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¿A partir de qué edad los niños obedecen?

¿A partir de qué edad los niños obedecen?

Los niños tienen la capacidad de aprender a obedecer a medida que se produce su desarrollo evolutivo, pero es importante que ya desde antes del año de edad comencemos a establecer ciertos límites y decir “no” al niño cuando vaya a hacer algo malo para que comprenda que no puede hacer u obtener todo lo que quiera. No obstante, no es un proceso sencillo, ya que el niño va atravesando diversas fases en su obediencia que debemos conocer para adaptar las normas y límites a su edad y así conseguir que comprenda que hacer caso a los padres o profesores es lo correcto.

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El desarrollo de la disciplina en la infancia

Los niños no nacen sabiendo qué está bien y qué está mal, somos los padres los que se lo vamos enseñando a medida que crece. La primera vez que coge un cuchillo, debemos decirle firmemente “no” y quitárselo de las manos para que comprenda que eso es peligroso. En ese momento es normal que se ría y no nos haga caso e intente cogerlo de nuevo, puesto que para los niños todo es un juego y nos retan constantemente para saber hasta dónde puedan llegar. Pero, aunque sea muy pequeño, debemos mantenernos firmes para que comprendan, ya desde bebés, que hay ciertos límites que no se pueden traspasar.

Por lo tanto, los niños tienen la capacidad de obedecer desde pequeños, otra cosa es que sea fácil conseguir que lo hagan siempre. Por supuesto, hay niños más obedientes que otros, en lo cual influye tanto la personalidad como la educación y el ejemplo de los padres, pero también la edad. Por eso, es importante que sepas cómo se desarrolla la obediencia a cada edad para que sepas cómo actuar en cada momento:

- Hasta los 12 meses: En estos primeros meses de vida, las primeras normas van encaminadas a evitar situaciones de riesgo para él o para los demás. La palabra clave en estos momentos es “no”, la cual, según los pediatras, comprende el 50% de los niños en torno a los 8 meses, el 75% a los 10 meses y el 95% casi a los 15 meses. Es decir, hasta esta edad no se puede decir que casi todos los niños entienden una prohibición, lo cual no implica que no debamos empezar a decir “no” al bebé desde los 8 meses, aproximadamente. Cada “no” debe ir acompañado de una cara seria para que entienda su importancia y la prohibición asociada.

Estas prohibiciones le hacen entender, además, que él es una persona diferente de nosotros y le enseñan que no todo se puede conseguir al momento, siendo el primer paso para que aprenda a tolerar las frustraciones.

Las normas en estos meses giran en torno a la comida, el sueño, los juegos, el peligro y el establecimiento de hábitos positivos.

- De 1 a 2 años: La curiosidad, el atrevimiento, la actividad, la tenacidad y la exigencia del niño aumentan en estos meses. Al aprender a andar puede moverse con más libertad y, además, comienza a desarrollar su autonomía y su libertad, por lo que es normal que comience a retarnos y desobedecer o no hacer caso cuando le pedimos o prohibimos algo.

Su lenguaje también aumenta, así como su comprensión oral, por lo que es capaz de entender razonamientos sencillos, así que debes empezar a explicarle el porqué de las normas para que vaya comprendiendo que no son arbitrarias, sino que buscan su bienestar y evitar riesgos y peligros.

En torno a los 18 meses comienzan a usar el “no”, que se convierte en su palabra favorita. Adoptan la costumbre de responder que “no” a todo, lo cual no es un rasgo de desobediencia, sino que están poniendo a prueba su personalidad y su independencia, por lo que incluso dicen no a cosas que les gustan.

Aunque lo veas muy pequeño, debes mantenerte firme en aquello que prohíbes o en los límites marcados.

- De 2 a 3 años: Es una de las etapas más rebeldes de los niños, los llamados terribles 2 años porque aparecen las rabietas y el “no” se convierte casi en su única respuesta ante todo. El niño se opone a todo lo que le dicen sus padres y quiere hacerlo todo él mismo, pero se frustra al no conseguirlo. Se prueba a sí mismo constantemente y puede llegar a hacer cosas muy peligrosas en su búsqueda de la autonomía, por lo que debes vigilarle sin parar. A pesar de eso, es bueno que le dejes probarse a sí mismo e intentar hacer las cosas solo, siempre que no sean peligrosas, para que aprenda y desarrolle la responsabilidad.

A esta edad reconocen intuitivamente quién tiene la autoridad en casa y quién la ejerce, por lo que sabe que debe obedecer a sus padres, pero se siente inclinado a desobedecer, poniendo constantemente a prueba los límites de sus padres. Además, se da cuenta de que es una persona distinta de sus padres y hermanos, por lo que puede actuar de otra forma.

En esta etapa es fundamental que seas muy paciente y desarrolles técnicas para evitar y controlar sus rabietas, como distraerle con otra actividad o juguete, darle diversas opciones para que escoja él, reservar el "no" para lo importante y no usarlo a todas horas, mantenerse firme y establecer unas pocas normas, pero claras y concisas. Es importante que le expliques el porqué, pero no pretendas que tus argumentos le convenzan.

- De 3 a 4 años: Aumenta su sensibilidad hacia los comentarios y opiniones de los demás, por lo que pueden sentirse orgullosos o avergonzados de lo que le dices, por eso hay que ser cuidadoso al regañarle y no juzgarle a él nunca, sino su conducta o actitud. Para él, obedecer es “ser bueno” y no obedecer “ser malo”. Empiezan a preguntar el motivo de su obediencia, por lo que es la etapa más fructífera para fomentar en ellos la obediencia y el buen comportamiento. En este momento comienza a comprender que no solo tiene que obedecer a sus padres porque ellos son la autoridad, sino por que es razonable obedecer y sus padres tienen razón en sus normas y límites. Por eso, en esta etapa debemos conseguir que entiendan la importancia de obedecer y portarse bien para ellos, no solo por evitar castigos.


Otros consejos para lograr que hagan caso

Además de conocer el desarrollo de la obediencia en tu hijo según su edad, es conveniente que tengas en cuenta estos otros consejos:

1- Es normal que el niño te rete y te ponga a prueba, debes entenderlo como parte de su desarrollo.

2- Comienza estableciendo pocas normas y sencillas, y ve aumentando a medida que crezca y madure.

3- Explícale el porqué de las normas, sobre todo cuando empiece a solicitarlo. “Porque sí” o "Porque yo lo digo” no vale.

4- Motívale explicándole las consecuencias positivas de portarse bien y las negativas de no hacer caso.

5- Sé un buen ejemplo. Los padres somos el espejo en el que se fijan los niños.

6- Emplea el buen humor y el juego para conseguir lo que buscas en lugar de los gritos y las amenazas. Son más útiles y ayudan a crear un buen clima de convivencia.

7- Ponte de acuerdo con tu pareja para que las normas siempre sean las mismas.

8- La seguridad y la firmeza al aplicar las normas es clave para que el niño haga caso.  

 


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Domènech, Montse (2015), Edúcame bien, Ed. Plaza & Janés.

Fecha de actualización: 16-02-2023

Redacción: Irene García

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