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Cuidados de la episiotomía en el posparto

Cuidados de la episiotomía en el posparto

Los cuidados del periné en el puerperio son similares tanto si se ha practicado una episiotomía como en caso de desgarro.

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Índice

La episiotomía es una cirugía menor hecha durante el parto para ensanchar la abertura de la vagina.

Los desgarros o laceraciones perineales a menudos se forman por sí solos durante los partos vaginales. Es raro que estos desgarros comprometan el músculo alrededor del ano o el recto, pero puede pasar.

Tanto las episiotomías como las laceraciones perineales requieren puntos de sutura para reparar y mejorar el proceso de cicatrización. Ambas son similares en el tiempo de recuperación y en las molestias durante la cicatrización.


Consejos a seguir después de una episiotomía

El cuidado del periné es necesario en todas las mujeres que hayan tenido un parto vaginal o una cesárea, hayan tenido puntos o no, pero sobre todo en el caso de que se haya tenido una episiotomía o un desgarro vaginal.

Puede servirte de ayuda observar tu periné diariamente con un espejo para valorar la evolución de la cicatrización, la aparición de complicaciones y para familiarizarte con los cambios que se producen en tu cuerpo.

Lo más importante con respecto a los cuidados es mantener una buena higiene diaria con agua y jabón neutro, evitando los baños de inmersión (son mejores los baños de asiento). No debemos tener miedo a tocar la incisión, y debemos procurar mantener la zona lo más seca posible, que se consigue sobre todo cambiando con frecuencia la compresa. Se recomienda dejar la herida al aire durante unos minutos. Lo mejor para la higiene es utilizar productos con pH neutro.

Las compresas deben ser de celulosa o algodón para evitar reacciones alérgicas y que los puntos se maceren, ya que mantienen una adecuada absorción. Elige las compresas tocológicas, son unas compresas específicas para el posparto que hacen que la zona transpire mejor. Además, se debe cambiar con frecuencia la compresa para mantener la zona seca.

También se debe utilizar ropa de algodón holgada, para que se facilite la transpiración. Evita la ropa y la lencería de libra, los encajes o los tangas. Los primeros días pueden ayudarte las braguitas desechables.

Otra medida importante para disminuir el dolor es evitar esfuerzo en las defecaciones; lo podemos conseguir con una dieta rica en fibra para combatir el estreñimiento, además de beber líquidos.

Se puede preparar en casa agua con sal y utilizarlo durante el día para limpiarnos, sobre todo a la hora de ir al baño. La forma de preparación es hervir el agua y añadir la sal para que así se mezcle uniformemente. Se deja enfriar a temperatura ambiente y una vez frío se puede aplicar.

Si la zona se inflama el hielo local es muy efectivo y calma la molestia; también se pueden tomar los analgésicos que el ginecólogo nos haya indicado al alta del hospital. En caso de un dolor persistente que no cede con estas medidas, es preferible consultar al médico para que valore el estado de la incisión.

Evita el uso de desinfectantes en la zona, también de antibióticos ni de antisépticos, salvo que te lo recomiende tu médico por alguna razón.

Debes evitar el uso de tampones, tener relaciones sexuales o cualquier actividad que pudiera abrir los puntos de sutura de la herida de la episiotomía. Consulta con tu médico cuáles son las fechas estimadas para estas actividades, normalmente no es antes de las 6 semanas.

Evita realizar esfuerzos grandes o estar mucho tiempo de pie hasta que los puntos desaparezcan. Normalmente los puntos se reabsorben y desaparecen por sí solos pasados unos 15 días.

A la hora de orinar puede ayudarte aplicar agua en la región íntima mientras orinas para reducir el ardor, ya que la acidez de la orina en contacto con la piel puede provocar ardor.

Tampoco debes utilizar un flotador para sentarte. Sentarte en flotadores puede hacer que los puntos se abran. Es preferible que te sientes sobre superficies duras y firmes. Para no sentir molestias debes sentarte contrayendo las nalgas y con la espalda bien pegada al respaldo de la silla. De esta forma las nalgas hacen de cojín y, al estar apretadas, ayudan a que no haya tensión y que los puntos no se separen, además de que disminuye la hinchazón de los tejidos.

Para acelerar la cicatrización practica los ejercicios de Kegel, ya que aumentan el flujo de sangre en la región y trabajan los músculos del piso pélvico.

Ten en cuenta que pueden aparecer hematomas en la región del periné (desde la vagina hasta el ano), causados por la presión del bebé al nacer. Estos normalmente también desaparecen por sí solos en pocas semanas.

Puedes retomar con tus actividades normales cuanto te sientas lista, como por ejemplo el trabajo de oficina o las actividades ligeras del hogar.


¿Cuándo se debe llamar al médico?

Es importante que estés atenta a los signos de infección de la episiotomía, algunos de los cuales son:

- Dolor que empeora

- Si pasas más de 4 días sin defecar

- Tienes coágulos de sangre más grandes que una nuez

- Tienes flujos con mal olor

- La herida parece abrirse

- Tienes fiebre y/o escalofríos


¿Qué hacer si también hay hemorroides?

En el posparto también es habitual sufrir hemorroides. Las hemorroides son pequeñas dilataciones de las venas que están alrededor del ano. Muchas mujeres sufren de esto durante el embarazo, sobre todo en el tercer trimestre como consecuencia de los cambios circulatorios que se producen en el cuerpo de la embarazada y del peso del útero sobre la zona.

Estas hemorroides pueden empeorar con los esfuerzos del parto y se suelen agravar en el posparto debido al estreñimiento que sufre la madre (sobre todo por el miedo a que se suelten los puntos de la episiotomía).

Para aliviar las molestias de las hemorroides se aconseja lavar la zona con agua fría y seguir una dieta variada y rica en fibra. Es importante que no te pongas hielo en la zona ya que esto podría quemar la piel.


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