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Cómo amamantar a un recién nacido

Cómo amamantar a un recién nacido

Tu bebé acaba de nacer, te lo han colocado en el pecho para que comience a alimentarse y te han dejado ahí sola con él y tu pareja en vuestra habitación. Vosotros miráis al bebé con cara de sorpresa y circunstancias, sin saber muy bien qué hacer. ¿Cómo colocarlo al pecho? ¿Cuánto tiempo hay que dejarle así? ¿Cómo saber si ya no quiere comer más? Resolvemos todas estas dudas para que tu lactancia materna comience con buen pie.

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La lactancia materna es mucho más sencilla de lo que pensamos, solo que estamos poco acostumbradas a ver a otras mamás dando el pecho o apenas tenemos contacto recién nacidos, por lo que no sabemos muy bien cómo actuar en esos primeros instantes con el bebé en nuestro pecho.

Sin embargo, es mucho más sencillo de lo que piensas y es un proceso instintivo y natural. No tienes más que colocar al bebé desnudo al pecho y quitarte la parte de arriba del camisón para que él mismo pueda reptar por tu pecho y engancharse el pezón para empezar a succionar. Una vez esté agarrado, déjale que se quede en el pecho todo el tiempo que quiera. Si se duerme, déjalo en tu pecho o en su cunita hasta que despierte y notes que quiere volver a comer.

Después, sigue estos consejos para saber si todo va bien y cómo evitar ciertos problemas:

1- La lactancia debe ser a demanda, lo que significa que nada de horarios ni darle de comer cada 3 o 4 horas. No hagas caso de quien te diga eso, la lactancia es a demanda, se pone al bebé al pecho cada vez que tiene hambre, haya pasado el tiempo que haya pasado. Los primeros meses es normal que coma cada 2 o 3 horas, pero a medida que crezca espaciará un poco las tomas. Además, hasta los 2 meses no suelen volverse regulares, por lo que puede comer un día 8 veces, al siguiente solo 6 y hacerlo cada hora y media o cada 3 horas. Por lo tanto, no sigas horarios ni relojes, aprende a ver si tiene hambre.

2- Para saber si un bebé tiene hambre debes fijarte en sus gestos y señales. Lo primero es que durante las primeras semanas se pasan el día dormidos y se despiertan tan solo para comer, por lo que lo normal es que, al despertarse tras una siesta, tenga hambre. Además, empezará a gemir de manera suave y, si no lo pones al pecho, su llanto se irá haciendo más fuerte e insistente, lo que debes evitar que pase, ya que una vez se ponen nerviosos, es más complicado darles de comer. También se lleva los puños a la boca y busca tu pecho.

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3- En cuanto al tiempo que tiene que estar al pecho, también depende de cada niño y de su edad. Las primeras semanas puede estar hasta 20 minutos en cada pecho para vaciarlo, pero a medida que crezca y aprenda a succionar de manera más eficaz, este tiempo se irá acortando y con 3 o 4 meses puede vaciar un pecho en tan solo 4 minutos. De nuevo, nada de relojes, fíjate en si se aparta del pecho o no. Si se quita, ofrécele de nuevo el pecho o el otro pecho si ese ya está vacío. Si lo coge, tiene más hambre. Si lo rechaza, está satisfecho.

4- Para evitar molestias y dolores en los pezones, principalmente las temidas grietas, debes asegurarte de que se engancha correctamente. Su boca debe abarcar el pezón y gran parte de la aréola. Sus mejillas no deben estar hundidas y debes escuchar cómo traga. Si no es así, te hará daño y aparecerán grietas además de que no succionará correctamente, lo que hará que produzcas poca leche. Si te salen grietas, nada mejor que echarte unas gotitas de leche materna tras la toma.

5- Los primeros días el bebé se alimenta solo de calostro, la primera leche que aporta todo lo necesario al bebé en estos primeros días de vida. El calostro es escaso porque su estómago también lo es, así que no te obsesiones con que tienes poca leche ni le des leche de fórmula para completar. Tienes la leche que necesita y producirás más a medida que el bebé se alimente, así que ponle al pecho a menudo y verás cómo en unas 48 horas te sube la leche y empiezas a producir incluso más de la que el bebé necesita. Esto es normal hasta que la producción se regule.

6- No cambies de pecho hasta que haya vaciado el primero, ya que al final de la toma sale la leche más rica en grasa, esencial para que le bebé engorde. Una vez ha vaciado un pecho, ofrécele el otro. Si no lo quiere, anota qué pecho ha tomado para, la siguiente vez, empezar por el otro. Si come siempre del mismo pecho el otro apenas producirá leche.

7- Entre pecho y pecho es bueno que lo pongas a eructar. Puedes colocarlo sentado hacia delante, ligeramente inclinado sobre su tripita, o apoyarlo sobre tu espalda. No insistas demasiado ni le golpees la espalda con fuerza, puede que no haya tragado aire o que ya lo haya echado y no lo hayas notado.

8- Para evitar problemas como las obstrucciones, la mastitis o la ingurgitación, debes asegurarte de vaciar bien el pecho en cada toma y, si te notas molestias, hinchada o llena de leche, puedes sacarte un poco de leche con un sacaleches o a mano. Usa un sujetador de lactancia que no te apriete los pechos y asegúrate de seguir una dieta sana y beber mucha agua.

 


Fuente:

Guía de lactancia materna, Asociación Española de Pediatría. http://www.aeped.es/sites/default/files/7-guia_baleares_esp.pdf

Fecha de actualización: 25-02-2021

Redacción: Irene García

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