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La obediencia a cada edad, del bebé al niño

La obediencia a cada edad, del bebé al niño

Los límites son necesarios para el crecimiento del niño. Les protegen y les enseñan a frustrarse, con lo que aprenden que no todo se consigue ni todo se puede hacer, porque hay cosas que no son correctas. Sin embargo los niños no nacen con un código de normas bajo el brazo que les dicte la forma de comportarse en este mundo al que acaban de llegar. El aprendizaje de estas reglas pasa necesariamente por la obediencia a una autoridad. Para esto los primeros años de la vida de un niño son fundamentales

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No obstante las normas varían necesariamente con la edad, por ello el gabinete psicológico de la Escuela Infantil Cangurito nos muestra las bases para conocer en para entender su comportamiento dependiendo del momento en que se encuentra el niño y saber qué concepto de disciplina conviene reafirmar.
 

La obediencia en niños de hasta 1 año

Las primeras limitaciones están muy relacionadas con las situaciones de riesgo. En esta etapa se impone una función protectora.

Cuando es un bebé, nuestras prohibiciones le hacen entender que él y nosotros somos unas personas distintas, diferentes e independientes. La palabra clave en estos momentos es “no”. Debe experimentar que los deseos no siempre se satisfacen en el momento, de inmediato.

Alrededor de los 8 meses empieza a mostrar apego excesivo a figuras conocidas y miedo ante los extraños. De ahí la importancia de esta función protectora en esta etapa y de los límites, porque empieza a estructurarse su mundo.

Las normas en este periodo giran en torno al sueño, la comida, el peligro y el establecimiento de rutinas positivas.

Nuestras mejores ayudas son reconocer, interpretar y traducir sus necesidades y no dejarnos vencer por su llanto (cuando no tenga una base justificada).
 

 La obediencia en niños de 1 a 2 años

Las características del niño en esta edad son la curiosidad, la tenacidad, el atrevimiento, la actividad y la exigencia, entre otras. Ante lo cual debemos saber que:

Hacia el año y medio ya tiene capacidad para entender razonamientos sencillos. Es por lo tanto el momento de explicarles el porqué de las normas.

A partir de los 18 meses empieza a conocer y a utilizar el “no”. Responden con una negativa a todo lo que se les dice. Sin embargo no debemos confundir esta actitud con la desobediencia Está poniendo a prueba su personalidad y ya siente que es alguien independiente. Es necesario, por lo tanto que experimente por sí mismo, pero no sin dejar de inculcarle la obediencia. Ante ello tus mejores actitudes son:

- Firmeza: lo que se dice, se cumple.

- Razonamiento: explicarle por qué. Insistiendo siempre en lo concreto, ya que los niños de esta edad no entienden los planteamientos abstractos. La mejor forma es razonar a través de las consecuencias; pero siempre han de partir de su experiencia, porque no saben prescindir de ella.
 

 

La obediencia en niños de 2 a 3 años

Es la etapa por excelencia de afirmación del “no”. Se opone a todo y todo lo quiere hacer él mismo. No te preocupes si se equivoca, es muy bueno que intente hacer el mayor número de cosas por sí mismo, aunque debes tener cuidado con lo que puede resultar nocivo o peligroso. Si hasta ahora has tenido que vigilarle de cerca, ahora has de ser como un espía que ve sin ser visto y controla sin que se note. Tu hijo necesitará probarse a sí mismo y hemos de dejarle hacer.

En esta etapa suelen ser frecuentes las rabietas. Tus mejores actitudes, en esta etapa son:

- Paciencia y serenidad: es una época de oposición y van a intentar imponer su voluntad.

- Distraer: es una forma de evitar que hagan algo que no les permitimos.

- Dar opciones: ahora ya entienden que no lo pueden hacer o tener. Es la ocasión de recordárselo:”Esto no… pero esto sí…”

- Reserva el no para lo realmente importante. El exceso de negativas no es educativo, sino que coarta y limita demasiado.

- Firmeza: mantén la disciplina que has establecido, por encima de todo. Es necesario para que se sientan seguros.


La obediencia en niños de 3 a 4 años

A esta edad comienza a experimentar los conceptos de justicia, orgullo y vergüenza. Es sensible a las reacciones de los adultos y ante éstas puede sentirse orgulloso o avergonzado. Adquiere conciencia afectiva y de lo que puede y no puede hacer. Para él la obediencia sigue siendo el código moral predominante y obedecer es “ser bueno” y no hacerlo “ser malo”. Acepta la norma por respeto a quien se la ordena.


¿Qué hacer para que los niños obedezcan?

Con el tiempo observarás que reta tu autoridad. Es normal. Forma parte de su proceso de desarrollo y así es como pide que se le impongan los límites.

Pero ¿cómo conseguimos que nos obedezca? Como en todo y especialmente si hablamos de niños, no hay fórmulas milagrosas y lo que puede funcionar en unos casos puede no ser eficaz en otros. Sin embargo estas pautas pueden ayudarte en algunos momentos:

- Asegúrate que comprende lo que le ordenas y es capaz de realizar lo que le pides. La labor encomendada debe ser proporcionada a las capacidades propias de su edad. Emplea órdenes sencillas, cortas y claras y de una en una. Comienza con tareas fáciles y agradables, después podrás ir aumentando el nivel de exigencia.

- Explícale por qué debe obedecer o la razón por la que le prohíbes algo. Trata de evitar frases como: “¡Porque sí!” o “¡Porque lo digo yo!”. Enséñales a comportase; si no conocen las normas difícilmente podrán a cumplirlas.

- Motívale, explicándole, no sólo lo que tienen que hacer, sino las consecuencias positivas (o negativas) de su buen comportamiento (o desobediencia).

- Da ejemplo. Los adultos somos el espejo donde se miran los pequeños. Imitarán tu conducta porque es así como aprenden. Emplear un tono agradable no te resta autoridad y puede ser más efectivo. Procura no perder la calma en caso de desobediencia.

- Emplea el buen humor y el juego. Ponte a su altura cuando le ordenes, no sólo físicamente (poniéndote en cuclillas), sino en la forma de exponerlo. Convierte la orden en un juego (jugar a guardar los juguetes por tamaños), para que no asocie la obediencia con algo negativo.

- Elógiale y premia sus buenas conductas, no con recompensas materiales sino afectivas. Y hazlo inmediatamente después de que haya obedecido tu petición.

- Sé coherente. Si le exiges algo debe obedecerte. Sé paciente y no te anticipes a su acción haciéndolo tú. En ocasiones no es que no quiera hacerlo, sino que sus aún limitadas habilidades le impedirán hacerlo al ritmo que deseas.

- Ponte de acuerdo con tu pareja para que el niño no reciba órdenes contradictorias que puedan confundirle. Y cumple siempre lo pactado con tu pequeño. Si le has prometido una recompensa, cúmplela.

 


 


Fuentes: Escuela Infantil Cangurito. Madrid. 91742 24 69

Fecha de actualización: 19-05-2020

Redacción: Lola García-Amado

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