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Cómo establecer normas en el hogar

Cómo establecer normas en el hogar

Las continuas luchas en casa con los hijos son completamente inevitables. De hecho, la mayoría de los conflictos con ellos surgen ahí. Los adultos pasamos la mayor parte del tiempo en el trabajo y los niños en el cole, pero ¿qué sucede los fines de semana?

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La importancia de establecer normas

Es primera hora de un sábado y ya cunde el pánico en casa. Nuestros hijos han dejado todos los juguetes tirados por la habitación, no han recogido nada y no suficiente con ello andan ya trasteando con sus juguetes o el ordenador. Ante todo, hay que relajarse pues de nada sirve volverse loco.

Es cierto que a veces resulta complicado mostrarse calmado y sereno, pues con todo el trabajo que tenemos si además le sumamos el que nos dan nuestros hijos, que no nos obedecen, es inevitable perder la paciencia. Todos tenemos un límite, pero ¿hace falta realmente llegar hasta el punto de perder los papeles? La respuesta está clara y es un rotundo no.

Si desde el principio establecemos una serie de normas en el hogar que se deben cumplir esto no pasará. Cuando queremos establecer una norma, sea del tipo que sea, es importante decirles a nuestros hijos cuál es la norma, explicarles cuál es el motivo, y establecer además cuál será la consecuencia si esta regla se rompe.

Aunque no lo creamos cuando hacemos esto ya tenemos mucho ganado, pero debemos ser consecuentes con las normas y por supuesto cumplir con la consecuencia dicha previamente. De esta manera nuestros hijos sabrán que siempre que no cumplan con sus obligaciones habrá una consecuencia. Sin embargo, si ni siquiera nosotros mismos cumplimos lo que decimos, tampoco podremos pretender que ellos lo hagan.

Cada uno de nosotros tenemos en casa una serie de normas, pero no somos conscientes de muchas de ellas por el simple hecho de que ya forman parte de nuestra manera de vivir. Sin embargo, existen muchas otras que se dan por hecho pero si no se dicen jamás se cumplirán. Por este motivo es recomendable que nosotros, como padres, dediquemos tiempo a hacer un proyecto involucrando a todos y cada uno de los miembros de la familia estableciendo normas, objetivos y también consecuencias.

Para nuestros hijos las normas sociales sirven para aprender a convivir con los demás. Las reglas de convivencia son las normas sociales que debemos inculcarles, pues son normas que nos aseguran convivir en paz y armonía con ellos con el fin de evitar las discrepancias. Entre estas normas de convivencia figuran la generosidad y el respeto. La generosidad es uno de los valores que más debería fomentarse en la vida familiar al igual que el respeto dentro de la familia, a todos ellos, pero también a sus opiniones y sentimientos.

Las normas son de obligado cumplimiento y recogen todo lo que se puede hacer o no en una casa. Cada familia establece las suyas y las va creando en función de sus necesidades. Además, las normas facilitan la convivencia y permiten que nos llevemos bien, pero también tienen sus consecuencias, que pueden ser tanto premios si se cumplen adecuadamente como castigos o pérdida de algunos de sus privilegios si no.

Quizás lo más importante a tener en cuenta es que el reglamento familiar debe ser estable, es decir, el cumplimiento o incumplimiento de las normas siempre debe tener las mismas consecuencias; consistente, las reglas no cambian de un día para otro; explícito, las reglas se conocen y se comprenden; y predecible, las reglas están definidas antes de que lleguen a interrumpirse.


Cómo elaborar normas de manera adecuada con nuestros hijos

- Construir una lista estableciendo sus conductas inapropiadas.

- Transformar dicha lista en otra con objetivos positivos.

- Formular esos objetivos en forma de reglas de conducta claras.

Para comenzar lo primero que debemos hacer es proponer cada semana alrededor de cuatro o cinco reglas de conducta, las cuales deben realizarse bien al menos durante quince días seguidos. Una vez nuestros hijos consigan este objetivo proponemos la siguiente conducta y no debemos olvidar por supuesto que si la conducta se logra debe premiarse.

Como veíamos arriba, debemos ser específicos con las normas, es decir, hay que comunicárselas a nuestros hijos de manera adecuada, decirles lo que esperamos de ellos, pero también es muy importante ser consecuentes con ellas, asegurarnos de que si establecemos una consecuencia a una norma seremos capaces de hacerla cumplir y sobre todo estar de acuerdo con nuestra pareja.

Las normas deben ser sencillas y adaptadas a la edad del niño. No hace falta tener muchas, es mejor empezar con unas pocas e ir ampliando. 

Asimismo, es importante tener en cuenta que cuando demos una instrucción a nuestros hijos debemos hacer lo siguiente:

- estar al lado de ellos poniéndonos a su altura estableciendo algún contacto.

- utilizar un tono que resulte agradable, pero a la vez firme.

- mirarlos a los ojos y asegurarnos de que ellos también lo hacen.

Esto es cosa de todos y tanto en casa como en la calle nuestros hijos tienen que comportarse de manera adecuada, respetando y entendiendo que hay una serie de normas que deben aceptar y respetar. Y si desde el principio tanto padres como hijos cumplimos con todo, seguro que nuestras relaciones intrafamiliares serán estupendas.


Fuente:

Domènech, Montse (2015), Edúcame bien, Ed. Plaza & Janés.

Fecha de actualización: 03-02-2023

Redacción: Ana Ruiz

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