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¿Cómo cuidar a un niño con gastroenteritis?

¿Cómo cuidar a un niño con gastroenteritis?

La gastroenteritis es una enfermedad que afecta de forma común a los bebés y niños menores de 5 años debido a que su sistema inmunológico aun no está fortalecido y tienen una mayor facilidad para contraer infecciones. En España no es una afección grave y su tratamiento está totalmente controlado, aun así, es una de las mayores causas de pérdidas de días en el colegio y, en casos más serios, de ingresos hospitalarios.

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Índice

 

¿Qué es una gastroenteritis?

Se trata de una inflamación del estómago y los intestinos causada, principalmente, por rotavirus, que provocan diarreas y, también, pueden aparecer otros síntomas como vómitos, dolor abdominal y fiebre. Por lo general, comienza de manera abrupta y en pocos días los síntomas remiten solos, aunque puede prolongarse durante dos semanas. Suele estar causada por una infección, tanto vírica como bacteriana, y en muy pocos casos por parásitos intestinales. Se han dado casos en los que las causas han sido infecciones no digestivas (infecciones de orinas, etc.) y la ingesta de alimentos en mal estado, no obstante estos son menos frecuentes. La gastroenteritis es muy fácil de diagnosticar, constatando los síntomas que la definen suele ser suficiente.

En niños sanos y bien nutridos esta enfermedad tiende a curarse sola sin ninguna complicación, en cambio, en países empobrecidos es una de las mayores causas de mortalidad infantil a causa de la desnutrición. En caso de sufrirla hay que vigilar la deshidratación ya que es una de las consecuencias más serias, sobre todo, si el niño no es capaz de reponer los líquidos que está perdiendo. Además, si el pequeño sufre de vómitos constantes o si la diarrea es muy abundante se le dificultará aun más mantenerse hidratado.

Para saber si una persona está sufriendo de deshidratación hay que comprobar que sus labios y boca estén secos, si se mantiene muy quieto, si lleva varias horas sin orinar o si tiene los ojos hundidos. Todo esto son síntomas de que ya está sufriendo esa consecuencia y es necesaria una evaluación médica. Por el contrario, se puede saber si está bien hidratado si produce lágrimas al llorar, orina con regularidad, su boca y lengua se mantienen húmedos y si su estado anímico es positivo.
 

¿Cómo deben actuar los padres ante una gastroenteritis de sus hijos?

En primer lugar, se deben comprobar los síntomas que tiene el niño y acudir al pediatra en caso de que sufra fiebres altas difíciles de controlar, vómitos repetitivos, aunque solo consuma pequeñas cantidades de líquido, signos de deshidratación o si hay presencia de sangre en las heces. 

Los padres tienen que estar pendientes de los síntomas que padecen sus hijos y comprobar cómo evolucionan. Si el niño no vomita y tiene hambre no es necesario hacer grandes cambios en la dieta más allá de evitar algunas bebidas y alimentos muy azucarados o grasos como refrescos o dulces. Se suelen recomendar dietas astringentes que ayudan a disminuir el número de deposiciones, pero, ni son imprescindibles ni deben durar más de unos días. Esta dieta se basa en el consumo de arroz, patatas, plátanos, zanahorias, etc. En el caso de los lactantes, deben seguir tomando su fórmula habitual de biberón o seguir amamantándose añadiendo suero de rehidratación entre toma y toma.

En general, los medicamentos son innecesarios para curar esta enfermedad ya que el propio organismo se recupera de manera espontánea. Asimismo, todos los fármacos podrían causar efectos secundarios complicando la situación. En el caso de hacer uso de algún medicamento siempre debe ser bajo recomendación y preinscripción médica.

El uso de antibióticos solo tendría utilidad en el caso de que la gastroenteritis tuviera una causa bacteriana y se prolongara en exceso. Los probióticos se emplean para ayudar a recuperar la flora intestinal gracias a los microorganismos que contienen, además, puede favorecer el acortamiento de la diarrea. Por otro lado, los fármacos antieméticos se usan para remitir los vómitos, pero su eficacia más allá de eso es limitada.

La importancia de mantener al niño hidratado hace que sea recomendable el uso de soluciones de rehidratación oral, sobre todo cuando está padeciendo diarreas abundantes. La composición de estas soluciones facilita la absorción de agua y de las sales minerales necesarias para mantener una buena hidratación. Es importante administrarlas con frecuencia sin llegar a forzar al niño a tomarlas, si no tiene sed probablemente no se encuentre deshidratado. En el caso de que haya sufrido vómitos es aconsejable ir probando en pequeñas cantidades hasta comprobar que lo tolera bien.

Existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a prevenir el contagio, aunque los niños son dados a sufrir este padecimiento debido al contacto físico con el que se relacionan entre ellos. La gastroenteritis se contagia con mucha facilidad de persona a persona, propagándose de la mano a la boca o al estornudar o escupir. Por tanto, la mejor solución es extremar la higiene, sobre todo la de las manos después de ir al baño, cambiar el pañal o comer.


Fuentes: Asociación Española de Pediatría y CinfaSalud

Fecha de actualización: 31-03-2021

Redacción: Andrea Rivero

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