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¿A qué edad dejan de ser bebés?

¿A qué edad dejan de ser bebés?

Hace nada salías del hospital con tu bebé en brazos. Era tan pequeño… Los meses han pasado y ese pequeño ha crecido y se ha desarrollado a un ritmo asombroso. Cada vez ves más acciones controladas y razonadas, y puede que te dé incluso miedo que esta etapa se esté acabado. ¿Cuándo un bebé pasa a ser niño?

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Índice

 

De recién nacido, a bebé y a niño

Entre el nacimiento y el año de edad, los bebés crecen y se desarrollan a un ritmo asombroso. Aprenden a sonreír, darse la vuelta, sentarse, saludar, aplaudir, levantar objetos, gatear, balbucear y algunos incluso pueden comenzar a decir algunas palabras.

Aprenden a relacionarse con sus familiares y sus nuevos amigos y a confiar en ellos y, a menudo, comprenden más de lo que son capaces de comunicar. Los bebés disfrutan de la música, el movimiento y los juegos simples como el escondite.

Al final de este período, muchos bebés se ponen de pie y caminan agarrándose a los muebles o de forma completamente independiente. Por lo general, también triplican su peso al nacer.

Los bebés se desarrollan a ritmos diferentes y es normal que alcancen hitos a edades muy diferentes. Sin embargo, si te preocupa el desarrollo de tu bebé, consulta con un pediatra.

Los bebés son fáciles de ‘’manejar’’. Duermen, hacen caca, comen, sonríen y sí, lloran. Con los bebés, eso es todo. Más adelante terminan creciendo, se sientan, y luego se arrastran, y en el momento más inesperado te das cuenta de que tu bebé ya es un niño pequeño.
 

¿Qué nos indica que ya no son bebés?


¿Qué fue de ese bebé que se tambaleaba, bebía de un biberón y solo balbuceaba y ahora es un niño pequeño en toda regla, que camina y habla, aparentemente en un abrir y cerrar de ojos? ¿Cómo ha pasado tan rápido el tiempo?

La transición del bebé es rápida, y muchos padres no saben que esto es algo normal desde el punto de vista del desarrollo.

Hay una serie de hitos y cambios clave que un bebé atravesará a medida que se convierta en un niño. Algunos de ellos son:

- Te imita: te copia en todo y esto es una buena oportunidad para que comiencen a coger hábitos. Si tú lees el periódico puede que coja un libro, si estás llevando ropa a tender, querrá sacar cosas de la lavadora… Estas acciones son juegos para ellos y les hacen sentir más mayores.

- Dormir no es lo que era: en algún momento, el niño saldrá de su cuna o mostrará señales de que está listo para dormir en una cama de tamaño completo. Y esto requiere comenzar el proceso de sueño nuevamente. Debido a que tu hijo ya no está confinado a los cuatro lados de la cuna, puede (¡y lo hará!) saltar de la cama cuando quiera. A menos que el bebé número dos esté en camino, no hay razón para apresurar la mudanza. Puede suceder en cualquier momento entre los 18 meses y los 3 años. Pero si el niño pequeño pronto se convertirá en hermano mayor, es mejor comenzar esta transición antes de que llegue el hermano pequeño para que el niño no sienta que está siendo desplazado.

- Las rabietas por razones concretas: las rabietas por hambre o sueño quedan atrás y empieza a desarrollarse un estado de ánimo fuerte. Después de unos cuantos enfados, los niños se dan cuenta de qué tácticas funcionan y cuáles no. Los nuevos enfados vienen por quitarles un juguete, reñirles por hacer algo mal, obligarles a comer algo que no les gusta… al fin y al cabo, ahora son más conscientes con ellos mismos.

- El bebé quiere más independencia: atrás quedan los días en que el bebé era una extensión más de tu cuerpo. Ahora ya sabe desenvolverse en ciertas situaciones y no te necesita para todo. Puede jugar solo a la vez que desarrolla un mayor sentido de las cosas y crea sus propias normas. ¿No te suena eso de “a esto se juega así y no así”? El niño está creando su carácter a la vez que empieza a ser más independiente.

- Cambios a la hora de ir al baño: los niños pueden comenzar a aprender a ir al baño a los 18 meses. La mayoría de los niños pequeños aprenden entre los 2 y 4 años. Saber cuándo empezar a quitar el pañal se basa en la preparación física y emocional, el ajuste nunca debe estar guiado por la edad o la presión de los compañeros y la sociedad. Cada niño y padre difiere en términos de preparación. Estate preparado para muchas pruebas y errores e, inevitablemente, un lío aquí y allá (¡y en todas partes!).

- Son más analíticos: a medida que los niños pequeños crecen, se vuelven más inquisitivos y analíticos. Ya no es "Escucho un ruido", es "¿Qué está provocando todo ese ruido?". En lugar de golpear los juguetes en la mesa, crean una historia con ellos, a menudo imitando las cosas que haces. Los niños pequeños pueden eventualmente estar más interesados ​​en juguetes complejos como rompecabezas, bloques de construcción y manualidades. ¡Es la era de explorar!

Con todo esto, es importante puntualizar que no debemos forzar al bebé a dejar de serlo para ser niño, hay que estimularlo para favorecer su desarrollo pero sin presiones. Podría decirse que los grandes cambios, los que suponen independencia y son más notorios, se ven de manera clara a los 18 meses. Aquí es cuando vemos a esos pequeños hombrecitos y mujercitas comenzar a dejar su faceta de bebé e irse desarrollando de distinta manera.

Aun así, cada bebé sigue sus propios tiempos, unos andarán antes y otros más tarde, unos conseguirán hablar antes y a otros les costará algo más… Hay que tener paciencia y no frustrarse, ya que hacerlo podría provocarles rabietas. Lo mejor es jugar e interactuar con ellos, estimularlos para que vayan desafiando sus límites poco a poco con sus juguetes favoritos, pero, sobre todo, mientras juegan y lo pasan bien.

Es importante tener en cuenta que existe una amplia gama de comportamientos que se consideran normales cuando se trata del desarrollo de tu hijo desde que es un bebé hasta que es un niño pequeño. La clave es la coherencia entre todos los cuidadores directos del bebé (madre, padre, abuelos…): si uno no le deja coger un objeto porque es peligroso, ninguno debe dejárselo.
 

La nueva etapa del desarrollo de tu hijo


Ver crecer a tus hijos asusta. Aún más al principio, cuando el crecimiento es más acelerado y avanzan a pasos agigantados.

A medida que los bebés entran en su segundo año de vida, se vuelven más móviles e independientes, explorando todo lo que pueden acceder. Casi todos los niños caminan a los 18 meses. También están aprendiendo a hablar, a identificar e imitar a las personas que los rodean y a seguir instrucciones sencillas.

A medida que crecen, aprenden a expresar más emociones, a hablar en frases y oraciones y pueden ayudar a vestirse y prepararse para el día. Disfrutan de juegos, canciones y rimas simples, y pueden comenzar a aprender sus colores, formas y alfabeto.

Al igual que las pequeñas esponjas, los niños pequeños absorben todo, por lo que la memorización es bastante fácil. Todavía necesitan dormir mucho y pueden tomar una siesta o dos durante el día, así como dormir de 10 a 12 horas por noche.

A los 3 años, el niño promedio suele alcanzar entre el 53% y el 57% de su estatura adulta.

Los niños pequeños tienen mucha curiosidad, pero se pueden frustrar mucho si les dicen que no puede hacer algo, ya que aún no entienden que puede ser peligroso para ellos.


Fuents:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Fecha de actualización: 29-09-2020

Redacción: Laura Abad

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