Sacar a los niños al aire libre puede reducir los efectos negativos de las pantallas

Índice

• Efectos negativos de las pantallas para los niños
• ¿Puede el juego al aire libre reducir estos problemas?

 

Efectos negativos de las pantallas para los niños

El tiempo frente a la pantalla se refiere a la cantidad de tiempo que dedicamos a mirar o usar dispositivos de pantalla, como televisores, sistemas de videojuegos, tabletas y teléfonos inteligentes.

Se ha investigado la asociación inversa del tiempo frente a una pantalla con el bienestar del desarrollo neurológico de los niños, con un metaanálisis reciente que revela que el 75 % de los niños menores de 2 años las usan. Estos niños pequeños tienen un mayor riesgo de retraso en el desarrollo del lenguaje, problemas de inatención, problemas emocionales, comportamientos desafiantes y peor rendimiento académico y de lectura en edades preescolares y la niñez. Esto es alarmante porque la edad de primer uso es cada vez más baja. Por eso, se debe evitar el uso de dispositivos de pantalla para niños menores de 18 meses o limitar el tiempo de pantalla a 1 hora diaria para niños menores de 2 años. El problema es que, reconozcámoslo, no siempre lo hacemos.

La reciente pandemia de COVID-19 hizo que los niños pasaran más tiempo frente a la pantalla y jugaran menos al aire libre, ​​poniéndolos en un riesgo potencialmente mayor de problemas de desarrollo neurológico. Lo preocupante es que los datos muestran que el tiempo de pantalla no ha disminuido después de que se levantaron las medidas de aislamiento, con el peligro para la salud y el desarrollo de los niños.
 

¿Puede el juego al aire libre reducir estos problemas?

Para comprobar esta hipótesis, los investigadores siguieron a 885 niños de 18 meses a 4 años de edad. Observaron la relación entre tres características clave: la cantidad promedio de tiempo de pantalla por día a los 2 años, la cantidad de juegos al aire libre a los 2 años y 8 meses y los resultados del desarrollo neurológico, específicamente, la comunicación, las habilidades de la vida diaria y las puntuaciones de socialización de acuerdo con un herramienta de evaluación estandarizada llamada Vineland Adaptive Behavior Scale-II, a los 4 años.

Este estudio mostró que un mayor tiempo de pantalla (>1 hora al día) a los 2 años se asoció con peores resultados del desarrollo neurológico a los 4 años. Los principales hallazgos fueron los siguientes:

(1) El tiempo de pantalla a los 2 años se asoció con la comunicación y las habilidades de la vida diaria

(2) La frecuencia de juego al aire libre no medió la asociación para la comunicación, pero sí medió la asociación para las habilidades de la vida diaria con un efecto natural indirecto significativo y un efecto total, con una proporción de mediación del 18 %

(3) El tiempo de pantalla a la edad de 2 años no se asoció significativamente con la socialización, pero el juego frecuente al aire libre sí

Estas asociaciones se confirmaron después de ajustar los posibles factores de confusión, incluidos el sexo del niño, la educación de los padres y los síntomas del TEA (Trastorno del Espectro Autista) del niño a la edad de 1 año y 6 meses.

Es decir, jugar al aire libre en realidad no alteró los efectos negativos del tiempo de pantalla en la comunicación, pero sí tuvo un efecto positivo en las habilidades de la vida diaria.

Específicamente, casi una quinta parte de los efectos del tiempo de pantalla en las habilidades de la vida diaria fueron mediados por el juego al aire libre, lo que significa que aumentar el tiempo de juego al aire libre podría reducir los efectos negativos del tiempo de pantalla en las habilidades de la vida diaria en casi un 20 %. Los investigadores también encontraron que, aunque no estaba relacionado con el tiempo frente a la pantalla, la socialización era mejor en los niños de 4 años que habían pasado más tiempo jugando al aire libre a los 2 años y 8 meses de edad.

Y es que la frecuencia de juego al aire libre se asocia consistentemente con la socialización. De manera similar, un mayor tiempo frente a la pantalla se asocia con juegos frecuentes al aire libre. Curiosamente, el juego al aire libre se asocia solo con las habilidades de la vida diaria y la socialización y no con la comunicación. Debido a que un aumento en el juego al aire libre se correlaciona inversamente con los comportamientos sedentarios y positivamente con la actividad física en los niños pequeños, comprender el papel del juego al aire libre en el vínculo entre el tiempo de pantalla temprano y el neurodesarrollo posterior puede ofrecer pistas para posibles intervenciones.

Se han sugerido diferentes mecanismos que podrían explicar una asociación directa entre el tiempo de pantalla y el neurodesarrollo en la comunicación. Un estudio sugirió que un aumento en el tiempo audible frente a la televisión disminuyó la magnitud de la atención a la vocalización de los padres, lo que llevó a una disminución en la vocalización del niño. Otro estudio respaldó esto, sugiriendo que ver la televisión de fondo podría disminuir la interacción entre padres e hijos. Estas asociaciones han se ha observado en niños pequeños con TEA, que son propensos a retrasos en el desarrollo de las habilidades del lenguaje. Específicamente, la cantidad de tiempo que pasan frente a una pantalla de forma pasiva se ha asociado inversamente con el puntaje de lenguaje receptivo de los niños con TEA de 1 a 3 años de edad, lo que sugiere que el tiempo de pantalla elevado en los niños pequeños se asocia con un neurodesarrollo subóptimo en la comunicación, posiblemente a través de una atención reducida a los adultos y una comprensión comprometida en la conversación, y tal explicación se mantiene independientemente de los niveles de habilidades lingüísticas o el diagnóstico de TEA.

Sin embargo, comprender la asociación del tiempo de pantalla con las habilidades de la vida diaria y la socialización es complejo y debe tener en cuenta cofundadores como el riesgo acumulativo de desventaja socioeconómica y genética, que se remonta al nacimiento o antes.

Un estudio prospectivo ha sugerido que el tiempo frente a la pantalla, junto con la actitud de los padres, puede funcionar como un mediador entre la desventaja socioeconómica temprana y los resultados distantes, incluida la subóptima socioemocional. También es posible que el tiempo dedicado a actividades al aire libre pueda mediar la relación entre la actitud de los padres y el tiempo frente a la pantalla. En conjunto, es imperativo investigar el papel del juego al aire libre en el neurodesarrollo infantil óptimo. Por ejemplo, estudios recientes han indicado la relevancia del “tiempo verde” y el sueño cuando se considera el papel del juego al aire libre en la triangulación del tiempo frente a la pantalla, la actitud de los padres y el neurodesarrollo socioemocional. Todos estos factores deben reevaluarse ante desastres naturales como una pandemia.