¿El sangrado de implantación duele?
El sangrado de implantación no es otra cosa que un ligero sangrado que se produce a veces cuando el óvulo fecundado se implanta en el endometrio. Este hecho no es doloroso, aunque es posible notar ciertos dolores abdominales, similares a los de la regla, en estos primeros días de embarazo.
Índice
- ¿Qué es el sangrado de implantación?
- ¿El sangrado de implantación supone algún riesgo para el embarazo?
- ¿Existen otros síntomas de la implantación embrionaria?
- ¿Qué se debe hacer en el caso de tener el sangrado?
¿Qué es el sangrado de implantación?
Muchas mujeres, cuando están intentando quedarse embarazadas, notan un pequeño sangrado, de color marrón o rosado, unos días antes de que les tenga que venir la regla, lo que pueden confundir con la menstruación. Se estima que un tercio de las embarazadas padece este sangrado. Sin embargo, es el sangrado de implantación, un sangrado ligero causado por la implantación del embrión humano o anidación del blastocisto (nombre que se da al embrión en su primera fase) en la mucosa del endometrio del útero, donde se alojará para crecer y desarrollarse.
Al llegar a la pared del útero, este blastocisto produce unas enzimas que erosionan la pared del útero para anclarse a ella, lo que puede producir una leve hemorragia a medida que el blastocisto se va introduciendo en ella.
Asimismo, en estos días aumenta la cantidad de vasos sanguíneos y la irrigación al útero, lo que hace que sea más fácil que se produzca la hemorragia.
No obstante, este proceso de implantación no es doloroso, de hecho, muchas mujeres ni siquiera lo notan ya que no siempre se sangra.
Lo que sí es posible es que se noten unas ligeras molestias abdominales, similares a las de la menstruación, que pueden darse en el momento de la implantación o unos días después. Este dolor no tiene que ser fuerte ni durar mucho tiempo.
Por último, para distinguir el sangrado de implantación de la menstruación debes saber que este sangrado es más ligero y claro. Suele ser de color parduzco, sin coágulos de sangre, y se produce entre 6 y 12 días después de haber mantenido relaciones sexuales y de la fecundación.
Asimismo, no dura más de 1 o 2 días y puede ir acompañado de otros síntomas propios de las primeras semanas de embarazo como cansancio, sueño, náuseas, aumento de ganas de hacer pipí, hinchazón, etc. Este sangrado de la implantación puede ser fácilmente confundido con el síndrome premenstrual ya que está acompañado de molestias en hipogastrio, irritabilidad o el insomnio (que pueden estar asociadas tanto al síndrome premenstrual como a las primeras semanas de embarazo.
Piensa que las características de cada sangrado varían (cantidad, color, duración), por lo que, si tienes dudas, deberías acudir a los especialistas de medicina para que observen si ocurre algo.
Para salir de dudas y saber si era el sangrado de implantación o un sangrado vaginal causado por otros motivos (regla, quistes, problemas hormonales…), lo mejor es hacerse una prueba de embarazo en torno a la fecha de la regla. Los test actuales en seguida reaccionan a la hormona del embarazo, la hormona gonadotropina coriónica humana hCG, por lo que rápidamente se puede saber si se ha logrado el embarazo o no. No obstante, deberás esperar al menos al día de la regla para hacerte una prueba de orina; los análisis de sangre detectan cantidades menores de hCG y pueden hacerse un poco antes.
¿El sangrado de implantación supone algún riesgo para el embarazo?
No existe ninguna evidencia de que el sangrado de implantación esté relacionado con un embarazo problemático o ectópico (por ejemplo). Tampoco se puede relacionar este tipo de sangrado con los abortos ni con ningún peligro para el bebé.
Esta confusión puede venir de que algunos problemas gestacionales (especialmente los referentes al aborto) pueden ir asociados a un sangrado. Ten en cuenta que los sangrados relacionados con los problemas gestacionales suelen ser como la menstruación. Es un sangrado notablemente más intenso y suele llega con dolores y otros síntomas que lo identifican. Por otro lado, los abortos y los embarazos ectópicos ocurren muchas veces sin ningún tipo de sangrado, por lo que no hay razón para asociar un fenómeno con el otro.
¿Existen otros síntomas de la implantación embrionaria?
Otros síntomas que pueden ser significativos y pueden ser el resultado de que la implantación embrionaria haya sido un éxito son:
- Cólicos de uno o dos días de duración, similares al dolor que se siente durante la menstruación.
- Ligera hinchazón en los pechos, sobre todo en la aréola y en el pezón.
- Ganas frecuentes de orinar: esto se debe a los niveles de hormonas que hacen que el útero crezca y presione tu vejiga.
- Molestias por diarrea o estreñimiento, también puede acompañarse de acidez de estómago.
- Somnolencia, sobre todo después de las comidas
- Náuseas e incluso vómitos, especialmente después de despertarte a primera hora del día (suele darse a partir de la segunda semana).
- Aborrecimiento de la comida, tabaco y ciertos olores (normalmente fuertes).
- Aumento del dolor de pecho: durante el embarazo los pechos cambian rápidamente, preparándose para alimentar al bebé.
A pesar de que estos síntomas son los más frecuentes cuando las cosas van bien, en muchas ocasiones la mujer está asintomática. También se puede dar la situación contraria donde una mujer puede tener todos los síntomas y el embarazo pudo no haberse producido finalmente. Cada cuerpo y cada persona son diferentes, por lo que es necesario esperar hasta el día de la prueba de embarazo para comprobar si estás embarazada o no.
¿Qué se debe hacer en el caso de tener el sangrado?
En el caso de percibir el sangrado de implantación, tranquila porque no hay que tomar ninguna medida especial. En el caso de que tuvieses alguna duda se recomienda consultar con tu ginecólogo. Él puede confirmarte si se trata de un sangrado de implantación del embrión o no. Según tu caso el ginecólogo te dará las pautas para proceder al respecto de la mejor manera posible.
No obstante, el sangrado después de la implantación, en la mayoría de los casos no se manifiesta más que con ligeras molestias (en el peor de los casos), por lo que no suele requerir de ningún tipo de atención adicional. Aun así, una valoración y asistencia adecuadas puede ayudarte a entender que estás en una etapa normal del embarazo.
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La fecha de embarazo se calcula añadiendo 280 días al primer día de la última regla de la mujer gestante. Este dato dará la fecha prevista de parto y permite calcular el tiempo de gestación.
Fuentes:
Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.
Fecha de actualización: 02-03-2021
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