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Qué puede comer un niño celíaco

Qué puede comer un niño celíaco

La celiaquía afecta a uno de cada cien niños y niñas nacidos en España. Esta enfermedad es crónica y se caracteriza por la inflamación de la mucosa del intestino delgado debido a una intolerancia al gluten. El problema es que casi todos los elementos básicos llevan gluten: gluten del trigo, cebada, centeno y probablemente avena. Aunque llevar una dieta fuera de esta proteína disminuye las consecuencias, nunca curará la enfermedad, por lo que tanto los niños como los adultos deberán convivir con esta forma de vida.

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Indice

 

Impacto de la celiaquía en la infancia

El cambio de dieta puede ser traumático, sobre todo para los más peques, que no terminan de comprender qué les ocurre y por qué no pueden comer como los chicos de su edad, pero nosotros podemos ayudarle a aceptarse y a comer saludable todos los días de su vida.

Los niños sin esta enfermedad absorben los nutrientes de los alimentos a través de las vellosidades intestinales, que serán llevados a la corriente sanguínea. Pero si el gluten daña estas vellosidades, la persona no acogerá los macro y micronutrientes necesarios y, por tanto, padecerá malnutrición, independientemente de la cantidad de alimento que se ingiera. Debido a esta disfuncionalidad los afectados suelen experimentar episodios de diarrea, vómitos, pérdida de peso y apetito, náuseas, retraso del crecimiento, meteorismo y dolores abdominales. No obstante, no en todos los casos se manifiesta de la misma forma y muchas veces dependerá de la edad en la que hayan aparecido los primeros síntomas. En el caso de los niños suelen presentar defectos en el esmalte dental, anorexia y pelo frágil. En la adolescencia se registra menarquía tardía (a las chicas les llega tarde el primer periodo), cefaleas o estreñimiento.

Pero para estar seguros de que nuestro hijo es celíaco deberemos llevarle a un pediatra para que le realice un examen clínico y una analítica de sangre. En estos estudios se suelen analizar también los marcadores serológicos de la enfermedad celiaca, como los anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular. Aunque para confirmar casi siempre se recurrirá a una biopsia intestinal, que es una extracción de una pequeña parte del tejido del intestino delgado a través de un aparato que se introduce por nariz y boca sin necesidad de anestesia.

Aunque muchas veces la enfermedad celiaca es una enfermedad genética, en otros casos viene provocada o se vuelve activa por primera vez después de una intervención quirúrgica, del embarazo, del parto, de una infección viral o de un severo estrés emocional. Sea como sea, un niño que está en plena formación y está aprendiendo hábitos alimenticios nuevos será particularmente difícil. Esta enfermedad puede hacer que los padres encargados de la alimentación de sus hijos lleguen a pensar que van a tener menos opciones e incluso pueden tener estrés. Sin embargo, existen muchísimos alimentos que no contienen gluten de forma natural y gracias a los avances, también encontramos sustitutos sin gluten para reemplazar las pizzas, pastas, galletas, panecillos… que podremos encontrar fácilmente en los supermercados.

 

Alimentos recomendados

- Carnes (congelada y en conserva al natural) y vísceras frescas, jamón serrano, cecina, jamón cocido de calidad extra.

- Pescados y mariscos (frescos, en aceite y congelados sin rebozar).

- Huevos.

- Leche y derivados (yogures, mantequillas, cuajadas, quesos y quesos de untar sin sabores).

- Cereales sin gluten (arroz y maíz).

- Legumbres, tubérculos, frutas, verduras, hortalizas, arroz, maíz y tapioca.

- Grasa comestible, azúcar, miel, aceites, mantequillas.

- Café, infusiones, refrescos, toda clase de vinos y bebidas espumosas.

- Frutos secos crudos, sal, vinagre de vino, azúcar, miel, especias en rama.

Además, siempre es mejor comprar aquellos productos que vienen en tarros, como mermelada, mantequilla o mayonesa, independientes para el niño celiaco, para evitar que migas de trigo o de pan se pueden colar en frascos compartidos.

