Primeros síntomas del embarazo
Durante las 40 semanas que dura un embarazo el cuerpo de una mujer experimenta multitud de cambios sorprendentes, que se acompañarán, en muchos casos, de síntomas y signos que por lo general evidencian el buen desarrollo de la gestación. Algunos de ellos se presentan ya en la fase inicial, tan solo días después de la concepción. Entre los síntomas tempranos más frecuentes están.
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Primeros síntomas del embarazo
Ausencia de regla: la amenorrea o desaparición de la menstruación es el primer síntoma que hace sospechar de un embarazo, si bien no tiene un valor absoluto. Un retraso de uno, dos o varios días puede deberse a muchos factores. Pero sí que es el más importante, común a todas las gestantes y, normalmente, el primero. Si estás en edad fértil y ha pasado una semana o más sin que se inicie un ciclo menstrual esperado, es posible que estés embarazada.
Náuseas: aparecen en el 50% de las mujeres, a veces unidas a vómitos. Suelen presentarse en las primeras horas de la mañana, aunque no es extraño que duren todo el día o lo hagan solo al final de la noche. La intensidad de éstas difiere de una mujer a otra. En la mayoría de los casos desaparecen pasado el primer trimestre, ya que va unida al aumento de la hormona gonadotropina coriónica humana.
Hipersensibilidad mamaria: el dolor o la tirantez en el pecho pueden indicar que el proceso de embarazo está comenzando. También los pezones inician su transformación desde las primeras semanas volviéndose más grandes y oscuros. Las hormonas han empezado a actuar y hacen que tus senos estén más sensibles, dolorosos, hinchados y pesados. Además, las mamas aumentan de tamaño desde las primeras semanas.
Cansancio, sueño y mareos: la sensación de fatiga es normal desde las etapas más tempranas del embarazo. El aumento de los niveles de progesterona que provoca la gravidez causa sueño. A la vez, la disminución de la glucosa en sangre y de la presión arterial así como el aumento de la producción sanguínea, necesarios en la gestación, pueden consumir grandes dosis de energía en los primeros días.
Hemorragia o ligero manchado vaginal: Este síntoma de la gestación puede confundirse con la menstruación, pero si el sangrado es escaso, de color rosáceo o marrón y dura menos que una regla, suele tratarse del llamado sangrado de implantación, causado por el óvulo fecundado al unirse al revestimiento del útero. Ocurre a los 10 o 15 días tras la fecundación, cuando tendría que bajar la regla, de ahí que sea fácil confundirlo con ésta. Si la hemorragia es muy abundante, es mejor ir a urgencias ya que puede ser síntoma de aborto espontáneo o embarazo ectópico.
Estreñimiento: los cambios hormonales hacen que el sistema digestivo se ralentice, lo que puede provocar estreñimiento. Para evitar esto consume alimentos con mucha fibra y bebé mucha agua.
Calambres: algunas mujeres experimentan calambres uterinos leves al principio del embarazo.
Congestión nasal: el aumento de los niveles hormonales y de la producción de sangre puede hacer que las membranas mucosas de la nariz se hinchen, se sequen y sangren fácilmente. Esto puede hacer que tengas la nariz tapada o con mucosidad.
Aversiones alimentarias: cuando estás embarazada, podrías volverte más sensible a ciertos olores y tu sentido del gusto podría cambiar. Como la mayoría de los demás síntomas del embarazo, estas preferencias alimentarias pueden atribuirse a cambios hormonales. Junto a estas aversiones, aparecen los antojos o preferencias por ciertos alimentos.
Cólicos o dolores abdominales: son similares a los dolores menstruales. También están relacionados con la implantación y con las contracciones que sufre el útero para adaptarse a su nuevo papel: alojar al embrión.
Sensibilidad olfativa: aunque no se sabe la razón, el sentido del olfato se agudiza durante la gravidez. Es normal percibir los olores con más intensidad ya desde el principio, lo que se conoce como hiperosmia. Asimismo es frecuente desarrollar aversiones por determinados aromas que antes gustaban o eran soportables.
Hinchazón: los cambios hormonales durante el comienzo del embarazo pueden hacer que te sientas hinchada, de manera similar a como te sientes al comienzo de un periodo menstrual.
Aumento del apetito: igualmente, el hambre se incrementa y pueden aparecer también deseos irrefrenables por comer ciertos alimentos (los llamados popularmente antojos).
Cambios de humor: la acción repentina de las hormonas en etapas tempranas pueden provocar estas variaciones en el temperamento, haciendo a la mujer especialmente emotiva, llorosa, irritable, etc.
Subida de la temperatura basal: la temperatura corporal basal es la que alcanza el cuerpo durante el sueño y se toma al despertarse. Esta aumenta repentinamente (de 0,2 a 0,5 grados) el día después de la ovulación, por lo que es útil, siguiendo un patrón, para conocer los días fértiles. Y es que cuando el óvulo no es fecundado la temperatura vuelve a descender inmediatamente pasados uno o dos días. Pero si ha habido concepción se mantiene elevada durante más de dos semanas. Lógicamente, es necesario conocer el patrón de la temperatura basal para poder apreciar la diferencia, ya que ésta apenas varía en unas décimas.
Aumento de la micción: las ganas de orinar se hacen más frecuentes durante el primer trimestre. También las hormonas están detrás de esto. Esto es porque la cantidad de sangre en el cuerpo aumenta durante el embarazo, lo que hace que los riñones procesen líquido extra que termina en la vejiga. El aumento del tamaño del útero también juega un papel importante ya que hace que la vejiga esté más apretada.
Incremento de la secreción salival o sialorrea: no se sabe exactamente por qué la producción de saliva se multiplica en el embarazo, pero muchas mujeres aseguran notarlo desde los primeros días, hasta el punto de tener la necesidad de escupir cada cierto tiempo. Quizás las hormonas, de nuevo, sean las responsables de este fenómeno.
De todas formas, como estos síntomas pueden aparecen antes, después o no aparecer, lo mejor es hacerse una prueba de embarazo para confirmar la gestación o acudir a un profesional de ginecología.
¿Y si no nota síntomas?
Y recuerda... No todas las mujeres embarazadas experimentan síntomas. Algunas los sienten más tarde y otras nunca. De hecho muchos de estos signos son comunes a otras enfermedades o afecciones y pueden indicar algo distinto al embarazo o incluso el inicio de la menstruación. Por eso, aunque hayas notado uno o varias de estas señales, no puedes tener la certeza de estar embarazada. La única prueba fiable para verificarlo es a través de un test de embarazo, ya sea una prueba casera de orina o mediante un análisis de sangre en un centro médico.
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Los días fértiles en la mujer son aquellos en los que está ovulando y puede quedarse embarazada. Si el ciclo es regular son los días centrales del ciclo. En caso que la mujer tenga ciclos irregulares sólo podrá determinar cuándo es fértil mediante el análisis de los síntomas de la ovulación.
Fuente:
Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.
Fecha de actualización: 02-03-2021
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