¿En el embarazo es normal tener cólicos?
Durante todo el embarazo es normal sentir ciertas molestias como dolor de cabeza, de espalda, náuseas, ardores o cólicos. Estos síntomas están causados por los grandes cambios físicos que se producen en el organismo de la mujer, por lo que no debes preocuparte siempre que los dolores sean leves, desparezcan al descansar o tomar un analgésico y no vayan acompañados de otros síntomas como sangrado vaginal abundante, fiebre, etc.
Índice
Causas de los cólicos en el embarazo
Los cólicos o dolores abdominales, similares a los de la menstruación, pueden darse durante todo el embarazo ya que existen diversos motivos en medicina que causan este tipo de molestias:
1- Implantación del embrión. Cuando se produce la implantación del óvulo fecundado en las paredes uterinas puede producirse un ligero dolor en el abdomen que dura un par de días. Puede ser agudo o sostenido pero lo normal es que no sea muy molesto y que se pase rápido. La implantación, además, puede ir acompañada de un ligero sangrado unos 3 o 4 días después de sentir este dolor.
2- Crecimiento del útero. A medida que el útero crece, los ligamentos del útero se estiran para dar cabida al bebé. Son especialmente molestos y dolorosos los estiramientos del ligamento redondo del útero, un músculo que sale de las trompas rodeando al útero y que lo conecta con la ingle a través del canal inguinal llegando a los labios mayores. Este ligamento se contrae y relaja como cualquier músculo cuanto se te levantas, te ríes o estornudas y, a partir de la semana 16 de embarazo, puede causar un dolor agudo y fuerte en la pelvis, que puede extenderse por la ingle, sobre todo al realizar ciertos movimientos o adoptar ciertas posturas (andar, toser, reír, estornudar, hacer ejercicio). Puede sentirse en ambos lados o solo en uno y, generalmente, dura solo unos segundos y desparece solo.
3- Contracciones. Desde la mitad del embarazo puedes experimentar las contracciones de Braxton Hicks, contracciones musculares que no son de parto y sirven para preparar al útero para el parto. Normalmente el dolor es leve e incluso puede no notarse hasta el tercer trimestre de embarazo, cuando empiezan a hacerse más intensas y frecuentes ya que el parto se acerca. Puedes distinguir estas contracciones de las contracciones de parto porque el dolor desaparece al cambiar de postura, son irregulares y duran entre 30 segundos y un minuto.
4- Problemas estomacales. Los problemas estomacales son muy habituales en el embarazo debido al aumento de la hormona progesterona, que ralentiza la digestión, y al incremento del tamaño del útero, que presiona todo el aparato digestivo. Esto puede hacer que aparezcan náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, ardores, gases… problemas que también pueden causar cólicos o dolores a la altura del abdomen.
5- En la recta final los ligamentos y articulaciones se relajan cada vez más para permitir el parto, por lo que es frecuente sentir un dolor en la zona de la pelvis que se extiende hacia la vejiga, el estómago, el recto…
Motivos de alarma
Además de las causas antes indicadas, que no revisten gravedad, es posible que aparezcan cólicos en el embarazo causados por otros problemas que sí pueden ser graves y que requieren acudir al médico de inmediato:
- Aborto espontáneo: el aborto es la pérdida del feto antes de la semana 20 de embarazo. Generalmente ocurre en las primeras 8 semanas de gestación debido a alguna malformación cromosómica y suele ir acompañado de otros síntomas como sangrado abundante y de color rojo intenso, más fuerte que el de una menstruación y acompañado de coágulos; dolor abdominal fuerte que no se pasa con nada, malestar general y, en algunos casos, fiebre.
- Infección: tanto las infecciones de las vías urinarias altas (cistitis, pielonefritis) como la infección vaginal o uterina causan un dolor abdominal muy fuerte que, además, iría acompañado de otros síntomas como sangrado, fiebre alta, dolor lumbar, malestar general, vómitos, etc.
- Desprendimiento prematuro de placenta: la placenta está unida al útero mediante numerosos vasos sanguíneos, si se desprende o separa de la pared uterina antes del parto se produce el desprendimiento prematuro de la misma. Existen tres grados según la gravedad:
Grado 1: el más leve, el sangrado es escaso, así como las contracciones uterinas, y no hay signos de sufrimiento fetal.
Grado 2: la hemorragia es más abundante, también las contracciones y la frecuencia cardiaca del feto puede disminuir.
Grado 3: el caso más grave. La placenta se desprende total o casi totalmente, por lo que las contracciones, el dolor y el sangrando son más intensos. Es necesario practicar una cesárea de urgencia ya que la vida del bebé y la mamá están en peligro.
Los síntomas principales de este problema son dolor abdominal y de espalda fuerte, contracciones uterinas frecuentes, sangrado vaginal, náuseas, disminución de los movimientos del feto.
¿Cómo aliviar el dolor de los cólicos?
Pero, como decíamos, lo normal es que experimentes cólicos leves causados por alguno de los primeros problemas (mucho más frecuentes que los motivos de alarma). En este caso, no hace falta que acudas a urgencias, aunque puedes consultarlo con tu médico cuando vayas a revisión, y puedes seguir estos consejos para aliviar las molestias:
- Túmbate en un lugar tranquilo y descansa. Relájate, respira profundamente y no pienses en el dolor. Es mejor que estés en silencio para poder relajarte adecuadamente. Cuanto más nerviosa te pongas, más sentirás los cólicos.
- Si el dolor es molesto, puedes tomar un analgésico, pero intenta no hacerlo muy a menudo ya que, aunque el paracetamol es compatible en el embarazo, no debes abusar de él.
- Un baño de agua caliente relajará tus músculos y tu mente y te permitirá dejar de sentir el dolor. También puedes ponerte sobre la zona calor seco con una toalla calentada con la plancha, una bolsa de agua caliente o un saco de semillas.
- El ejercicio físico regular ayuda a mantener nuestros músculos en forma y reducir muchas de las molestias que aparecen en estos meses, incluidos los cólicos. Debes hacer algún deporte adecuado a tu condición física y tu estado de embarazo, como andar, nadar, pilates, yoga, etc.
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Algunas mujeres afirman que si no hay sangrado de implantación no hay embarazo. En realidad esta es una falsa creencia ya que siempre se produce el sangrado de implantación pero lo que sucede es que no siempre se hace visible.
Fuentes:
Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.
Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.
Blott, Maggie (2015), Tu embarazo día a día, Barcelona, Ed. Planeta.
Fecha de actualización: 20-01-2021
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