Síntomas en niños autistas

Índice

• Causas del autismo
• Síntomas del autismo
• ¿Cómo ayudar a los niños con autismo?

 

Causas del autismo

Generalmente el autismo se detecta entre los 2 y los 4 años, aunque depende de la gravedad del tipo de autismo que presente el afectado. Los casos más graves se caracterizan por una completa ausencia del habla, comportamiento extremadamente repetitivo, autodañino y agresivo. Las formas más leves de autismo (Síndrome de Asperger o autismo de alto funcionamiento) pueden ser casi imperceptibles y suelen confundirse con timidez, falta de atención y excentricidad.

A pesar de todos los estudios llevados a cabo, las causas del autismo se desconocen. Se barajan una serie de posibilidades como anomalías cognitivas (los estudios de personas autistas han encontrado diferencias en algunas regiones del cerebro, en concreto, la amígdala y el hipocampo parecen estar densamente poblados de neuronas, las cuales son más pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas); ciertas complicaciones en el embarazo y el parto que favorecerían la aparición de este trastorno; ciertos procesos bioquímicos básicos (se ha encontrado un exceso de secreción de serotonina en las plaquetas de los autistas); o una anomalía cromosómica que parece aumentar la susceptibilidad al autismo (un segmento del cromosoma 16 que se encuentra desaparecido o duplicado en alrededor del uno por ciento de individuos con autismo).

Recientemente, científicos de la Universidad de Carolina del Norte descubrieron que esta enfermedad podía ser diagnosticada a partir de los 6 meses, lo que permitiría empezar el tratamiento antes y obtener mejores beneficios para su salud, ya que el cerebro de los niños autistas de esta edad se organiza de manera diferente. En concreto, presenta patrones anormales en la materia blanca de 12 zonas del cerebelo. Otro estudio de medicina y pediatría, publicado en la revista Biological Psychiatry, afirma que en algunas personas se produce un proceso que crea unas modificaciones en una proteína neuronal pueden perturbar la función cerebra y desencadenar el autismo. El gen responsable de estas modificaciones se denomina SCN2A, y parece ser el único que puede tener un papel causante en la aparición de TEAs.
 

Síntomas del autismo

No obstante, lo normal es detectarlo cuando el niño empieza a presentar algunos o todos de los signos siguientes:

1- Ausencia de comunicación social. El niño evita el contacto visual, llora mucho sin motivo aparente, no sonríe como respuesta a una sonrisa, no interactúa con otros niños cuando los niños por naturaleza son sociables, rehúye el contacto físico y se pone rígido cuando lo abrazas, no le gustan las cosquillas, no se vuelve cuando le llamas por su nombre, no señala objetos con 11 meses o falla en la coordinación de mirada, vocalización y gestos.

Además, a la hora de relacionarse con los demás, algunos se aíslan totalmente, mientras que otros se muestran pasivos o presentan un interés escaso hacia los demás y un comportamiento extraño. Asimismo, su capacidad empatía es muy limitada, presenta dificultades para expresar sus sentimientos y comprender los ajenos.

2- Problemas con el juego. Puede presentar problemas para imitar acciones con objetos o manipularlos de manera repetitiva y un tanto obsesiva. También hay niños que se quedan mirando un objeto fijamente durante mucho rato o que juegan con ellos de manera extraña y haciendo siempre lo mismo. Fallan en el desarrollo del juego normal de simulación "jugamos a que yo soy... médico, bombero...”. Esta limitada imaginación obstaculiza y limita su capacidad para entender las emociones y las intenciones de los demás.

3- Alteración de la comunicación verbal y no-verbal. Retraso en el desarrollo cognitivo; ausencia de balbuceo, especialmente aquel que se usa como respuesta a una interacción social; sonidos extraños; falta de comprensión y de elaboración de palabras; tono de voz inusual; regresión en el lenguaje hacia los 2 años; ecolalia (por ejemplo, repetición continua de palabras y/o frases), inversión pronominal, e invención de palabras; reacciones emocionales a los requerimientos verbales y no verbales de lo demás inadecuadas.

4- Problemas con las funciones sensoriales o motoras. Fijación visual atípica (mirar fijamente cosas que se mueven de manera repetida como la lavadora); hiporreactividad o hiperreactividad a los sonidos u otras formas de estimulación sensorial (le molestan ciertos ruidos, sabores, texturas o actividades); nivel de actividad muy bajo o muy alto; retraso en la motricidad fina y gruesa; conductas motoras repetitivas (aleteo, pasearse sin rumbo, balancearse); posturas atípicas o manierismos motores;

5- Problemas con el sueño, la comida y la atención. Ansiedad. Gran resistencia al cambio (cualquier pequeño cambio puede causarles un gran malestar). Trastornos gastrointestinales y rabietas violentas con, a veces, conductas auto-lesivas.
 

¿Cómo ayudar a los niños con autismo?

La intervención temprana se ha mostrado como clave para que el desarrollo del niño sea lo más prometedor posible, por lo que si detectas estos u otros síntomas extraños en tu hijo que hagan sospechar que puede tener un trastorno del espectro autista, debes acudir cuanto antes al pediatra para que lo valore y decida si es necesario mandarlo a un especialista. Aunque la confirmación dé miedo, es importantísimo empezar cuanto antes el tratamiento para que tu hijo lleve la mejor vida posible.