En el caso de los alimentos sustitutivos, cerciórate de que tengan el símbolo internacional de garantía, es decir, la espiga tachada dentro de un círculo y la marca controlado por la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) ya que muchos productos, aunque pongan que no llevan gluten, sólo significa que los alimentos han sido tratados para que tengan un contenido más reducido de esta proteína, pero siguen sin ser aptos para celíacos.

 

Alimentos no recomendados

- Pan, trigo, avena, cebada, centeno, triticale.

- Productos derivados como el almidón, harina, panes, pastas alimenticias, bollos, pasteles, tartas, galletas, bizcochos, pastas, sémola de trigo.

- Leches y bebidas malteadas, bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales (cerveza, whisky, agua de cebada, algunos licores, etc.).

- Caramelos y golosinas, sucedáneos del chocolate y el café.

- Embutidos (chóped, salchichas, morcilla, chorizo, mortadela, etc.).

- Patés, salsas, condimentos, colorantes alimentarios.

 - Helados, bebidas de máquina.

- Conservas de carne, conservas de pescado en salsa, hamburguesas preparadas, albóndigas preparadas.

- Quesos de untar con sabores, quesos fundidos, quesos especiales para pizza y frutos secos tostados o fritos.

Además, deberemos evitar la compra de productos artesanos, o que se vendan a granel, ya que por lo general no están etiquetados y no se conoce su verdadera composición. Para asegurarnos de no ‘intoxicar’ ningún alimento es recomendable utilizar electrodomésticos diferenciados para el niño con celiaquía al resto de la familia, o extremar su limpieza. Asegúrate de mantener limpia las encimeras y las tablas de cortar con frecuencia para evitar la contaminación con migas con gluten, así como limpiar cuidadosamente los utensilios de cocina, coladores y cazos después de cada uso y antes de cocinar productos sin gluten. Puede ser práctico ordenar la comida separando los productos con gluten a los aptos para celíacos para no confundirnos a la hora de cocinar.

Si tu niño come fuera de casa, asegúrate de que el restaurante o comedor escolar al que acudáis tenga un menú exento de gluten.

 

¿Cómo ayudar a tu hijo a aprender a alimentarse y aceptar su dieta?

Los niños están expuestos a tentaciones constantes y es normal que no comprendan por qué a él o ella le toca comer diferente. En el almuerzo del recreo, cumpleaños, reuniones familiares… son las situaciones más difíciles de afrontar para ellos y para nosotros. Por eso es importante transmitirles con positivismo esta forma de vida, que tendrán que llevar a cabo por su propia salud.

Lo primero es que no le ocultes su enfermedad, sino que la trates abiertamente y nunca desde la autocompasión. Tu hijo es como es y punto, ni mejor ni peor. E igual que muchas otras condiciones, se tendrá que afrontar desde la plena conciencia y la creatividad ante la falta de recursos. La educación divertida podrá ayudarles a entender qué pueden comer y qué no. Trátalo como un juego y no lo asumirá como ‘algo obligatorio’ sino como ‘algo necesario’.

Comunica abiertamente a todo su entorno la enfermedad, tanto en el colegio como en la familia, para que no se sienta excluido en ninguna actividad. Si lo crees necesario, puedes contactar con la Asociación de Celiacos para ayudarte a realizar una dieta sin gluten cien por cien segura y ampliar conocimientos.

En el grupo más cercano, como el familiar, es aconsejable adaptar un poco la dieta y eliminar, por ejemplo, la harina con gluten de la dieta sustituyéndola por algún tipo de harina apta para celiacos, así se evitan contaminaciones cruzadas y ayudará a que el niño se sienta más integrado. Y si además dejas que te ayude en la cocina conocerá de dónde proviene todos lo que come.

Foto: Creado por Kreativkolors - Freepik.com


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 03-03-2022

Redacción: María Segura

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