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¿Cómo es el dolor de las contracciones?

¿Cómo es el dolor de las contracciones?

Uno de los mayores temores cuando el embarazo está llegando a su fin es el miedo al dolor del parto y a no saber reconocer las contracciones que anuncian que el bebé va a nacer.

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¿Qué son las contracciones?

Prácticamente todas las mujeres sienten dolores abdominales más o menos dolorosos a lo largo del embarazo. Pero a medida que este avanza y se entra en el tercer trimestre la preocupación por que estos signifiquen algún signo de la inminencia del parto, aumenta.


¿Qué tipo de contracciones existen?

A partir de la semana 30 es común que aparezcan unas primeras contracciones llamadas contracciones de Braxton Hicks, con las que el cuerpo, según se cree, se prepara para el gran acontecimiento.

La sensación que produce este tipo de contracción muscular es como de agarrotamiento en el útero. No son especialmente dolorosas, ni tampoco son regulares como las “auténticas” contracciones que indican el parto. Aparecen espontáneamente y sin ningún ritmo. Suelen pasarse con el movimiento.

Las contracciones prodrómicas son más molestas que las contracciones de Braxton Hicks. Son las contracciones que preparan el organismo de la madre para hacer frente al momento del parto. Se suelen sentir en la última semana del embarazo y a veces vienen acompañadas de la expulsión del tapón mucoso. Su misión es ir acortando el cuello del útero poco a poco, hasta que este se borre, con el fin de que comience la dilatación.

Estas contracciones, a diferencia de las contracciones de parto, se localizan en la zona lumbar y no llegan a prolongarse más de 30 segundos y en lugar de hacerse más frecuentes, dejan de presentarse en menos de 20 minutos. Cuando este tiempo pasa, volverás a sentirte totalmente normal.

Las contracciones del parto (o dilatación) son diferentes. Cumplen, dentro del proceso, un papel importantísimo. Son el motor de empuje para que el niño salga del vientre de su madre. Cuando el parto va a comenzar éstas se ponen en marcha, ejerciendo fuerza de arriba abajo, desde el fondo del útero hacia el cuello de éste, y así abrirlo progresivamente. Pero además hacen presión sobre el niño, empujándolo poco a poco hacia fuera.

Las contracciones de parto se sienten en la zona anterior del útero, es un dolor lumbar intermitente y no cede con el movimiento ni con el cambio de postura. Al poner la mano sobre el vientre, este se siente duro. Suelen durar entre 30 segundos y un minuto. A medida que se acerca el parto éstas serán más frecuentes y rítmicas.

El grado de dolor depende de muchos factores, pero principalmente de la mujer que lo padezca. También la influencia de las endorfinas, la “hormona de la felicidad”, secretada durante el proceso del parto, tiene mucho que ver. Pero habitualmente el dolor de las contracciones, más o menos intenso, es soportable.

Las primeras contracciones de parto se notan en el vientre y en la zona de los riñones. El dolor puede proyectarse hacia la parte más alta de la espalda. Comienzan como un ligero pellizco y continúan con una sensación de pesadez y dolor semejante al de la menstruación.

Las contracciones suben como una ola que comienzan en la espalda y se expanden rodeándote las caderas hasta llegar a la zona inferior del abdomen. 

Cuanto más intensas y frecuentes sean más cerca estará el nacimiento de tu hijo.

Las contracciones “del día después” son las que ocurren después de dar a luz. Cuando se te pasa la anestesia del parto (si la has utilizado) comenzarás a sentir intermitentemente retortijones en el bajo vientre. Estos son los famosos entuertos. No te debes preocupar, estas contracciones que sientes en la zona inferior de la tripa uno o dos días después del parto son completamente normales. La función de estas contracciones es ayudar a que el útero recupere su tamaño normal, el que tenía antes de que te quedaras embarazada. En el primer embarazo pueden notarse muy poco, pero con los siguientes, estas contracciones pueden ser bastantes intensas y dolorosas.

Para aguantar mejor estos entuertos, se recomienda contener la respiración y abrazarte fuerte a un almohadón. Si esto no te sirve, la mejor opción es que le preguntes a tu médico sobre el uso de algún calmante (que no interfiera en la lactancia). Estos entuertos pueden intensificarse mientras estás amansando tu hijo ya que la succión de los pezones produce un efecto reflejo en el útero, lo que ayuda a que el este se contraiga con más rapidez. Deberás tener paciencia, esto no dura más de 3 o 4 días .


¿Podré soportar el dolor de las contracciones?

Este es uno de los temores más frecuentes para las madres primerizas. Sin embargo, cada mujer percibe las contracciones de parto de forma diferente. Hay casos en los que las mujeres que dan a luz con antelación sufren menos que las que tienen un parto después de término, ya que no han tenido tiempo suficiente en pensar en el dolor.

Esto no quiere decir que un parto rápido sea menos doloroso. En estos casos, las contracciones suelen ser más fuertes y seguidas. También es cierto que los partos que son más largos debilitan notablemente la resistencia física de la mujer.

Si te da miedo el momento del parto y el dolor que este puede causarte, lo mejor es que hagas un curso de educación maternal o de preparación al parto. Así podrás conocer con antelación las etapas del trabajo del parto, aprender a controlar mejor los miedos. Además, en estos cursos también te enseñan técnicas que pueden ayudar a tu cuerpo y mente en el momento del parto (yoga, hipnosis, relajación, respiración, etc.).


¿Cómo puedo calmar el dolor de las contracciones?

Hay algunos consejos que puedes seguir y algunas posiciones que puedes adoptar para intentar reducir las molestias causadas por las contracciones. Por ejemplo, puede serte útil caminar, sentarte en una silla, ponerte de rodillas sobre un cojín o inclinarte sobre la cama.

Otra opción es apoyar la espalda en la pared con las piernas flexionales y abiertas. Así se reduce la tensión y la sobrecarga de la espalda. Pues también tumbarte en el suelo y poner los pies en la pared como si estuvieras caminando para ayudar a mejorar la circulación en las piernas. O poner las piernas abiertas y apoyarlas en el borde de un sofá.

Para aliviar el dolor que las contracciones producen en los riñones, se aconseja poner los pies con las piernas separadas y las rodillas un poco flexionadas, andando de vez en cuando para colaborar en la colocación del bebé. Esta es una postura que ayuda al bebé a ponerse de rodillas en el suelo con la espalda arqueada y apoyándose cómodamente mientras se respira despacio. O sentarse con el respaldo de la silla frente una misma, reposando la cabeza sobre él para que la espalda se relaje.

Además de estos consejos posturales, también hay una serie de anestesias que ayudan a calmar el dolor de las contracciones. Existe la anestesia epidural (que suele administrarse para reducir los últimos dolores de las contracciones); la intradural (que se introduce entre dos vértebras y quita la sensibilidad total, por lo que no es normal usarla en partos naturales); y las locales (que normalmente se utilizan con el fin de realizar episiotomías).

También hay quienes practican una serie de técnicas de relajación o el entrenamiento autógeno Shultz, con masajes en la zona lumbar, la del sacro y la parte interna de los muslos. También se aconseja practicar yoga durante el embarazo ya que enseña técnicas de respiración y ayuda a tonificar y las elasticidad a los músculos. También puede ayudarte duchas de agua templada o alternar calor y frío para relajar el dolor.


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 14-06-2020

Redacción: Irene García

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