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Cómo conectar con un adolescente que no quiere hablar contigo

Cómo conectar con un adolescente que no quiere hablar contigo

Para evitar los riesgos de la adolescencia (tabaco, alcohol, sexo no seguro, fracaso escolar…) todos los expertos coindicen en que es esencial fomentar la comunicación con los hijos y establecer un vínculo especial basado en la confianza. El problema viene cuando, cada vez que te acercas a tu hijo para hablar con él y “fomentar vuestra comunicación”, la única respuesta que obtienes es un sí o un no lacónicos, una mirada o un encogimiento de hombros. ¿Cómo conectar con tu hijo adolescente si este no se abre a ti?

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Índice

 

¿Por qué no conecto con mi hijo adolescente?

Seguro que cuando tu hijo era pequeño os llevabais muy bien y te contaba todos los días todo lo que le había pasado en clase o con sus amigos. Sin embargo, desde que ha llegado a la adolescencia, no consigues que hable contigo ni conteste a tus preguntas más que con monosílabos. ¿Por qué pasa esto? Hay muchos motivos, aunque generalmente lo que ocurre es que los hijos piensan que sus padres son muy entrometidos y, lo único que quieren cuando sus padres empiezan a hacerles preguntas es dar la respuesta más corta posible para poder volver a sus juegos, sus mensajes de móvil o sus redes sociales. Además, todos los adolescentes se sienten incomprendidos y piensan que sus padres no pueden entender cómo se sienten. Otro problema habitual es la vergüenza o el miedo a hablar de temas controvertidos como sexo, drogas, etc. 
 

4 formas de reconectar con tu hijo adolescente

Por todo ello, teniendo en cuenta que esto es lo que pasa por la cabeza de nuestros hijos adolescentes, es conveniente que conozcamos unas cuantas estrategias que pueden ayudarnos a conectar con ellos y conseguir que nos hablen:

1- El tiempo lo es todo: Da un paso atrás y piensa en qué situaciones tu hijo es más receptivo a hablar. ¿Cuándo tienes tiempo solo para vosotros dos? ¿Cenáis juntos? Muchos padres encuentran un buen momento el trayecto al instituto o a casa en coche, ya que el chico no tiene la oportunidad de irse a otro sitio y la cercanía y el silencio del coche puede ayudar a que te cuente algo personal. Otros adolescentes parecen abrirse más cuando el día está terminando. Descubre cuándo es tu hijo más receptivo y espera a ese momento.

2- No te lo tomes como algo personal: Si inicias una conversación y te rechaza, trata de no tomarlo como algo personal, aunque es cierto que puede ser complicado. Después de muchos años de crianza, podemos sentirnos cansados ​​por los desafíos del día a día a medida que llegamos a la adolescencia. También puedes sentir que tu hijo se pasa el día provocándote o retándote y que sabe perfectamente cómo molestarte, pero es posible que actúe así porque tiene algún problema o porque no sabe cómo acercarse a ti.

Ponerte a la defensiva no ayuda a crear un espacio abierto para hablar, en vez de eso, debes ser persistente en tus esfuerzos para hablar, pero tratando de fijarte en las señales que te manda tu hijo:

- Si comienza a hablar, escúchale sin interrumpirle hasta que pare, te cuente lo que te cuente.

- Busca su risa y únete a ella. La risa es una gran forma de disolver la tensión y crear conexiones. Una vez que os hayáis reído un rato juntos, puedes encontrar a tu hijo más receptivo a hablar, así que primero unas risas, y después una conversación.

- Siéntate y pasa el rato. A veces, la simple compañía que le haces estando a su lado mientras juega, mira un vídeo en su tablet o rasguea una guitarra actúa como una conversación mejor que las palabras. Una vez que el ambiente es cálido y él siente que le prestas atención, puede estar más dispuesto a comenzar a hablar.

3- Evita hacer preguntas: Aunque sea lo primero que tengas ganas de hacer, si tu hijo tiene miedo a tus reproches o si discutís mucho, no querrá abrirse ni confiar en ti. Así que no hagas preguntas. Si te contienes y escuchas lo que dice tu hijo, puedes aumentar vuestra confianza. Deja los temas preocupantes para otro momento, a medida que tu hijo comience a contarte cosas y abrirse, conseguirás que acabe hablándote también de esos temas más complicados. Mientras, usa solo frases de apoyo como "Eso debe haber sido duro", "¡Oh no! ¿Eso pasó?" o "Ya veo."

4- Déjale tomar la iniciativa: Los adolescentes pueden sentir el gran peso del control de sus vidas, y darles la oportunidad de tomar la iniciativa de cómo quieren pasar su tiempo contigo puede realmente ayudarlos a abrirse y hablar con sus padres. Una excelente manera de conseguir esto, haciendo uso de todos los consejos anteriores, es mediante el uso de una herramienta llamada Tiempo especial. Esto implica asignar una cierta cantidad de tiempo diaria o semanal para pasar con tu hijo dejando que él decida qué hacer. El Tiempo especial brinda oportunidades para pasar el rato de manera casual, evitando la necesidad de hacer muchas preguntas. En su lugar, te enfocas en el disfrute de la actividad elegida.

Es cierto que los adolescentes a menudo pueden rechazar incluso esta opción de pasar el tiempo juntos, pero debes insistir en la idea con calma y sin presionar, ofreciéndole hacer cosas divertidas que realmente le apetezcan como ir al cine, a un concierto, un partido de fútbol, etc., para conseguir que acepte la primera vez. Si es todo un éxito, seguro que quiere repetir. Eso sí, es importante que aceptes hacer lo que él quiera, sea lo que sea (siempre que no sea algo peligroso o ilegal, claro), aunque solo quiera dar vueltas con el coche en círculo o irse a casa. En cuanto vea que tiene el “control” y que él decide, se sentirá mucho más animado y propenso a contarte cómo le ha ido el día.

¡Suerte y paciencia! La adolescencia también es una fase que se pasa. 


Fuentes:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación. 

Fecha de actualización: 11-07-2022

Redacción: Irene García

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