Consejos para padres de niños con mala conducta
¿Tu hijo se porta fatal tanto en clase como en casa? ¿Es desobediente y su conducta siempre es mala y ya no sabes qué más hacer? Para que tu hijo pueda ser feliz y tener éxito tanto a nivel académico como social, es necesario que aprenda a respetar las normas de convivencia y evite comportamientos inadecuados como pegar, insultar, desobedecer, etc. Si no sabes cómo lograrlo, estos consejos pueden ayudarte.
Índice
¿Por qué mi hijo tiene mala conducta?
Todos los niños pueden pasar por una época complicada o de cambios, tanto emocionales como físicos o mentales, que provoquen un mal comportamiento y desobediencia. Sin embargo, en la mayoría de los casos estas etapas desaparecen al crecer y madurar el niño gracias a la labor de educación de los padres. El problema viene cuando la mala conducta se convierte en habitual y en la única forma de comportamiento del niño y los padres ya no saben qué más hacer para conseguir que obedezca, cumpla las normas y se porte bien.
En estos casos, lo primero que hay que hacer es averiguar por qué el niño se comporta de esa manera y qué puede haber detrás de su mala conducta, ya que este tipo de actitudes suelen tener una causa detrás y, averiguarla, nos puede ayudar mucho para solucionar el problema.
Entre las causas principales que explican la mala conducta del niño encontramos padres permisivos que no imponen límites ni normas, cambios graves en la vida del niño (mudanza, cambio de colegio, muerte de un familiar, divorcio de los padres…) o trastornos del comportamiento como TDAH que afectan a la conducta del pequeño. Así que observa a tu hijo, en qué situaciones se porta peor, piensa desde cuándo lo hace y trata de encontrar la acusa concreta.
Consejos para padres con niños que se portan mal
Después, es importante que sigas estas pautas y consejos para reconducir su comportamiento:
1- Analiza si su conducta es realmente mala o si, por el contrario, son solo cosas de niños. Muchas veces, los padres esperamos que los niños se comporten de una forma que no es posible para su edad y queremos que estén quietos y callados más tiempo del que son capaces. Por lo tanto, puede que tu hijo no sea “malo”, sino que solo tenga comportamientos habituales para su edad. No le pidas imposibles y te enfades luego si no cumple tus elevadas expectativas.
2- Cuida mucho tu conducta y comportamiento, ya que los niños aprenden a comportarse en el mundo, sobre todo en los primeros años de vida, mirando cómo lo hacen sus padres, por lo que, si eres una persona irascible y gritona, no te extrañe que tu hijo grite o se enfade con facilidad. Si quieres que su conducta sea ejemplar, empieza por portarte tú de esa manera.
3- Cuida los estímulos y mensajes que recibe tu hijo. Si le dejas ver series, películas, dibujos o contenidos en internet violentos, sexistas o poco adecuados a su edad, no te extrañe que reproduzca en su día a día ese tipo de comportamientos. Debes tener mucho cuidado con lo que ve e incluso con lo que lee. Además, la sobreestimulación puede crear confusión, excitación y ansiedad, sobre todo si tu hijo tiene facilidad para desarrollar estos problemas.
4- Apuesta por las técnicas de reforzamiento positivo. Está comprobado que el refuerzo positivo y la disciplina positiva son mucho más eficaces que los castigos, reprimendas o ataques, así que opta por este tipo de técnicas para modificar la conducta de tu hijo. Además, el reforzamiento positivo sirve también para instaurar nuevos comportamientos deseados. Esta técnica es muy sencilla de implantar y llevar a cabo: se basa en recompensar los buenos comportamientos (mediante halagos, elogios o pequeños premios) e ignorar las conductas problemáticas.
En cuanto a los premios, no deben ser regalos o dinero, sino algo más sencillo que el niño valore y realmente agradezca, como un elogio, una muestra de cariño, una sonrisa o permitirle realizar diversas actividades como ir al parque, jugar más rato, tomar un helado de postre, ir al cine, etc.
Cada vez que tu hijo haga algo bueno, muéstrale lo orgulloso que estás de él. Ese es el mayor premio para los niños, que buscan siempre la aprobación de sus padres, así que no dudes en decirle lo que hace bien.
En cuanto a ignorar los malos comportamientos, no significa pasar del niño cuando pega o hace algo malo, dejándolo que siga haciéndolo, sino de no prestar mayor atención de la necesaria a sus malos comportamientos ya que, al fin y al cabo, lo que los niños buscan es la atención de sus padres, y les da igual si la consiguen haciendo algo bueno, que algo malo. La diferencia la tienes que marcar tú al “ignorarle” cuando se porte mal, y hacerle caso al portarse bien. No te enzarces en peleas o discusiones eternas cuando se porte mal, simplemente dile que mientras no obedezca no puedes jugar con él o que mientras no deje de gritar, no puedes entenderle ni hacerle caso.
5- Recuerda que los límites deben ser claros, firmes y muy constantes. Deben estar aprobados por ambos padres y los dos los deben hacer respetar. Si uno de ellos es más permisivo, el niño se aprovechará de ello. Además, debes comprobar que ha entendido e interiorizado las normas y las consecuencias y que las recuerda. Nunca le des varias instrucciones o normas seguidas, ve de una en una.
6- Prioriza las conductas que quieras cambiar de tu hijo, no intentes cambiarlo entero de una vez y que pase de portarse fatal, a ser un angelito. Ve poco a poco y ten mucha paciencia.
7- Escúchalo cuando intente explicarse o contarte por qué ha hecho algo. No desdeñes sus explicaciones, ya que pueden darte mucha información sobre él. Además, no siempre las cosas tienen que ser culpa suya, y el ver que sus padres le creen le hará sentirse mejor y querer seguir portándose bien.
8- Ten en cuenta que los castigos son arbitrarios, no son generalizables, no enseñan nada al niño y crean rencor. En su lugar, opta por las consecuencias, que son producto de una acción concreta, se aplican al momento, enseñan al niño y son generalizables.
Fuente: Faros, Hospital Sant Joan de Deu.
Fecha de actualización: 30-03-2023
TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.