Preadolescencia y escuela, problemas y consejos

Indice

• Algunos de los problemas más comunes en la preadolescencia
• Algunos consejos para padres de preadolescentes

 

Algunos de los problemas más comunes en la preadolescencia

Es cierto que no existe una definición clara del término preadolescencia porque su desarrollo y crecimiento varía dependiendo de cada niño, pero lo que está claro es que se trata de una etapa esencial en su desarrollo por lo que resulta fundamental para los padres conocer todos los problemas que puedan surgir aquí y sobre todo conocer algunos de los consejos más importantes para comprender a sus hijos que han dado un giro tan inesperado, sobre todo en referencia a su personalidad.

En este periodo previo a la adolescencia la pubertad está presente. Un periodo de la vida del niño en el que se desarrollan los caracteres sexuales secundarios y se alcanza la capacidad de reproducción. Esta etapa constituye la primera fase de la adolescencia y el paso de la infancia a la edad adulta.

Es cierto que, desde un punto de vista físico, esta edad es la más sana porque casi nunca caen enfermos, aunque la etapa de la preadolescencia en general sí acarrea una serie de problemas porque se podría definir más bien como una edad de riesgo ya que muchos de los problemas de salud que tendrá en el futuro van a empezar a surgir en esta etapa como, por ejemplo, el tabaquismo, la obesidad o el fracaso escolar.

Este último punto sea quizás sea la parte más importante ya que un ambiente como la escuela durante la etapa de la preadolescencia en la mayoría de las ocasiones puede ser bastante complicado porque puede transformarles por completo. Su personalidad ya no es la misma debido a que los niños preadolescentes tienen una visión diferente del mundo, porque tienen un sentido más desarrollado de mirar hacia el futuro y ver los efectos de sus acciones, sus expectativas de empleo son más realistas y ven las relaciones humanas de diferente forma, pero sobre todo empiezan a aparecer en ellos sentimientos de independencia. ¿Por qué? Pues bien, lo más normal en esta etapa es que deseen intimidad porque (aunque a cualquier padre o madre le pueda resultar complicado sobre todo después de la niñez) todos los cambios requieren espacio.

Por tanto, los padres deben ser conscientes de que su hijo empezará a salir con amistades nuevas del colegio o de fuera, de las que a veces ni siquiera tendrán conocimiento, pero también prepararse para los cambios de humor y todos los conflictos que van a venir, ya que, de hecho, cuanto más preparado esté uno, mayor capacidad tendrá para afrontarlo.

Durante esta época, los amigos van a tener mucha influencia sobre ellos, aunque no van a reemplazar nunca a los padres ya que ellos serán las personas que más van a influir en su vida. No obstante, lo que sí puede resultar complicado es conocer a todos sus amigos, aunque hay que poner todo el empeño necesario para conocer al menos a los más importantes y saber sobre su familia.

¿Por qué esto es, quizás, lo más importante? Pues bien, aunque suene triste, son muchas las ocasiones en las que los chavales se acercan a sus padres para intentar contarles algo en relación con la escuela y el comportamiento de algunos de los niños de clase o del colegio y los padres, sin darse cuenta, lo pasan por alto y no son conscientes de que de la noche a la mañana su hijo se ha convertido en una nueva víctima de bullying. Si la primera vez que se acerca a sus padres no recibe la atención que en ese momento necesita, lo que está claro es que no va a volver a acudir a ellos.

El acoso físico o psicológico (conocido como bullying) es, por desgracia, el pan de cada día y los padres deben ser conscientes de que esto no es ningún juego ni ninguna broma y de que, además, es algo cada vez más común en las escuelas. Son innumerables los casos de persecución y agresiones que se detectan en los colegios y que llevan a cualquier niño víctima del bullying a vivir situaciones horribles.

 

Algunos consejos para padres de preadolescentes

Además de las normas que se van a establecer en la escuela es fundamental que los preadolescentes sigan en casa necesitando unos límites o normas de referencia, aunque por supuesto ellos vayan ampliando poco a poco su autonomía. Las normas deben ser siempre claras y razonables y, a pesar de que estas puedan ser negociadas, lo ideal es que la madre y el padre estén siempre de acuerdo.

También es importante que enseñen a sus hijos comportamientos adecuados para que tanto dentro como fuera de casa sean personas honradas, educadas y buenas y, sobre todo, que ellos respeten otra serie de normas, que respeten su espacio y también sus llamadas telefónicas. Si sus hijos necesitan contarles algo a sus padres lo harán, pero los padres no son nadie para imponer esos límites porque, les guste o no, es la vida privada de sus hijos.

Y aunque está claro que deben saber siempre dónde está, con quién y qué están haciendo, no se necesitan conocer todos los detalles. Además, pueden llegar a agobiarse y a perder la poca confianza que les queda en esta difícil etapa. Los cambios son demasiado bruscos y por ello también resulta fundamental identificar las señales de alarma que podrían estar indicando un problema real.

También, al tratarse de una etapa en la que, sin duda, “los sentimientos están a flor de piel”, los padres deben intentar aumentar la autoestima de sus hijos y ayudarles en sus inseguridades. La gran mayoría de ellos acudirán solamente a sus padres si estos son conscientes de que nos los van a regañar o criticar por lo que hay que escucharlos sin interrumpirles y poner verdadera atención en lo que cuentan.

Finalmente, es fundamental informales también sobre otros riesgos que conlleva, por ejemplo, el alcohol, el tabaco y las drogas. Asimismo, se debe informar sobre la prevención de infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados y fomentar una sexualidad sana. Recordemos que a esta edad ya se ha alcanzado la edad de reproducción. Y, sobre todo, enseñarles a ser lo suficientemente autónomos en todas y cada una de sus decisiones y a decir no ante diferentes situaciones de presión.