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Estoy amamantando, ¿puedo tomar cerveza?

Estoy amamantando, ¿puedo tomar cerveza?

Muchas mujeres creen que la cerveza es buena para aumentar la producción de leche materna gracias a su contenido en levadura, pero ese beneficio no es mayor que los riesgos asociados al consumo de alcohol. Si quieres tomar cerveza dando el pecho, elige sin alcohol.

Índice

 

Nada de cerveza con alcohol

Hasta hace unos años, se recomendaba a las madres lactantes beberse una cerveza de vez en cuanto para aumentar la cantidad de leche materna. Sin embargo, actualmente se sabe que lo mejor para aumentar la producción de leche es poner al bebé más al pecho ya que la leche materna se fabrica en función de la demanda: a más demanda, más leche. Solo en casos de relactación tras una enfermedad se puede recomendar consumir galactogogos naturales o farmacológicos. En el resto de los casos, lo mejor es poner al bebé más al pecho.

Por lo tanto, olvídate de beber cerveza para aportar a tu organismo levadura, rica en vitamina B6, sustancia necesaria para la síntesis de los neurotransmisores (la serotonina y la norepinefrina) y para la formación de la mielina. Si quieres ingerir esta vitamina, puedes encontrarla en granos de cereal, legumbres, vegetales, lácteos, huevos, pescado, etc.

Y, como decíamos, no hay ningún estudio que confirme que beber cerveza puede aumentar el suministro de leche materna. De hecho, es más bien al revés ya que el alcohol deshidrata y puede hacer que tu cuerpo pierda líquidos, lo que puede afectar a tu producción de leche materna. Además, el alcohol también afecta a las hormonas que controlan la producción de leche: en mujeres que han bebido alcohol, los niveles de oxitocina descienden de media un 78% y los de prolactina un 336% en comparación con los niveles de estas hormonas en las mujeres que no han bebido. Después del consumo de alcohol, las mujeres tardan más en producir la primera gota de leche y producen menos leche de forma global, lo que dificulta la lactancia.

Por lo tanto, es absolutamente falso que ayude a subir la leche o producir más cantidad de esta.
 

Efectos del alcohol en el bebé

Además, el alcohol pasa al torrente sanguíneo y de ahí a la leche materna, lo que puede causar efectos perjudiciales en la salud del bebé como irritación, sedación, retraso psicomotor, etc. Aunque la cantidad de leche que bebas sea pequeña, el hígado de tu bebé es pequeño e inmaduro, por lo que no puede procesar el alcohol de la misma manera que un adulto. Los bebés menores de 3 meses tardan más o menos el doble del tiempo que un adulto en procesar el alcohol.

Esto, como decíamos, puede afectar al sueño del bebé y su alimentación. Diversos estudios demuestran que los bebés amantados tras beber alcohol consumen un 20% menos de leche. Además, pueden sentirse mareados, somnolientos y dormir menos tiempo.

También se ha visto que beber alcohol mientras se da el pecho puede retrasar el desarrollo. Un importante estudio que evaluó a 400 bebés mostró que el desarrollo de la motricidad gruesa en el primer año de edad era más lento en los bebés alimentados con leche materna de mujeres que bebían al menos una bebida alcohólica al día durante los tres primeros meses de vida (aunque es un estudio con algunas lagunas que se deben completar con nuevos estudios, pero da que pensar).

Por lo tanto, la recomendación es no beber nada de nada de alcohol al menos durante los tres primeros meses de vida del bebé ya que las tomas son más frecuentes y el alcohol tarda unas dos horas en desaparecer de la sangre, por lo que siempre puede haber restos del mismo cuando des el pecho a tu pequeño.

Si tienes una fiesta o alguna celebración especial, tómate una copa justo después de la toma y espera al menos 3 horas para darle el pecho, mejor si es más. Puedes sacarte leche antes de la fiesta para poder darle algún biberón y que así pase más tiempo entre el consumo de alcohol y la lactancia directa.

A medida que las tomas se espacien y el bebé consuma otros alimentos podrás tener menos cuidado, pero de todos modo se recomienda limitar al máximo el consumo de alcohol o evitarlo hasta que dejes de dar el pecho por completo.


¿Qué otros alimentos es mejor evitar durante la lactancia?

Pescados ricos en mercurio: a pesar de los beneficios nutritivos del pescado que lo convierten en un alimento esencial en la dieta de todas las mujeres en la lactancia, se deben evitar algunas especies. En concreto, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda eliminar de la dieta en este periodo el pez espada, el atún rojo y el lucio. Comer estas especies de pescado eleva el riesgo de superar la ingesta máxima de mercurio permitida cuando se está alimentando al bebé con leche materna.

- Bebidas con cafeína: esta sustancia en grandes dosis puede producir efectos negativos en el bebé, como irritabilidad, insomnio o temblores. Es por eso que, aunque su consumo no esté prohibido durante la lactancia, la Asociación Española de Pediatría recomienda limitar su ingesta a menos de tres tazas diarias. Y, en todo caso, tomarla justo después de la toma de pecho.

- Suplementos nutricionales de herbolario: en la actualidad se atribuyen distintas propiedades nutricionales y medicinales a alimentos no estudiados. Estos suplementos contienen plantas con diversas concentraciones de compuestos activos, los cuales no siempre están sometidos a los controles de calidad. Algunos de estos pueden ser alergénicos, por lo que si quieres usarlos, escucha antes a tu médico.

- Alimentos alergénicos: si en la familia existen antecedentes de alergias alimentarias, asma o dermatitis atópica, puede que te estés preguntando si debes retirar de tu dieta las fresas, nueces, la leche, el huevo o la miel. Es cierto que algunos alimentos alérgenos pasan a la leche materna y pueden producir una sensibilización precoz, pero antes se deben tener antecedentes familiares de alergias alimenticias.

Evitar alimentos alergénicos ha demostrado que puede prevenir tratamientos pediátricos para enfermedades como dermatitis atópica, eccema, asma y, en bebés de menos de 6 semanas, disminuye la probabilidad de cólicos.

 


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La dosis de biberón para bebés deben ser definidas por los propios bebés tal y como se hace con la lactancia materna, que es a demanda. De esta manera, el bebé se regula en función de las necesidades de cada momento.


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