Mi bebé nunca se sacia

Índice

• ¿Por qué el bebé nunca se sacia?
• ¿Empacho o regurgitaciones?
• Los bebés no siempre comen lo mismo

 

¿Por qué el bebé nunca se sacia?

Es cierto que en muchas ocasiones puede parecer que tu bebé siempre tiene hambre, pero no tiene por qué ser así. Cada bebé tiene un apetito diferente y algunos pueden demandar más que otros. No obstante, hay que tener en cuenta siempre que cuando los padres y madres notan que su bebé es prácticamente insaciable y nunca se llena es posible que la lactancia no sea adecuada. Es decir, que la mamá no tenga una postura adecuada para dar de mamar a su pequeño, o que este no se agarre bien al pecho o no lo vacíe por completo. Si eso sucede lo más normal es que el pequeño se quede con hambre y ese sea uno de los motivos por los que demande tan seguido.

Además, también puede que no tenga hambre de verdad y que inconscientemente tú le estés ofreciendo mucha más comida de la que en realidad él necesita. Es posible que pienses que tu bebé tiene hambre siempre que llora, pero estás equivocada. De hecho, hay que entender que para los bebés es una forma (prácticamente la única) de expresar cómo se siente. Porque cuando llora puede tener hambre, sí, pero también puede tener frío, calor, sueño, etc., e incluso a veces lo único que sucede es que está buscando amor o cariño, algo que encontrará solamente en el pecho materno, su lugar preferido.

Otra opción posible es que tu bebé coma demasiado porque sí, porque tiene hambre y lo necesita. Entonces buscará tu pecho a todas horas, y aunque se deban respetar siempre sus necesidades alimenticias, nunca debemos sobrealimentarle. La sobrealimentación se define como la ingesta de alimento innecesaria, es decir, cuando se come más de lo que el cuerpo necesita. Al sobrealimentar a tu bebé es posible que le causes daño a su organismo y puedas provocarle, además, otros problemas de salud como el sobrepeso o la obesidad. Para evitarlo, lo más adecuado es que le lleves al pediatra para que nos indique si está comiendo mucho o si, por ejemplo, su peso es excesivo y también perjudicial para su salud.
 

¿Empacho o regurgitaciones?

Además, la sobrealimentación trae consigo una indigestión o empacho. ¿Cuándo se empachan los bebés? Al dejar acceso libre a la comida y tomando una cantidad muy superior a lo ideal. El empacho aparece, por tanto, cuando el bebé ha comido mucho o se ha movido muy rápido cuando le estabas alimentando. Al tratarse de un bebé lactante lo más normal es que se produzca reflujo, un trastorno que se manifiesta por regurgitaciones, es decir, por la eliminación de una parte del contenido que había en su estómago por la comisura de los labios. Aquí es importante diferenciar regurgitación de vómito.

Los vómitos, a diferencia de las regurgitaciones, son la expulsión por la boca del alimento con fuerza y de manera violenta y, por supuesto, mucho más abundante. Las regurgitaciones, sin embargo, son muy escasas por lo que no impedirá que el bebé cosa peso. Además, es lógico que se produzca reflujo, especialmente durante los primeros seis meses de vida del bebé.

Como decíamos anteriormente, cuando tu bebé sufre empacho o indigestión algunos de los síntomas más comunes son el dolor de tripa, la pesadez, los vómitos o la pérdida total de apetito. Además, durante los primeros meses de vida, el empacho o la indigestión son muy habituales por una alimentación excesiva. Para evitarlo lo mejor es confiar en tu bebé y dejarle que no coma si no quiere más, ya que de hecho es completamente lógico que cuando le ofreces una cantidad ilimitada de leche no pueda seguir y llegue el momento de parar, algo fundamental porque la alimentación en los lactantes debe hacerse siempre a demanda, es decir, alimento ilimitado, pero siempre que tu bebé te lo pida.  

Finalmente, si tu bebé sufre empacho o indigestión lo único que puedes hacer es esperar a que se le pase y para ello debes armarte de paciencia, ya que, aunque depende de cada bebé y también de la intensidad de cada empacho, normalmente el malestar no desaparecerá hasta pasadas doce o quince horas, y para que esté completamente recuperado, mínimo veinticuatro.
 

Los bebés no siempre comen lo mismo

No obstante, lo que está claro es que tu bebé no va a tomar siempre la misma cantidad de leche por lo que si hay días que toma en exceso y otras muy poquita, no debes preocuparte. Pero si lo que realmente te atormenta es si su alimentación es adecuada o no porque demanda mucho, puedes comprobar que toma la cantidad necesaria si moja entre cuatro y seis pañales, y si gana peso. Pero entonces ¿hay una demanda que no sea normal? La respuesta es sí. El aumento de demanda que rompe las tomas habituales de todos los bebés y en la que, por supuesto, si es tu caso tienes la sensación de que no haces otra cosa que dar de mamar, es absolutamente normal cuando coincide con las crisis de lactancia o brotes de crecimiento.

De hecho, muchos bebés sufren la crisis de lactancia materna o brote de crecimiento durante sus primeros doce meses de vida y pueden incluso llegar a necesitar hasta doce tomas en un solo día. Además, el aumento del número de tomas suele ser algo temporal y no dura más de tres semanas y normalmente tu bebé vuelva a pedir el número de tomas habitual. Pero ante cualquier situación que no te parezca normal puedes acudir al pediatra o a un grupo de lactancia. Los grupos de apoyo a la lactancia están formados por madres que pueden ayudarte. Madres que, por supuesto, apuestan por la leche materna para alimentar a sus hijos.