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Partos instrumentados

Partos instrumentados

El parto es un proceso fisiológico coordinado y complejo que supone la finalización de la gestación mediante la expulsión al exterior del bebé. El trabajo del parto se caracteriza por la dinámica uterina, la dilatación del cuello y el descenso del feto a través del canal del parto

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¿Cuándo tiene lugar un parto dificil?

Cuando todos los factores que intervienen en un parto normal no están coordinados, no encontramos con un trabajo de parto difícil. En ese momento es importante actuar y tomar medidas alternativas.

Éste es un proceso que en condiciones normales es relativamente rápido y depende, principalmente, de la coordinación de los siguientes elementos:

- Dinámica uterina regular y coordinada.

- Capacidad pélvica adecuada y canal blando normal, es decir, el canal del parto formado por huesos, músculos y tendones debe ser amplio.

- Tamaño fetal adecuado, es decir, menor que el tamaño del canal del parto.

- Estática fetal adecuada, el feto debe presentarse al canal del parto en una posición que permita su paso a través de él.

- Bienestar fetal, el feto debe asumir todos estos cambios sin que su pronóstico vital se vea afectado.

Todos estos elementos deben confluir de manera coordinada para que se produzca el parto normal o eutócico; cuando no es así nos encontramos con un parto distócico o trabajo de parto difícil, que llevará a los profesionales a intervenir para mantener la salud materno-fetal.

El parto normal consta principalmente de dos fases:

- Periodo de dilatación:

1. Fase de latencia: desde que comienza el parto hasta una dilatación de 3 cm, de duración muy variable.

2. Fase activa: hasta que se llega a dilatación completa; tiene una velocidad media de 1,5 cm/hora.

Periodo expulsivo: desde la dilatación completa hasta la expulsión fetal, que se produce tras una compleja cascada de movimientos fetales.

Así pues, el ginecólogo debe controlar todos estos elementos y cuando no se desarrollen de manera correcta tendrá que valorar el uso de técnicas alternativas al parto normal, para una correcta salud materno-fetal. Estas técnicas son, fundamentalmente, la cesárea y el parto instrumentado, así como medidas activas que se toman durante el parto para contrarrestar algún elemento alterado.

 

El parto instrumentalizado

Consiste en la aplicación de diferentes instrumentos obstétricos para abreviar el periodo expulsivo. Como explicamos anteriormente, éste discurre desde la dilatación completa hasta la expulsión total del feto. Antiguamente era el único sistema para abreviar el expulsivo, dado que la cesárea tenía unos niveles inaceptables de morbilidad, por lo que en muchas ocasiones se debían utilizar en situaciones muy desfavorables.

Hoy se utilizan tres instrumentos principales. La mayoría de las veces, aunque con matices, se pueden utilizar indistintamente, y su aplicación dependerá de la formación y escuela del ginecólogo, es decir, en España cada obstetra dominará una u otra técnica pero no las tres, según en centro en el que se haya formado.

- Fórceps: a pesar de su mala fama es, quizás, el instrumento médico que ha salvado más vidas a lo largo de la historia. El fórceps no debe sustituir a la cesárea ni viceversa, sino que cada uno tiene sus indicaciones y se deben aplicar según las circunstancias de cada parto. Es un instrumento formado por dos ramas metálicas que se aplican a cada lado de la cabeza. Existen diferentes tipos de fórceps. En España el más utilizado es de Kjelland, que es más moderno, y con mucha menos frecuencia el de Simpson.

La principal peculiaridad del fórceps es que permite la tracción y rotación de la cabeza, y la resolución de prácticamente todas las situaciones posibles en un expulsivo. Siempre debe ser aplicado por un Obstetra con experiencia en esta técnica.

Las indicaciones son:

- Maternas: problemas médicos u obstétricos que contraindiquen los pujos, agotamiento, falta de cooperación, analgesia excesiva con pujos débiles,…

- Fetales: sufrimiento fetal, alteraciones en el descenso y/o rotación, prolongación del periodo expulsivo y cabeza última en el parto de nalgas.

- Cesárea: en extracciones fetales muy dificultosas durante le realización de la misma.

En la actualidad, los profesionales discrepan acerca del uso del fórceps, pero existen múltiples estudios que demuestran que, aplicados según los criterios actuales y por manos expertas, consiguen cifras de morbilidad menores que si se realizase una cesárea.

- Ventosa: Es un sistema de extracción basado en la aplicación de una cazoleta o campana sobre la que comunica una presión negativa en la cabeza y ejerce tracción sobre el feto. Tiene sus peculiaridades con respecto al fórceps: no tiene capacidad rotadora pero sí permite su aplicación en situaciones donde no hay dilatación. Las indicaciones son similares a las anteriores del fórceps aunque nunca se podrá aplicar en un parto de nalgas, de cara o frente.

Espátulas: son los elementos obstétricos más modernos, ya que se comenzaron a utilizar de manera generalizada hace 40 años. Son dos cucharas metálicas, similares a los fórceps, pero con importantes diferencias: no son fenestradas, ni tiene punto de articulación entre sí y son una palanca de primer género. Esto le permite realizar una menor presión sobre la cabeza del feto en comparación con el fórceps, pero con disminución importante de la capacidad de flexión y rotación de la cabeza, lo que hace que su aplicación sea más sencilla que la del fórceps o la ventosa, conllevando a una disminución de los riesgos. Las indicaciones son similares a los fórceps, aunque considero que no debe sustuirlo en presentaciones altas y en las distocias de rotación.
 

¿Qué complicaciones pueden ocurrir en los partos instrumentados?

Complicaciones maternas:

- Desgarros y laceraciones en la vagina, cuello y cuerpo uterino

Desgarros musculares y del esfínter anal

- Lesiones del pudendo

- Propagación de la episiotomía

- Lesiones en los órganos vecinos

- Hematomas o fracturas del coxis

- Dolor crónico vulvar y perineal

Complicaciones en el recién nacido:

- Hay complicaciones menores como pueden ser las marcas de las palas, laceraciones, equímosis o erosiones.

- También hay complicaciones más severas como heridas, cefalohematomas, hematomas, hemorragias intracraneanas, fracturas de cráneo, parálisis facial. También puede causar dolor en los primeros días de vida. Todo esto puede influir negativamente en la lactancia materna y aumentan el riesgo de ingreso hospitalario por hiperbilirrubina.

 

 


Fuentes:

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

Fecha de actualización: 02-06-2020

Redacción: Dr. Francisco Regojo Balboa

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