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Mi bebé tiene aftas en la garganta

Mi bebé tiene aftas en la garganta

Que un bebé tenga aftas en la garganta es algo común, pero es normal que te angustie. En este artículo te resolvemos las posibles dudas que puedas tener sobre las aftas.

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Índice

 

¿Qué son las aftas? ¿Por qué salen?

Las aftas en los bebés también son conocidas como estomatitis, llagas, postemillas y se caracterizan por ser pequeñas heridas en la boca, generalmente de color amarillento en el centro y rojizo por fuera. Pueden aparecer en la lengua, en el paladar, en el interior de las mejillas, en las encías, al fondo de la boca o en la garganta de los bebés.

En las aftas localizadas en la cara interna de las mejillas, en la mucosa de las encías o bordes de la lengua, las aftas pueden estar originadas por el roce de los dientes o por pequeños traumatismos, pero no es el caso de la garganta.

Las aftas pueden producirse por infecciones víricas, algo típico durante la primera infancia. En este caso las aftas son numerosas, se extienden por toda la mucosa de la boca y garganta y están acompañadas de fiebre. Es la causa más común de las aftas en los bebés.

Si la fiebre es elevada y dura varios días, presentando gran dolor y rechazo hacia la comida e ingesta de líquidos, puede que haya contraído una infección por el virus del herpes. No te preocupes, normalmente se cura sin secuelas, pero mientras se padece el bebé sentirá mucho malestar y dolor. Además, esto puede producir la deshidratación del niño debido a la disminución de la ingesta.

Si el bebé no presenta fiebre elevada durante mucho tiempo y aparte de las aftas presenta una erupción con pequeños granitos (o ampollas), sobre todo en manos, pies y boca (pero en el resto del cuerpo en menor medida), puede que haya contraído un virus de la familia Coxsackie, responsables de la enfermedad boca-mano-pie.
 

¿Que opciones de tratamiento tengo para tratar las aftas de mi bebé?

Normalmente, las aftas sin tratamiento suelen mejorar en alrededor de 7 a 14 días, sin embargo, hay formas de tratamiento que pueden reducir las molestias y acelerar la recuperación de los bebés.

- Medicamentos para afta: los medicamentos más utilizados para tratar las aftas en los bebés son los analgésicos como el Ibuprofeno o el Paracetamol. Estos alivian la inflamación y el dolor e afta y contribuyen a mejorar la incomodidad que siente el bebé. Estos medicamentos se deben reservar para cuando te lo indique el pediatra, él sabrá la dosis adecuada para tu bebé. No le suministres ningún medicamento a tu bebé sin prescripción médica.

- Medicamentos para afta infantil: suelen ser pomadas con acetónido de triamcinolona. Estas tienen un efecto más rápido que los analgésicos y favorecen la cicatrización. Los bebés pueden tragarse estas pomadas sin riesgo a ser intoxicados, pero su efecto desaparece más rápido que los medicamentos orales (ya que necesita estar en contacto con la llaga). Además, si el afta se encuentran en lugares de difícil acceso puede ser complicado y peligroso intentar expandir la crema en la zona.

- Solución antiséptica: estas soluciones se aplican con un pequeño pincel o vienen en formato rociador. Se debe poner una pequeña dosis de antiséptico en las aftas del bebé unas 3 o 4 veces al día, así las llagas desaparecerán en poco tiempo.

- Enjuague bucal: esto puede hacerse con un niño un poco mayor, pero se debe evitar aquellos que contienen alcohol, ya que producen una mayor irritación.

Existen casos en los que una intervención médica más precisa es necesaria. Esto sobre todo es para atacar el desencadenante en las aftas. En estos casos suelen recetarse enjuagues bucales de gluconato de clorhexidina o corticoesteroides.

Otros cuidados caseros: aunque los remedios médicos tienen un gran efecto aliviando el dolor y acelerando el tratamiento, se pueden hacer una serie de cosas en casa para facilitar la comodidad de los bebés:

- Ofrécele agua de manera recurrente para que el bebé no se deshidrate. Puedes ofrecerle jugos de frutas o batidos, pero son menos sanos.

- Evita darle bebidas ácidas o gaseosas al bebé, estas pueden hacer que el dolor empeore.

- Los alimentos que tome el bebé es mejor que sean frío y estén sin condimentar. Un buen ejemplo puede ser la gelatina, la sopa fría, el yogur, etc.

- Limpia la boca del bebé con una gasa mojada en agua fría para aliviar el dolor.

Hay que apuntar que, además de estas recomendaciones, es importante que el bebé no vaya a la guardería con el fin de no trasmitir el virus a los demás.
 

¿Por que mi hijo tiene aftas de forma recurrente?

Algunos niños presentan aftas en la boca de forma recurrente. Esto quiere decir que tiene episodios de aftas con más o menos periodicidad. En la mayoría de los casos las causas no se encuentran, y a estas aftas recurrentes la llaman estomatitis aftosa recurrente.

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Es importante examinar a estos niños ya que las aftas pueden deberse a una falta de vitaminas del complejo B (entre las que se encuentran el ácido fólico, el hierro o el zinc) o una enfermedad crónica en la que las aftas sean sólo una de sus manifestaciones (como en la enfermedad de Crohn, neutropenia cíclica, etc.).
 

¿Cuándo debo dirigirme al pediatra si mi bebé tiene aftas?

- Las encías del niño se hinchan y adquieren un color rojo o amarillo

- Tiene numerosas aftas (más de 4 o 5)

- El niño tiene más de 38º C de fiebre

- Tiene las encías rojas, blandas e inflamadas

- No bebe lo suficiente, parece deshidratado

- Tiene aftas en los párpados y genitales

- Las condiciones del niño empeoran
 

¿Cómo me calmo yo?

Ver a tu hijo con la boca llena de llagas, negándose a comer, puede ser muy duro. Ver cómo tu bebé tiene hambre, pide para comer, se mete algo en la boca y llora de dolor es complicado. Es normal que te sientas impotente cuando ves a tu hijo sufrir por una enfermedad.

Habla con el pediatra del bebé para que te tranquilice si es necesario, sigue todas las recomendaciones de este artículo y verás cómo esta situación mejora antes de lo que esperabas. Si lo necesitas, busca apoyo en esta situación en tu familia.


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