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Componentes de la leche materna

Componentes de la leche materna

La leche materna es el mejor alimento que puedes darle a tu bebé en sus primeros meses de vida, por eso la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. ¿Sabes qué le aporta a tu bebé la leche materna?

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Agua: el 88% de la leche es agua, por eso, mientras das el pecho no es necesario que le ofrezcas agua a tu bebé.

Proteínas: constituyen el 0,9% y son concretamente caseína, lactosuero, mucinas y nitrógeno no proteico. Además, la circulación materna aporta la seroalbúmina.

La caseína representa el 30-40% y su función principal es aportar aminoácidos, fósforo y calcio. Además, es más de digerir que la caseína de la leche de vaca.

Entre las proteínas del lactosuero destaca la lactoferrina, que contribuye a la absorción del hierro e inhibe el crecimiento de bacterias patógenas en el intestino. Otra proteína del lactosuero que favorece el mantenimiento de la flora intestinal es la lisozima, que también posee propiedades antiinflamatorias.

La leche materna contiene gran cantidad de anticuerpos (inmunoglobulinas), destacando sobre todas la Ig A.

Otra enzima importante es la lipasa, que facilita la digestión produciendo ácidos grasos y glicerol. Esta liberación de grasas también protege frente a virus y bacterias.

Y dentro del nitrógeno no proteico encontramos aminoácidos libres (taurina, glutamina), carnitina, poliaminas, nucleótidos, aminoazúcares y péptidos. La taurina y la carnitina favorecen el desarrollo del sistema nervioso central y de la visión. La taurina además contribuye a la absorción de lípidos, las osmorregulación o el transporte de calcio, entre otras muchas funciones. Los nucleótidos favorecen el sistema inmunitario, el crecimiento y la maduración del tacto gastrointestinal.

Grasas: los lípidos o grasas suponen entre el 3 y el 5% del total. La grasa contribuye a la absorción y circulación de las vitaminas liposolubles y es fuente de ácidos grasos esenciales. Las principales grasas de la leche materna son los triglicéridos, los fosfolípidos, los ácidos grasos y los esteroles.

Los triglicéridos representan el 99% del total de los lípidos de la leche.

Los ácidos grasos saturados son el 40% de los ácidos grasos, le siguen los monoinsaturados y los poliinsaturados, aunque depende de la dieta de la madre.

Carbohidratos: el principal carbohidrato de la leche materna es la lactosa, que se produce en la glándula mamaria a partir de la glucosa. Supone el 40% de las calorías de la leche. La principal función de la lactosa es aportar energía; además, ayuda a la absorción del calcio, el magnesio, el hierro y otros minerales. La galactosa (uno de los dos componentes de la lactosa junto con la glucosa) es indispensable en el desarrollo del sistema nervioso del niño. Asimismo, la lactosa, junto con otros elementos, favorece la colonización de lactobacillus bífidus en el intestino, que protege del crecimiento de bacterias y virus en el mismo.

Vitaminas: el aporte de vitaminas varía según el estado nutricional y las vitaminas que recibe la madre. Entre las vitaminas liposolubles que encontramos están la vitamina A, K, E y D. En las hidrosolubles el complejo vitamínico B (B12, B6, B1, B9, B3 y B5) y la vitamina C.
Vitaminas liposolubles:

· Vitamina A: la concentración de vitamina A es mayor en la leche materna que en la de vaca y en el calostro mayor que en la leche madura.

· Vitamina K: la concentración de vitamina K es mayor en el calostro y en la leche de transición. Después de 2 semanas en los niños amamantados, se establece la provisión de vitamina K por la flora intestinal. Cuando no se da el calostro o la leche temprana, el riesgo de enfermedad hemorrágica es mayor (a no ser que se provea al niño de vitamina K inmediatamente después del nacimiento).

· Vitamina E:  la vitamina E de la leche materna cubre las necesidades del niño.

· Vitamina D: el contenido de vitamina D en la leche materna es bajo, pero en los niños amamantados no se manifiestan deficiencias.

Vitaminas hidrosolubles: la concentración de estas pueden tener variaciones dependiendo de la dieta materna.

Minerales: la leche materna contiene todos los minerales necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé. Los más importantes son el calcio, el fósforo, el hierro, el zinc, el potasio, el flúor y el magnesio.

Calcio y fósforo: la leche de vaca tiene mayor proporción de fósforo, lo que explica la hipocalcemia neonatal. La disponibilidad de la leche de vaca disminuye también la formación de jabones de calcio insolubles en el intestino, los cuales pueden causar obstrucción intestinal.

Hierro: el hierro de la leche humana se absorbe en un 70% mientras que el de la leche de vaca en un 30%.

Zinc: el zinc es esencial para la estructura de las enzimas y su funcionamiento y para el crecimiento y la inmunidad celular. Las cantidades de zinc en la leche humana son pequeñas, pero suficientes para cubrir las necesidades del niño sin alterar la absorción del hierro y del cobre.

Elementos traza: por lo general, el niño alimentado al pecho presenta pocos riesgos de deficiencia o exceso de minerales traza:

· Cobre, Cobalto y Selenio: estos tres elementos tienen niveles más elevados en la leche humana que en la leche de vaca. La deficiencia de cobre produce anemia microcítica hipocrómica y alteraciones neurológicas y ocurre solamente en los niños alimentados artificialmente.

· Cromo, Magnesio y Aluminio: los niveles de estos minerales puede ser hasta 100 veces mayores en la leche de vaca. En pequeñas cantidades tiene efectos en el aprendizaje posterior y en el crecimiento de los huesos.

· Plomo y Cadmio: la ingesta dietética del plomo es mucho menor en los niños amamantados, aún cuando el agua potable consumida por la madre exceda el estándar de la OMS.

· Yodo: puede encontrarse en pequeñas cantidades en la leche y puede afectar a la función tiroídea de los niños amamantados ya que el yodo se concentra en la leche.

Hormonas: TSH (homorna tiroidea estimulante), tiroxina, hormona liberadora de tirotropina, oxitocina, gonadotropinas, corticoides, insulina, protaglandinas, relaxina y prolactina.

Nucleótidos: en la leche humana están presentes estos nucleótidos que afectan a la absorción de las grasas y numerosos factores de crecimiento.

Enzimas: múltiples enzimas que mantienen diversas funciones. Algunas reflejan los cambios fisiológicos que ocurren en las madres y otras son importantes para el desarrollo neonatal. La concentración de las mismas depende del momento de la leche de la madre.

Factores de crecimiento: Estimulan la síntesis de ADN y ARN, la proliferación celular y la maduración de algunos órganos.


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