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Terapia psicológica para niños que no comen

Terapia psicológica para niños que no comen

¿Tu hijo no come nada de nada? ¿No consigues que pruebe bocado? ¿Te preocupa que pueda deberse a algún trastorno de otro tipo? Si es así, debes consultar con tu pediatra, ya que puede que sufra algún problema físico o mental que pueda estar afectando a su apetito.

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La comida y los niños

Para muchos padres, una de sus grandes preocupaciones es que sus hijos no comen o, según creen ellos, comen poco. Si eres uno de estos padres, lo primero que debes averiguar es si tu hijo realmente tiene un problema con su alimentación o no. Cuando decimos que un niño no come, normalmente nos referimos a que come poco o que no come ciertos alimentos o grupos de alimentos. Por lo tanto, si estás preocupado por la alimentación de tu hijo, lo primero que hay que hacer es ver qué te preocupa y si es un problema o no.

Y es que muchos padres están obsesionados con que su hijo come poco, pero realmente come lo que necesita. La naturaleza es sabia y los niños, de alguna manera, si no sufren ningún problema, saben que tiene que comer para alimentarse y no morir, por lo que ningún niño se va a dejar morir de hambre teniendo comida y comerá cuando tenga hambre. Otra cosa es que no coma mucho si no es muy comilón o que coma menos de lo que los padres piensan que es lo adecuado. La cantidad ideal para cada niño depende de su edad, su fase de crecimiento y su actividad diaria. Así, hay periodos en los que se come más que otros, igual que días que tienen más hambre que otros. Para hacerse una idea general, la cantidad de comida que debes echarle a tu hijo en su plato debe ser la que le quepa en la palma de su mano puesta como un cuenco. No hace falta que le llenes el plato, ni mucho menos. Por lo tanto, puede que tu hijo no coma poco, sino que coma lo necesario.

Otro problema diferente es el de los niños que rechazan ciertos grupos de alimentos y no comen pescado, fruta, verduras o legumbres, alimentos que suelen gustar menos a los niños. En este caso, es un problema de educación alimentaria, por lo que deberás intentar poco a poco a que acepte todos los alimentos para que su dieta sea sana. Prueba alimentos diferentes, cocínalos de otra forma, preséntalos de manera divertida… pero no luches con él ni conviertas la comida en un campo de batalla. Seguro que con paciencia y unos cuentos consejos, consigues que amplíe su dieta.

Sin embargo, también es posible que tu hijo no coma nada de nada porque está enfermo o sufre algún problema físico. Las enfermedades estomacales, como gastritis o gastroenteritis, pueden cerrar el apetito y hacer que el pequeño no quiera comer, pero también las enfermedades respiratorias, como un resfriado o la gripe, pueden afectar al hambre. Por lo tanto, si tu hijo no quiere comer nada de nada y, además, presenta otros síntomas como náuseas, vómitos, fiebre, dolor estomacal, dolor de garganta, cansancio, etc., debes ir al pediatra para que diagnostique la causa de la enfermedad y le dé el mejor tratamiento. Una vez que se recupere, volverá a tener apetito y comer bien.

Otro problema diferente que puede afectar a las ganas de comer de tu hijo son los trastornos alimentarios. Este tipo de enfermedades mentales son más comunes a partir de la adolescencia, pero pueden surgir a cualquier edad, por lo que hay que conocer qué son y cuáles son sus síntomas.


Trastornos alimentarios: síntomas y tratamiento

Los trastornos alimentarios más conocidos son la anorexia y la bulimia, pero hay otros. Es una relación obsesiva y destructiva con el propio cuerpo y la alimentación. Según el tipo de trastorno que presente el niño, sus síntomas podrán variar, aunque los principales son:

- Rechazo a la comida

- Pérdida de peso

- Vomitar después de comer

- No querer comer delante de otras personas

- Rechazo a asistir a actos sociales en los que haya comida

- Ir al baño después de comer

- Deporte excesivo

- Obsesión con el peso corporal y la imagen

- Dismorfia corporal (magnificación de algún defecto -real o imaginado- de nuestra imagen corporal)

- Manipulación excesiva de los alimentos

Si crees que tu hijo sufre anorexia, bulimia o algún otro trastorno alimentario debes buscar ayuda cuanto antes, ya que estos trastornos pueden causar efectos muy graves y serios en los niños tanto a nivel físico como mental, pudiendo llegar a causar deshidratación, problemas intestinales, úlceras, anemias, debilidad en músculos, piel y cabello, baja autoestima, aislamiento social, fracaso escolar, depresión, intentos de suicidio e incluso llevar a la muerte.

En cuanto al tratamiento de este tipo de trastornos es psicológico, por lo que es necesario que el niño, y toda su familia, acudan a terapia para superar este problema. Lo normal es que se trate mediante psicoterapia para conseguir que el niño rechace esa obsesión por la imagen corporal y el peso y vuelva a construir una relación estable y segura con su alimentación. Es necesario hacerle ver que comer es esencial para la salud. La terapia de conversación (verbal), así como la terapia de familia y las estrategias cognitivas, han demostrado ser útiles en estos casos, aunque dependerá de cada niño, de la gravedad del trastorno, de su edad, etc.

Por eso, lo esencial es buscar ayuda psicológica cuanto antes y ponerse en manos de profesionales en este tipo de trastornos que ayuden al niño no solo en el aspecto mental, sino también a recuperar su peso y su salud. 

 


Fuente:

Blog EnFamilia de la AEP: "Mi niño no come", https://enfamilia.aeped.es/edades-etapas/mi-nino-no-come; "Anorexia y bilimia ¿cómo se pueden prevenir y tratar?", https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/anorexia-bulimia-prevenir-tratar

Fecha de actualización: 11-03-2021

Redacción: Irene García

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