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Sangrado de implantación

Sangrado de implantación

Una vez que el óvulo ha sido fecundado con éxito por un espermatozoide en las trompas de Falopio, inicia su viaje hacia el útero, dividiéndose en varias células y adoptando la forma de un racimo (mórula). Una vez alcanzado el útero tras la fecundación, aproximadamente entre 6 y 10 días después, el blastocisto, que así se llama el óvulo fecundado en esta fase de la concepción, se conectará a sus membranas en un proceso que se conoce con el nombre de implantación. Un suceso que pude provocar un ligero sangrado y que preocupa a no pocas mujeres que están buscando un embarazo.

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La implantación del óvulo en el útero

Para saber por qué ocurre el sangrado de implantación conviene conocer cómo anida el blastocisto en el endometrio, la mucosa uterina donde se alojará y se desarrollará hasta convertirse en un bebé:

Después de llegar a su destino, al útero, el blastocisto produce unas enzimas que erosionan y abren la superficie de la pared, lo que le permitirá anclarse a ella (implantarse) gracias a unas células exteriores. El embrión ya adherido al endometrio empezará a nutrirse con la sangre materna y a desarrollarse. Mientras, la placenta también se está formando.

Es a partir de este momento cuando se dice que existe embarazo, pues si el embrión no ha conseguido implantarse, la gestación no será posible.

Ahora bien, antes de que se produzca la implantación del embrión humano, está sucediendo otro cambio importante: el folículo ovárico vacío se transforma en una estructura llamada cuerpo lúteo, una bolsa pequeña que desarrolla vasos sanguíneos y las hormonas necesarias para acondicionar el revestimiento uterino  y que el embrión pueda implantarse y alojarse. Si el óvulo no es fertilizado, esto es, no hay embarazo, el cuerpo lúteo degenera pasados unos 10 o 12 días, y esa estructura de vasos sanguíneos se elimina en forma de menstruación.

Sin embargo, en ocasiones pasa que, aunque se haya logrado un embarazo, se sufren pérdidas de sangre en los días en los que se espera la regla. Lo que puede confundir a la mujer que las padece. Esto es el denominado sangrado de implantación.

Este sangrado en la fase inicial del embarazo suele deberse a todos esos cambios en la pared uterina, en la que repentinamente, a consecuencia de la concepción, aumenta la cantidad de vasos sanguíneos y el volumen de sangre. Además, la pared cervical se vuelve más delicada y al ser “atacada” por el blastocisto, que se va introduciendo en ella lentamente y alimentándose de la sangre materna, puede causar esta leve hemorragia.

Por lo tanto, sangrar ligeramente al inicio del embarazo es normal. Si esta hemorragia tiene un color claro y no va acompañada de otros síntomas, como calambres o dolores abdominales, lo más probable es que no ocurra nada malo y se trate de este sangrado de implantación. Si bien, conviene consultar al ginecólogo o la matrona siempre que se produzcan sangrados durante el embarazo para descartar una posible complicación. Las hemorragias también pueden ser señales de un embarazo anormal, por lo que hay que consultar al profesional de medicina. 
 

Diferencias entre el sangrado de implantación y la regla

Este proceso es totalmente natural y fisiológico, se estima que se produce en 3 de cada 10 mujeres gestantes, por lo que no todas lo experimentan. Además, muchas lo confunden con la la llegada de la regla. Estas son las diferencias entre un sangrado y otro:

El sangrado de implantación es menor que el sangrado de la menstruación, más ligero y más claro. Asimismo presenta un color menos intenso, más parduzco, tirando a marrón o rosado y no tiene coágulos de sangre.

Este sangrado dura poco, menos de 48 horas, incluso minutos en algunas mujeres, mientras que el sangrado de la menstruación suele durar de 3 a 5 días. 

Además, no debe ser doloroso, pueden aparecer leves molestias abdominales, similares a los cólicos de la regla, pero más cortos y menos dolorosos. 

Coincide con el momento de la implantación del blastocisto en la membrana uterina, un acontecimiento que ocurre al cabo de 7 días tras la concepción, es decir, entre 6 y 12 días después de haber mantenido relaciones sexuales. Lo que significa que, en caso de periodos regulares, este sangrado puede aparecer unos días antes de la fecha teórica de la regla.

Pueden surgir otros síntomas junto al sangrado de implantación, característicos de fases tempranas del embarazo, tales como cansancio, sueño, náuseas, aumento de micción, hinchazón, etc. Estos síntomas son habituales y no suponen un peligro para el buen curso del embarazo, sin embargo la presencia de dolor, calambres, molestias serias, coágulos de sangre o hemorragias abundantes, sí que puede alertar de que algo grave está ocurriendo. En este caso, conviene consultar al especialista urgentemente.


¿El sangrado de implantación duele?

Como hemos explicado antes, el sangrado de implantación se debe al proceso de adhesión del embrión al útero. Este proceso en algunos casos puede producir algunas molestias (normalmente cólicos de carácter leve). También es posible que aprecies espasmos abdominales, habituales durante los inicios del embarazo.

En cualquier caso, muchas mujeres no experimentan tan siquiera dolor durante este proceso, y, en caso de darse, este será muy similar al dolor de los días previos de la menstruación. Además, como la duración es muy corta, en caso de producirse molestias, estas durarán muy poco.


¿Es normal que el sangrado sea abundante en algunos casos?

Ya que el sangrado se produce por la implantación del blastocito (primera parte del embrión) en el útero, la cantidad de sangre que puede producir el sangrado es muy pequeña (en caso de que exista sangrado), por lo que es muy poco frecuente que la implantación pueda producir un sangrado abundante.

Si llegas a experimentar un sangrado abundante (y además viene acompañado de otros síntomas), entonces es necesario que acudas a otro médico. Este sangrado puede deberse a un embarazo ectópico (el que se produce fuera del útero) o un aborto espontáneo. 
 

Lo mejor, confirmar el embarazo

Para salir de dudas, lo más rápido es hacerte una prueba de embarazo, pero puede ser pronto para esto. El test de embarazo debe realizarse al menos con un día de retraso en la menstruación para asegurarte de que la hormona del embarazo (gonadotropina coriónica humana) esté presente, aunque hay algún test en el mercado que asegura detectar el embarazo después de una semana desde la concepción.


¿Cuánto dura el sangrado de implantación?

Más que una hemorragia se puede decir que es un manchado, que no dura más de 1 o 2 días. Son muy raros los casos que perduran más allá de los 3 o 4 días.

No todas las mujeres experimentan este manchado de implantación. Ocurre en una de cada tres, y en algunas el sangrado es tan escaso que pasa desapercibido.


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TodoPapás ha desarrollado un test para saber si hay embarazo que propone a la mujer una serie de síntomas relacionados con la gestación y, en función de sus respuestas, arroja como resultado una probabilidad dada.

Fuente:

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

Fecha de actualización: 02-03-2021

Redacción: Irene García


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