Lavar la zona perineal con agua tibia y jabón neutro después de orinar o defecar. Si se ha hecho episiotomía, hay que vigilar que los puntos no se infecten y mantenerlos siempre secos y limpios. Evitar tampones y duchas vaginales durante al menos 6 semanas.

5. Descanso y recuperación. El cuerpo necesita tiempo para sanar, por lo que es fundamental descansar lo máximo posible. Pide ayuda a familiares o amigos para evitar el agotamiento y delega en los demás todo lo que no sea el cuidado del bebé y el tuyo.

6. En caso de cesárea, evitar levantar peso y vigilar signos de infección en la herida.

7. Revisión médica posparto. Se recomienda acudir a la consulta médica entre 4 y 6 semanas después del parto. Es importante evaluar la recuperación del útero y descartar complicaciones.

8. Salud emocional. Los cambios hormonales pueden causar tristeza o ansiedad (baby blues), pero si los síntomas son intensos o prolongados, es importante buscar apoyo. Mantener comunicación con la pareja y familiares ayuda a sobrellevar mejor esta etapa.

Complicaciones del alumbramiento

El alumbramiento suele ser un proceso natural y sin problemas, pero en algunos casos pueden surgir complicaciones que requieren atención médica. Estas son las más comunes:

1. Retención placentaria: ocurre cuando la placenta no se expulsa completamente dentro de los 30-60 minutos posteriores al parto. Puede ser de tres tipos:

Placenta adherida: No se desprende por completo de la pared del útero.

Placenta retenida en el cuello uterino: Se desprende, pero queda atrapada en el útero.

Acretismo placentario: La placenta está adherida profundamente al útero, lo que puede causar sangrado severo y requerir cirugía.

La retención puede causar Infección, hemorragia, necesidad de extracción manual o quirúrgica.

2. Hemorragia posparto (HPP): es la pérdida de sangre mayor a 500 ml en un parto vaginal o más de 1.000 ml en una cesárea.

Causas:

Atonía uterina (cuando el útero no se contrae adecuadamente).

Retención de restos placentarios.

Desgarros en el canal de parto.

Trastornos de coagulación.

El tratamiento consiste en la administración de oxitocina, masajes uterinos, transfusión de sangre o cirugía en casos graves.

Puede causar shock hipovolémico y necesidad de histerectomía (extirpación del útero) en casos extremos.

3. Inversión uterina: el útero se da la vuelta parcial o completamente al intentar expulsar la placenta con demasiada fuerza. Es una condición rara, pero peligrosa.

Causa dolor intenso, hemorragia severa y shock. Se requiere intervención inmediata.

4. Infección puerperal: ocurre cuando bacterias ingresan al útero después del parto, causando inflamación.

Síntomas:

Fiebre alta (>38°C).

Dolor abdominal intenso.

Flujo vaginal con mal olor.

Malestar general.

El tratamiento consiste en antibióticos y control médico.

Tiene riesgo de sepsis (infección grave en la sangre) si no se trata a tiempo.

5. Desgarros y lesiones del canal de parto: ocurren en el cuello uterino, la vagina o el perineo (zona entre la vagina y el ano).

Pueden ser leves (grado 1 y 2) o graves (grado 3 y 4, afectando esfínteres y recto).

Pueden causar dolor prolongado e incontinencia fecal en casos graves.

6. Coágulos sanguíneos y trombosis: después del parto, el cuerpo tiene mayor riesgo de formar coágulos en las venas profundas (trombosis venosa profunda). Los síntomas son hinchazón, dolor en una pierna, calor y enrojecimiento. Para evitarlo, se aconseja moverse y andar en cuanto sea necesario y, si es necesario, administrar anticoagulantes.

Hay riesgo de embolia pulmonar si un coágulo viaja a los pulmones, lo cual puede ser mortal.

¿Cuándo buscar ayuda médica?

Si después del parto experimentas:

- Sangrado excesivo o persistente.

- Fiebre alta o flujo con mal olor.

- Dolor intenso que no mejora.

- Dificultad para respirar o hinchazón en las piernas.


Fuente:

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Fecha de actualización: 10-04-2025

Redacción: Irene García


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