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Estoy amamantado y siento una bolita en el pecho… ¿qué será?

Estoy amamantado y siento una bolita en el pecho… ¿qué será?

Durante la lactancia materna, una etapa maravillosa en la vida de toda mujer, pueden originarse malestares, dolores e incluso pueden notarse algunos bultos en los senos mamarios, órganos secretores del pecho que se encuentran sobre el pecho y que tienen como función principal alimentar al recién nacido.

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Indice

 

El estado de los pechos durante la lactancia

Los senos mamarios (o mamas) contienen las glándulas mamarias formadas por tejido conjuntivo, grasa y tejido que pueden producir leche materna; la aréola, el círculo moreno que rodea el pezón o protuberancia de la mama; y el pezón, parte que sobresale en las mamas de las mujeres y por el que maman los bebés.

Normalmente, durante la lactancia los senos de la madre están inflamados y doloridos, sobre todo entre el segundo y el quinto día de haber dado a luz y es normal que estos se vuelvan más grandes, pesados y con algo de sensibilidad debido a la producción de la leche materna. Pero hemos de saber que esta sensación suele reducirse en las dos o tres semanas siguientes al nacimiento, por lo que después estos deberían sentirse más suaves incluso teniendo buena producción de leche materna.

Sin embargo, si notamos los pechos duros, hinchados, sensibles al toque o dolorosamente llenos, es probable que sintamos una hinchazón más fuerte que podría incluso extenderse hacia las axilas llegando a causar algo de fiebre. Esta hinchazón suele complicar la lactancia ya que una aréola dura es un reto para cualquier bebé que intenta agarrarse de manera eficaz provocando además dolor en los pezones de la mamá e incluso poca producción de leche materna. Además, esta hinchazón podría causar problemas serios de salud por lo que lo más recomendable sería llamar al médico si nuestros pechos están duros y duelen, si tenemos 38º C de fiebre o si nuestro bebé tiene problemas para amamantar.

 

Significado de las bolitas en el pecho

No obstante, también pueden aparecer algunas bolitas en nuestro pecho mientras estamos lactando. Al principio, aunque la formación de estos bultos no tiene mayor importancia, hay que prestarles mucha atención ya que puede resultar en algunas ocasiones bastante peligroso si estos no son tratados a tiempo y podrían llegar a desembocar en algo más serio, como la mastitis. Los bultos son una masa de tejido que se desarrolla en el seno y varían en tamaño y textura. Además, podrían causar dolor o incluso descargas en el pezón. Hay que tener en cuenta también que algunos no se descubren hasta que se hace un determinado examen físico o por imágenes, aunque la mayoría de ellos suelen ser benignos.

Los bultos o pequeños quistes en las mamas, por tanto, son pequeñas protuberancias que pueden ser blandas o duras y que se encuentran por debajo de la superficie del seno. Estos pueden ser dolorosos, pero no suelen ser malignos como decíamos. En este caso, es decir, en las mujeres que están en el proceso de lactancia, dichos quistes son conocidos con el nombre de quistes de leche (o galactocele), son inocuos y tienen leche líquida o espesa. Normalmente si aparecen lo hacen porque se produjo un destete de manera muy brusca. En el caso de no tratarse, esta puede infectarse y progresar en una mastitis.

La mastitis es probablemente uno de los problemas más comunes que aparecen en el pecho de la madre durante la lactancia, y por ello es muy importante prevenirla prestando, además, muchísima atención a la higiene y a las grietas en los pezones. Esta inflamación en las mamas puede deberse a alguna infección causada, por ejemplo, por la penetración de microbios en el interior de la glándula mamaria a través de grietas o cortes en los pezones o bien puede estar provocada por el estancamiento de leche en el interior del seno al saltarnos una de las tomas. En otros casos, por ejemplo, la mastitis puede deberse a un descenso temporal de nuestras defensas inmunitarias. Y, en último lugar, la mastitis puede deberse a la costumbre de llevar sujetadores ajustados o por sostener nuestro pezón en forma de pinza durante la toma, es decir, hacer la pinza con nuestros dedos en el pezón.

Pero si nuestro bebé se agarra bien desde el principio lo más probable es que no surjan problemas, como las temidas grietas en los pezones, una insuficiente producción láctea o que el bebé no coja suficiente peso. Por eso, es muy importante que la madre sepa cómo tiene que colocar a su bebé y que reciba asesoramiento de los profesionales del hospital donde dio a luz, ya que no es algo instintivo. Lo más importante, por tanto, es que el niño se acerque al pezón, acercando sus labios al pecho ayudándole a encontrarlo; y que la boca abarque pezón y parte de la aréola. Su lengua debe estar debajo del pecho. 

 

Razones por las que aparecen los bultos en el pecho

- Presionar con el dedo sobre nuestro pecho para dejar aire al bebé mientras mama es algo muy común que solemos hacer, pero debemos saber que esta “costumbre” puede acabar obstruyendo los conductos lácteos. Y si esto sucede es muy probable que se formen los bultos dolorosos de los que hablamos. A la hora de alimentar a nuestro bebé lo ideal es que masajeemos y apretemos suavemente nuestros senos cuando el pequeño esté descansando. ¿Por qué? Pues bien, un masaje suave puede destapar un conducto obstruido y, por último, se debe extraer la leche que quede en nuestros senos una vez nuestro hijo termine de alimentarse para evitarlo.

- Nuestro bebé se agarra mal con una succión poco eficaz. Esto puede desembocar en pequeños bultitos o quistes en nuestro seno porque si nuestro pequeño no es capaz de succionar adecuadamente toda la leche producida se acabará acumulando.

- Cuando, por ejemplo, se reduce la frecuencia de las tomas o se aumenta el tiempo entre una y otra, también se puede llegar a producir el mismo efecto: un exceso de leche acumulada que va a originar, por tanto, la aparición de los bultitos.

- Además, vestir ropa demasiado ajustada podría bloquear los conductos lácteos. Por ello lo ideal es vestir ropa más cómoda y anchita para evitar sobre los conductos tanta presión.

- Finalmente, debemos prestar atención al adaptar determinadas posturas al dormir ya que algunas pueden llegar a ejercer demasiada presión también y bloquear los conductos lácteos al igual que sucede con la ropa prieta.  


Fuente: 

Alba lactancia materna, "Obstrucción, mastitis y absceso" http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-2-como-superar-dificultades/obstruccion-mastitis-y-abceso/

Fecha de actualización: 24-02-2020

Redacción: Irene García

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