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Síntomas del estirón en adolescentes

Síntomas del estirón en adolescentes

La adolescencia es un periodo de cambios. Cuando decimos eso de ‘’¡Qué grande está este chico!’’  o ‘’¡Qué cambiada encuentro a esta chica!’’, no lo decimos en el sentido metafórico. Y es que durante esta etapa, el cuerpo del niño empieza a desarrollarse hasta que se convierte en adulto. Acné, cambios en la voz… pero también es el momento en el que se produce el estirón. ¿Qué síntomas acarrea este cambio en el patrón del crecimiento?

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Índice

 

¿A qué se refieren los pediatras con ‘’pegar el estirón’’?

Con la llegada de la adolescencia, el cuerpo empieza a sufrir cambios visibles. De un día para otro, parece que a nuestros hijos se les queda pequeña la ropa, y la gente que hacía mucho tiempo que no los veía, asegura que los ven muy cambiados.

Tu hijo ha pegado el estirón y puede que tú no te hayas dado cuenta hasta que has tenido que ir a comprar ropa de más talla. Pero ¿a qué se debe este crecimiento repentino?

Pegar el estirón forma parte de los cambios que ocurren en la pubertad. El cuerpo de los adolescentes crece más rápido que nunca, a excepción de cuando eran bebés, y eso se nota. No es solo la altura la que cambia, sino también el peso, que es mayor.

Este aumento repentino del crecimiento empieza cuando la sangre alcanza un nivel adecuado de hormonas sexuales, andrógenos o estrógenos. El aumento de hormonas sexuales provoca un aumento paralelo de hormonas del crecimiento. También ejercen un poder estimulador sobre los cartílagos de crecimiento de los huesos.
 

¿Cuándo se produce el estirón en adolescentes?

Según la Pediatría, la adolescencia comienza  a los 12 años y termina a los 18. Durante este periodo de tiempo, nuestros hijos dejan de ser niños y comienzan esa transición hasta la etapa adulta.

Los repentinos cambios de humor, el descubrimiento de nuevos gustos personales y el rechazo a los gustos antiguos están a la orden del día.

Los cambios físicos también son notables. El acné aparece en algunos casos y hay un punto en el que el crecimiento se acelera.

Saber con antelación cuándo se va a producir el estirón en nuestro hijo adolescente es casi imposible, ya que varía dependiendo del sexo, la genética…

Por lo general, las niñas pegan el estirón entre los 8 y los 15 años, mientras que los chicos lo hacen entre los 9 y los 16 años, según el pediatra Jill Castle.
 

¿Cuánto crecen los adolescentes?

Al igual que es prácticamente imposible predecir cuándo un adolescente va a pegar el estirón, también lo es saber cuántos centímetros va a aumentar su estatura durante este.

El estirón es diferente en chicos y chicas. Los chicos suelen aumentar más centímetros, entre 25 y 30, mientras que las chicas no suelen pasar de los 27.

De esta manera, el aumento de peso también es proporcional al de altura, por lo que las chicas cogerán menos kilos que los chicos. Aún así, no suele ser normal que se aumenten más de 10 kilos en ninguno de los dos casos.

Si por genética, la familia es de estatura alta, el estirón será más notable en esos niños.

La edad en la que se deja de crecer varía en cada caso, pero no suele ir más allá de los 20 años en hombres y de los 18 en mujeres. A partir de este momento, si se produce algo de crecimiento, sería muy escaso y lento.
 

Síntomas del estirón en la adolescencia

Algunos signos pueden estar avisándonos de que nuestro hijo está pegando el estirón:

- Dolor: los “dolores de crecimiento” suelen focalizarse en la parte delantera de los muslos, las pantorrillas y la parte posterior de las rodillas. Este dolor suele ser más muscular que articular.

- Pies grandes: los pies son uno de los primeros indicadores de que tu hijo está creciendo. De repente, tu hijo empezará a quejarse de que los zapatos le aprietan, e ir a comprar zapatos de más talla se convertirá en algo normal.

- La ropa queda más corta y ceñida: al pegar el estirón y ganar estatura y peso, empezarán a rellenar la ropa en aquellos sitios que no lo hacían, como en la cintura y los muslos. Además, los pantalones y camisetas del invierno anterior quedarán más cortos de lo que deben.

- Alargamiento de los huesos: al crecer, los huesos se alargan y los hombros y caderas se ensanchan.

- Nacimiento de pelo: puede que tus hijos se sorprendan al ver que empieza a salirles pelo en sitios en los que antes no había.

- Fuerte olor corporal: durante la adolescencia, la producción de hormonas sexuales aumenta, lo que produce un mayor olor corporal.

- Aumento del apetito: sin previo aviso, nuestro hijo empieza a servirse platos más abundantes durante la comida o picotea más entre horas.  El cambio físico y psicológico de esta etapa hace que sus necesidades nutricionales cambien. Por norma, los chicos suelen aumentar más su ingesta que las chicas.

- Montaña rusa de emociones: tantos cambios hormonales producen una sensación de inestabilidad emocional. Querer estar solos, mantenerse más distantes, aumento de discusiones en casa…  son algunas de las cosas que experimentamos en esa etapa

- Acné y cambios en la piel: el aumento de hormonas provoca piel grasa y lo que esto conlleva, el acné juvenil.

- Menarquia: la llegada de la pirmera regla en las chicas marca también el inicio de la pubertad.

 

¿Debo de ir al médico cuando mi hijo pegue el estirón?

Unos buenos hábitos de alimentación, ejercicio físico y sueño son necesarios para que el crecimiento de un niño sea correcto.

Cuando nos preocupemos por que nuestro hijo sea el último de la clase en pegar el estirón, debemos recordar que el patrón del crecimiento de un hijo adolescente se debe en gran medida a la genética, por lo que no se puede esperar que un niño crezca mucho si viene de una familia de baja estatura.

Definir una estatura y peso “normales” para cada edad es complicado, por lo que debemos preocuparnos más de que este crecimiento sea progresivo y saludable, dentro de la genética del niño, antes que de una cifra exacta.

Aún así el pediatra en las revisiones chequeará si el crecimiento de tu hijo va por buen camino o pondrá las medidas necesarias si nota que algo no va como debería en su salud.

En cuanto a los dolores por crecimiento, como hemos dicho antes, es algo normal que el niño puede experimentar. Aunque los dolores no sean agradables, son puntuales y deberían desaparecer por sí solos.

Una señal de que algo no va bien y que deberías acudir al médico con tu hijo son la aparición de rojeces e inflamaciones, el dolor extremo durante largas horas o la fiebre.


Fuentes: Johns Hopkins Medicine

Fecha de actualización: 04-06-2021

Redacción: Laura Abad

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