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Estoy amamantando y tengo los senos duros

Estoy amamantando y tengo los senos duros

Durante la lactancia hay que tener mucho cuidado con tus senos, ya que se encuentran en un constante uso para la alimentación de tu bebé, además de la producción de su alimento, por lo que puedes experimentar inflamación u otros problemas.

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Índice



La lactancia

La lactancia es una etapa muy importante con la que debe cumplir todo bebé a menos que el médico indique lo contrario, ya que por medio de esta tu hijo recibe todos los nutrientes que su cuerpo necesita para su desarrollo.

Es necesario que entiendas la importancia de que tu hijo reciba alimento de tu pecho, ya que actualmente hay muchas madres que destetan al niño cuando se sienten muy incómodas o porque creen que no es necesaria para su desarrollo.

La lactancia comienza desde que el bebé nace, así que lo primero que vas a experimentar en tu relación madre e hijo es alimentarlo cuando el pequeño es colocado en tus brazos momentos después del parto.

El primer alimento del niño se llama calostro, la primera leche materna que recibe el niño y que contiene los nutrientes específicos que necesita al llegar a este mundo.

Vas a notar que el bebé sólo va a necesitar de dormir y tomar leche materna durante sus primeros días de vida, ya que es lo único que su cuerpo necesita para continuar con su desarrollo fuera de tu vientre.

Conforme vaya pasando el tiempo va a ir cambiando la necesidad alimentaria del bebé, ya que los nutrientes y la cantidad de los mismos que requiere su cuerpo se adaptan a la etapa de desarrollo en la que se encuentre.

Cada toma que va realizando el bebé es muy importante porque es única y diferente a la anterior, por ello es muy importante que nunca se salte una y que estés pendiente de cuándo tiene hambre.

Este proceso dura hasta que el bebé ya no requiere de la leche materna, pero es completamente exclusivo durante los primeros 6 meses de vida, ya que es lo único que su cuerpo necesita durante este tiempo.


Los senos durante la lactancia

Durante esta etapa también es muy importante que tengas mucho cuidado con tus senos, ya que existen ciertos problemas que los puede afectar y complicar la alimentación del bebé por las molestias que puedas experimentar.


¿Es normal tener los senos duros durante la lactancia?

Cuando los senos se ponen duros durante la lactancia se puede deber a una inflamación, la cual puede ocurrir por distintos problemas:

- La ingurgitación es uno de los problemas que puede ocurrir con tus senos durante la lactancia y está causada por una inflamación de las mamas debido a la acumulación excesiva de leche materna. Esta inflamación ocurre cuando el bebé se salta una toma o no termina de succionar la leche de los senos, acumulándose en exceso y provocando este malestar, que también puede generar fiebre o dolor.

La solución para este problema es no saltarse nunca una toma del pequeño, ya que desde la primera vez que el bebé no se termina la leche de un pecho o se salta la hora de comer va a comenzar esta acumulación.

- Otro problema es la obstrucción, que ocurre cuando la leche queda retenida en los conductos mamarios, provocando dolor e inflamación en la zona cercana a la axila. Aunque no se sabe con seguridad qué causa este problema, se dice que esta obstrucción se produce por utilizar ajustadores muy apretados, por lo que debes tener cuidado con lo que usas durante esta etapa y comprar sujetadores de lactancia cómodos y de tu talla.

La solución en este caso es aplicar un masaje sobre la zona inflamada ayuda a que los conductos se liberen, también puedes pedirle ayuda a tu pareja en caso de que no puedas alcanzar la zona afectada. También puedes extraerte la leche y dar de mamar con mucha frecuencia. Aplicar calor y frío ayuda asimismo a reducir la obstrucción.

 

¿Cómo puedo aliviar la congestión?

- Asegúrate de dar el pecho al menos 8 veces cada 24 horas.

- Comprueba que el agarre del bebé sea adecuado.

- Intenta no dar el pecho siempre en la misma posición, vete cambiando.

- Masajea con cuidado los pechos durante la toma para lograr un vaciado máximo.

- Extrae un poco de leche (bien con la mano o con un extractor de leche) antes de cada toma para que se ablande tu pezón y facilitar el agarre al pequeño.

- Si tus pechos siguen muy firmes y llenos después de una toma, vuelve a extraer la leche hasta que te sientas más cómoda.

- Si tu bebé no puede alimentarse al pecho, sustituye las tomas por extracciones. Debes extraer tu leche de los pechos hasta que los notes muchos más blandos. Repite esto al menos 8 veces cada 24 horas.

- Prueba el “ablandamiento mediante presión inversa”, esta técnica puede reducir el exceso de fluido en el pecho. Un especialista o consultora de lactancia te puede enseñar cómo debes hacerlo.

- Si tus pechos pierden leche, date una ducha con agua templada o aplica una toalla húmeda templada justo antes de la toma o la extracción para ablandarlos y mejorar el flujo de leche. No hagas esto durante más de un par de minutos ya que el calor extremo puede empeorar la hinchazón.

- Si tus pechos no pierden leche, aplica sobre ellos una compresa fría, una almohadilla de gel frío o incluso algo que tengas congelado envuelto en un paño durante 10 minutos después de la toma para reducir la hinchazón y aliviar el dolor.

- Coloca unas hojas de col limpias en el interior del sujetador. Aunque pueda sonar raro, muchas mujeres han comprobado que esto reduce la hinchazón y las molestias, y existen evidencias científicas que respaldan esta práctica.

- Toma analgésicos antiinflamatorios: puedes usar paracetamol e ibuprofeno durante la lactancia, aunque el ibuprofeno tiene contraindicaciones para mujeres asmáticas. Antes de consumir cualquier medicamento consulta antes con un profesional sanitario y sigue las instrucciones del fabricante y del farmacéutico.

- Utiliza un sujetador de lactancia con un ajuste correcto, evitando el uso de aros. Otra opción es no llevar sujetador.

- No te saltes las tomas ni detengas la lactancia de forma brusca.


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