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Mi bebé no crece

Mi bebé no crece

Para todos los padres, además de la salud, el crecimiento de sus hijos se convierte en un tema de preocupación constante y, sobre todo en los primeros meses de vida, es normal medirlos y pesarlos a menudo, sobre todo si el pediatra te ha comentado en una de las revisiones que su crecimiento no está siendo el adecuado. ¿Por qué algunos bebés no crecen tanto como deberían?

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Índice

 

¿De qué depende el crecimiento de un bebé?

El crecimiento, es decir, el aumento de peso y talla de un bebé, depende en gran parte de la genética, es decir, de la herencia familiar y de cómo de grandes o pequeños sean sus padres. Por lo tanto, en los genes del bebé ya viene marcado la altura a la que debe llegar al crecer y cómo será su constitución. No obstante, es cierto que la alimentación y la salud pueden influir mucho, sobre todo en el peso del niño, no tanto en su altura final.

Así, un niño alimentado al pecho y que siga una dieta sana y equilibrada toda su infancia tendrá menos propensión a padecer sobrepeso u obesidad que uno que coma mal desde bebé.

Sin embargo, como decíamos, la talla viene marcada por la genética y solo en casos de desnutrición graves se puede ver alterada por la alimentación. Eso significa que cada niño nace no solo con su altura final determinada, sino también con su curva de crecimiento, lo que implica que los estirones de crecimiento se producirán antes o después. También hay que tener en cuenta que cada hermano tiene su propio historial genético, por lo que no todos los hermanos tienen que crecer al mismo ritmo ni medir y pesar igual.

Y el sexo también influye en la talla y el peso y, en general, los niños son más altos y pesan más que las niñas, aunque estas llegan a la pubertad antes y el estirón de la pubertad pueden tenerlo antes, por lo que puede haber unos años en que sean más altas que la mayoría de los niños de clase, situación que suele cambiar al llegar los chicos a la pubertad.

Durante los primeros meses de vida se realizan una serie de revisiones periódicas a los bebés que sirven para valorar si su crecimiento y desarrollo son adecuados. Estas revisiones se realizan:

- a los 7 días de vida

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- a los 15 días

- al mes

- a los 2 meses

- a los 3 meses

- a los 4 meses

- a los 6 meses

- a los 9 meses

- a los 12 meses

Estas son las habituales, pero el pediatra puede considerar necesario hacer revisiones entre medias para comprobar si todo va bien o no, por ejemplo, si el percentil del bebé ha variado mucho de una revisión a otra o su cabeza crece poco.

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Y, a partir de los 12 meses, las revisiones se espacian y se hacen a los 2, 4, 6, 8 y 10 años.

Será por tanto el pediatra el que decida si el bebé tiene problemas de crecimiento o no en esas revisiones y lo hará, fundamentalmente, por medio de la curva de crecimiento de cada bebé. Esta curva se evalúa con las medidas del bebé en cada visita, que se van anotando en un programa que evalúa una gráfica de crecimiento que marca el percentil del niño y su curva correspondiente y personalizada. Si la curva crece de manera adecuada y el niño se mantiene en su percentil, todo va bien, sea cual sea este. Es decir, al pediatra no le importa si el bebé tiene un percentil 25 o 75, si no si siempre está en el mismo y no hay variaciones bruscas de una visita a otra y si la curva asciende de manera gradual. Si en alguna visita se comprueba una desviación extraña, sería necesario hacer pruebas extra o más revisiones para comprobar a qué se debe esta variación.


¿Cuál puede ser la causa de este retraso en el crecimiento?

En el proceso de crecimiento de un bebé, además de la herencia genética que es fundamental, intervienen otros factores, sobre todo en lo relacionado con el peso, como la alimentación, la regulación hormonal, la salud general y el entorno psicoafectivo.

Desde los 4 años hasta la pubertad, los niños tienen que crecer unos 5-6 cm/año. No obstante, hay que tener en cuenta que el crecimiento de un niño no es constante y puede variar dependiendo de enfermedades ocasionales que provocan fenómenos de desaceleración seguidos de procesos de recuperación.

Por eso, las revisiones generalmente se hacen cada cierto tiempo, ya que revisiones muy seguidas pueden hacer creer que el niño no ha crecido nada y tiene un problema, cuando simplemente puede haber estado enfermo o haber atravesado un periodo de menor crecimiento.

Si el pediatra sospecha que el niño puede tener un problema de crecimiento puede realizar una serie de pruebas como análisis de sangre, de orina general y cultivos, de heces y parásitos y una radiografía de muñeca para establecer la edad ósea.

Estas pruebas determinarán si el niño tiene algún problema que pueda afectar a su crecimiento como:

- celiaquía o intolerancia al gluten

- déficit de la hormona del crecimiento segregada por la hipófisis

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- hipotiroidismo o déficit en la producción de la hormona tiroidea

- enfermedades graves en el cerebro, el corazón, los riñones o los pulmones

- enfermedad inflamatoria intestinal

- anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down

- síndrome de Cushing (niveles de cortisol anormalmente altos)

-  genéticos poco comunes


¿Qué hacer si mi bebé no crece?

Si piensas que tu bebé no está creciendo como debería, lo primero que deberías hacer sería pedir cita con el pediatra para que le mida, le pese y revise su historial para confirmar si hay algún problema o no.

Después, puede hacerle las pruebas antes descritas para comprobar si es un problema orgánico o de salud, en cuyo caso el tratamiento dependería del problema en sí. Generalmente, solucionando el problema de salud el niño podría seguir creciendo adecuadamente.

En el caso de tener un problema con la hormona del crecimiento, se le podría administrar dicha hormona de manera artificial para asegurar que siga creciendo.

Si el problema es la dieta, habría que revisar si come adecuadamente, qué alimentos faltan o sobran en su dieta y, si fuera necesario, darle un aporte calórico del 50% por encima de sus necesidades básicas y, además, suplementos vitamínicos. Descansar bien por la noche y hacer ejercicio con regularidad también podría ayudarle.


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Fuente:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Fecha de actualización: 13-05-2021

Redacción: Irene García

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