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Parto con ventosa kiwi

Parto con ventosa kiwi

La ventosa obstétrica es un instrumento en forma de copa que, a través de un sistema de vacío, se adhiere a la cabeza del bebé para ayudarle a salir del canal de parto. Solo puede utilizarse en la fase de expulsión cuando el bebé no consigue avanzar solo o la madre está agotada, pero se debe intentar evitar su uso ya que puede tener consecuencias negativas para la mamá y el bebé.

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Índice

 

¿Qué es la ventosa kiwi?

La ventosa kiwi es un tipo de ventosa moderno más pequeña, desechable y portátil, llamada así por su nombre comercial (“Kiwi Omnicup”), que se puede usar de forma rápida y es muy útil en ciertas ocasiones. Es una evolución de las primeras ventosas, inventadas en 1953 por el obstetra sueco Mälstrom, quien fabricó unas ventosas de acero inoxidable de 5 cm de diámetro, con una cadena de tracción en el interior de un tubo de plástico conectado a un sistema de vacío. Esta ventosa se usó mucho en Medicina en España en los años 60 y 70, aunque en los años 80 el instrumento más usado en los partos seguía siendo el fórceps. Actualmente se emplea mucho más la ventosa, sobre todo desde que en el año 2001 el obstetra australiano Aldo Vacca publicara un artículo (“Operative vaginal delivery: clinical appraisal of a new vacuum extraction device”) en el que se hablaba sobre la nueva ventosa Omnicup Kiwi, un dispositivo de silicona del mismo diámetro (5 cm) pero menor grosor y un delgado tubito flexible que sirve para el vacío, así como para la extracción fetal.

Este dispositivo se emplea en el 3% de los partos y solo puede recurrirse a ella en casos de sufrimiento fetal o si la mamá ya no puede seguir empujando. Las principales ventajas de este dispositivo frente a otros es que es mucho más rápida, permite ayudar al bebé a salir en tan solo dos minutos en lugar de los 7 u 8 que se tardaba antes, y deja una marca mucho menor en la nuca del bebé.
 

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¿Qué ventajas tiene en comparación con la ventosa ordinaria?

La rapidez es mayor ya que, con las ventosas metálicas, la operación de crear un vacío podía durar hasta 10 minutos, pero la silicona permite que la adherencia sea más rápida y fácil, por lo que el vacío se crea antes y reduce el tiempo de expulsión y, por lo tanto, de sufrimiento del neonato.

También es mejor para la mamá ya que es menos traumática para los tejidos maternos, reduciendo el riesgo de desagarro. Por lo tanto, es un instrumento menos intervencionista y con menos secuelas.

Como la ventosa se aplica sobre la cabeza del bebé, no es necesario administrar anestesia extra.


¿Cuándo se usa la ventosa?

Los partos instrumentados solo se deben realizar cuando es totalmente necesario porque la expulsión se alarga mucho y puede causar sufrimiento fetal o si la madre está tan cansada que ya no es capaz de seguir empujando y ayudando al bebé a salir del canal de parto. Es útil para evitar una cesárea, pero solo puede usarse cuando la cabeza del feto ha alcanzado un cierto grado de descenso por el canal del parto (si está muy alto, no queda más remedio que practicar una cesárea). Además, es necesario que el bebé esté en presentación cefálica (pero no de cara o de frente), que las membranas estén rotas, y que la mujer haya dilatado del todo o casi del todo.

También existen una serie de contraindicaciones al uso de la ventosa, como que el bebé sea prematuro (menos de 34 semanas), o que haya una desproporción entre la cabeza del feto y la pelvis de la mujer.
 

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¿Qué sucede durante un parto con ventosa?

Normalmente se le da a la mujer un medicamento para bloquear el dolor. Este puede ser anestesia epidural o una anestesia que se coloca directamente en la vagina.

La copa se coloca sobre la cabeza del bebé. Después, durante una contracción, se le pide que vuelva a empujar. Al mismo tiempo, el médico o la enfermera tirarán suavemente para ayudar a dar a luz al bebé.

Después de que el médico o la enfermera obstetra saque la cabeza del bebé, tú serás la encargada de empujar hacia afuera el resto del trayecto. Después del parto, puedes cargar a tu bebé sobre tu vientre si estás bien.

Si con la ventosa no han sido capaz de mover a tu bebé, puedes necesitar una cesárea.


Efectos secundarios de la ventosa

Bien aplicada, es una técnica bastante segura e inocua que ayuda al bebé a salir con cada pujo y contracción gracias a la tracción que se hace con la ventosa hacia afuera.

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No obstante, como todas las intervenciones puede causar una serie de consecuencias tanto a la mamá como al bebé. El riesgo de desarrollar estas complicaciones es muy bajo (similar al de los partos naturales) e incluye desgarros en el perineo o la vagina o alteraciones del esfínter anal. Si la ventosa está bien colocada, no tiene por qué haber riesgo significativo para la madre, aunque puede ser necesario realizar una episiotomía para favorecer la salida del bebé.

Los principales riesgos de la ventosa recaen en el bebé ya que no deja de aplicarse en su cabeza y se ejerce fuerza que puede causar sangrados internos o hematomas entre la piel y el hueso (hemorragia galeal o subgaleal). También puede sufrir una hemorragia en la retina o ictericia neonatal (por la descomposición de los glóbulos rojos y la liberación excesiva de bilirrubina). De nuevo, los riesgos disminuyen si se coloca en las fontanelas en el momento en el que el bebé tiene la cabeza muy baja en el canal de parto. Además, si la copa se desprende dos veces no se debe seguir intentándolo, tampoco si se han efectuado más de 7 intentos de tracción o han pasado más de 20 minutos.

A pesar de todo, la aparición del hematoma no suele revestir gravedad y desaparece solo en unos días.

 

 


Fuente:

Schwartz ML, O’Grady JP. The obstetric vacuum extractor: recent innovations and best practices. Contemporary Ob/Gyn. 2002;5:114-126.

Vacca A. Vacuum-assisted delivery. Best Pract Res Clin Obstet Gynaecol. 2002;16:17-30.

Fecha de actualización: 08-02-2021

Redacción: Irene García

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