¿Hay algo de realidad en los mitos del embarazo?
Cuando te quedas embarazada empiezas a oír cantidad de ideas sobre lo que pasará durante la gestación. Algunas de estas creencias son totalmente falsas, otras están exageradas y otras sí que se pueden dar. Te aclaramos algunas de las principales mitologías sobre la gestación.
Índice
Ideas ciertas sobre el embarazo
- Se debe tomar ácido fólico: “No es ni un remedio natural ni un antojo, sino algo necesario para el correcto desarrollo del embrión” afirma el doctor Lobo, ginecólogo de la Unidad de Ginecología y Obstetricia del Hospital Vithas San José. Unos niveles adecuados de ácido fólico sirven para prevenir defectos en el tubo neural, es decir, en el cerebro, columna vertebral y médula espinal. Además, el ácido fólico también promueve la creación de glóbulos rojos y evita la anemia. Por lo tanto, también la madre se estará beneficiando de las ventajas de esta vitamina.
- Se te caerá el pelo: en ciertos momentos del embarazo el pelo se encuentra más débil y tiende a caerse con una mayor facilidad. Por lo general, esto ocurre en el primer trimestre debido a los cambios hormonales. “Es cierto, pero se trata de algo esporádico y la fortaleza del pelo se recupera con el tiempo”, explica el profesional de medicina. También después del parto hay una fase de mayor caída del cabello. Una alimentación sana te ayudará a tenerlo más fuerte.
- Tomar el sol hace que salgan manchas en la piel: los cambios hormonales estimulan la producción de melanina, lo que puede causar la aparición de manchas oscuras en la nariz, los pómulos o la frente. Por eso se recomienda no tomar mucho el sol durante el embarazo y hacerlo siempre con la protección adecuada. Lo bueno es que estas manchas tienden a desaparecer solas al dar a luz.
- Los dolores de espalda son muy frecuentes: el crecimiento del bebé y con él de la tripa, así como el aumento de la relaxina, hacen que los dolores de espalda sean frecuentes, incluso en el primer trimestre de embarazo. Ejercicios suaves y moderados como pilates sirven para prevenir y aliviar estos dolores.
- Tendrás hemorroides: no es 100% seguro, no todas las mujeres las sufren, pero sí es cierto que es algo bastante habitual. El útero ejerce presión sobre las venas de la pelvis y la vena cava inferior, lo que hace que las venas de la zona rectal se dilaten dando lugar a las hemorroides, que suelen agravarse con la presión del parto.
- No se puede comer carne cruda: en la mayoría de los casos también es cierto, a no ser que hayas pasado la toxoplasmosis. No obstante, la carne cruda puede contener otros parásitos, por lo que se recomienda de todas formas no consumir carne cruda.
- La mayoría de los medicamentos están contraindicados en el embarazo: hay pocos fármacos totalmente incompatibles durante el embarazo. Si un obstetra prescribe un medicamento, es porque su uso es compatible con el embarazo. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) tiene una clasificación de los fármacos según el grado de riesgo que suponen para la mujer embarazada. Muchos de ellos son seguros y pueden tomarse con prescripción médica durante la gestación siempre que su uso sea más beneficioso para la salud de la madre y el bebé que no tomarlo.
- Las embarazadas no pueden bucear: lo cierto es que no se puede hacer a grandes profundidades y con bombonas de oxígeno (debido al riesgo de aumento de presión). Sí es compatible con el embarazo el buceo a pulmón a pocos metros de profundidad. En este caso, la reserva de oxígeno en sangre es suficiente para compensar el tiempo de apnea.
Falsos mitos del embarazo
- Un embarazo cuesta un diente: el feto no obtiene el calcio de los dientes o huesos de la madre, por lo que no tiene por qué verse afectada tu dentadura. Lo que sí es cierto es que los cambios hormonales hacen que seas más propensa a padecer caries o gingivitis, por lo que deberás extremar tu salud bucodental.
- Las embarazadas están más guapas porque la piel les brilla más: la piel brilla más pero porque las glándulas sebáceas producen más grasa, lo que puede aumentar el acné, justo lo contrario a encontrarse más guapa. Tampoco el sexo del niño influye en el aspecto físico de la mujer, por lo que no es cierto que, si estás más guapa, sea un niño y viceversa.
- No se deben mantener relaciones sexuales: a no ser que tu ginecólogo lo contraindique por algún problema, las relaciones sexuales no son perjudiciales para el bebé ni le hacen daño, al contrario, pueden ser beneficiosas al producir placer a la madre.
- El ejercicio es malo: justo todo lo contrario, lo malo es el sedentarismo. Solo en casos de reposo se debe evitar el deporte. El resto de mujeres embarazadas deben practicar algún ejercicio con regularidad para evitar molestias y males y prepararse mejor para el parto. Nadar, andar o pilates son los mejores.
- La tripa voluminosa quiere decir que esperas a un niño: esto no tiene nada de realidad. Es cierto que los niños suelen pesar más que la niñas al naces, pero no determina la forma de la tripa de la mujer embarazada.
- Después de una cesárea, no puede haber un parto vaginal: que el primer parto haya sido con una cesárea, no determina que el siguiente niño nazca vía vaginal. No obstante, tras dos cesáreas, existe un riesgo de rotura uterina (lo que implica un riesgo para la vida de la madre y del bebé).
- El pelo del bebé es el causante del ardor de estómago: la acidez o ardor de estómago de la mujer embarazada no tiene ninguna relación con el hecho de que el bebé tenga mucho pelo. La realidad es que estas molestias estomacales se deben principalmente al crecimiento de la progesterona, una hormona que aumenta durante la gestación.
- Las embarazadas deben comer por dos: es cierto que una mujer embarazada necesita mayor aporte nutricional que una que no se encuentre en estado. Esto no quiere decir que la madre deba ingerir cantidades mayores, sino que debe comer con mayor frecuencia, de forma equilibrada, una dieta variada y saludable que garantice una nutrición adecuada para ella y para el bebé.
- Los antojos existen: no es cierto que las embarazadas deseen comer fresas con nata a las 3 de la madrugada y el marido tenga que salir corriendo a comprar, lo que sí es verdad es que las náuseas y los cambios en la percepción olfativa pueden hacer que sientas aversión por alimentos que antes te gustaban o que te apetezcan otros que antes no solías comer.
- No hay alimentos prohibidos durante el embarazo. Falso, durante la gestación no se pueden tomar algunos alimentos como carnes poco hechas, embutidos... a menos que la futura madre esté inmunizada contra la toxoplasmosis. No obstante, igualmente se aconseja no consumir pescado crudo o lácteos sin pasteurizar para prevenir infecciones alimentarias como la anisakiasis o la listeriosis. Y, por supuesto, nada de alcohol.
Fuente:
Ignacio Lobo, ginecólogo de la Unidad de Ginecología y Obstetricia del Hospital Vithas San José.
Fecha de actualización: 02-03-2021
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