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PVDC: Parto natural tras una cesárea ¿es posible?

PVDC: Parto natural tras una cesárea ¿es posible?

Hace tiempo, haber dado a luz por cesárea con anterioridad era motivo suficiente para indicar el mismo método en los partos siguientes. Actualmente esto no es así. Aunque todavía algunos hospitales practican más cesáreas de las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, hoy en la mayor parte de los casos es posible dar a luz por vía vaginal tras una cesárea anterior. De hecho casi toda la comunidad obstétrica recomienda intentarlo.

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Indice

 

Probabilidad de éxito de un parto vaginal tras haber tenido una cesárea

La tasa de éxito del parto vaginal después de una cesárea (PVDC) depende de varios factores, entre ellos de los partos anteriores, pero según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se sitúa entre el 72 y el 76%, llegando al 90% en los casos en los que ha habido parto vaginal previamente.

Sin embargo el PVDC no carece de riesgos. Tener antecedentes de cesárea significa que la madre ha sido sometida a una intervención quirúrgica y como consecuencia posee una cicatriz en el útero. Esta es tal vez la mayor amenaza de un parto vaginal después de una cesárea: la rotura de útero en el proceso del parto por la cicatriz de la cesárea anterior.

La rotura de útero es una complicación grave, que lleva aparejados riesgos tanto para la madre (hemorragia, histerectomía, infección,…) como para el feto (muerte fetal). No obstante, estos riesgos, poco frecuentes, son mucho menores que los asociados a una cesárea, porque no implica cirugía mayor como ésta.

Los beneficios de un PVDC frente a un parto por cesárea, siempre que no haya contraindicaciones, debe ser argumento suficiente para intentar el parto vaginal.
 

Riesgos y beneficios del PVDC frente al parto por cesárea programada

 

PVDC

Parto cesárea programada

Ventajas

Menor riesgo de transfusiones sanguíneas

Menor riesgo de infecciones

Mayor participación en el proceso del parto

Estancia hospitalaria más breve

Recuperación más rápida

Más energía posparto

Menor riesgo de mortalidad materna

Menor probabilidad de rotura uterina (0.03%)

Menor incidencia de mortalidad fetal (0,002%)

Riesgos

Fracaso del parto vaginal (que concluye en cesárea)

Rotura de la cicatriz de la cesárea anterior (0,32-0,47%)

Mortalidad fetal (0,13%)

Mayor estancia hospitalaria

Recuperación posparto más lenta

Complicaciones derivadas de una cirugía

Mortalidad materna (0,013%)

Mayor tasa de anomalías de la placentación

Posibilidad de lesiones quirúrgicas en futuros embarazos

Teniendo en cuenta estos riesgos es evidente pensar que los partos vaginales después de una cesárea serán tratados con un especial cuidado y continua vigilancia, y así poder detectar una posible rotura uterina. Asimismo se intentará favorecer el parto natural, minimizando las intervenciones y evitando ciertas prácticas a fin de no forzar la cicatriz: facilitando la dilatación, evitando la inducción, impidiendo las posturas inadecuadas, etc.
 

Factores que disminuyen los riesgos de rotura de útero

Existen algunas circunstancias que pueden favorecer el éxito de un PVDC, por ejemplo, haber tenido partos vaginales anteriormente o que el intervalo de tiempo entre los partos sea al menos de 18 meses (o más).
 

¿Se puede decidir tener un parto vaginal después de haber tenido una cesárea?

Sí, de hecho la SEGO aconseja que sean las propias mujeres quienes, tras ser informadas detalladamente de los beneficios y peligros del parto vaginal tras una cesárea, sean ellas quienes elijan el método por el que quieren parir.
 

Contraindicaciones de un PVDC

Para saber si una gestante es candidata o no a un PVDC se tienen en cuenta principalmente dos aspectos importantes: el tipo de incisión previa y el motivo de la cesárea anterior.

Según esto, la SEGO, enumera una serie de factores que contraindican el parto natural tras la cesárea. Entre ellos:

1. Si la incisión anterior está en la parte alta del útero o tiene forma de T invertida.

2. Si hay otra cicatriz por una intervención quirúrgica con entrada en la cavidad uterina (histerectomía o miomectomía).

3. Si hay antecedentes de rotura uterina.

4. Si se han tenido 3 o más cesáreas previas sin partos vaginales.

También existen otras circunstancias, que aunque no contraindican un trabajo de parto vaginal, sí aumentan las probabilidades de rotura uterina u otras complicaciones, por lo que muchos médicos no estarán de acuerdo en practicar un parto vaginal si se da alguna de ellas:

- Si el médico considera que hay contraindicación para parto vaginal (parto gemelar, bebé de gran tamaño, presentación podálica o de nalgas, abertura pélvica estrecha, diabetes gestacional u otras patologías…). En estos casos habrá que atender a cada situación concreta. Y será el equipo sanitario el que, tras valorar los riesgos y beneficios, indique la mejor opción.

- Si se ha pasado de la semana 40 de gestación.

- Si la cicatriz de la incisión anterior es desconocida.


Fecha de actualización: 16-06-2020

Redacción: Irene García

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