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Cómo ayudar a un niño estresado

Cómo ayudar a un niño estresado

Todos los padres y madres se preocupan por la salud y el estado de ánimo de sus hijos. Es por eso por lo que muchos de ellos pueden comenzar a notar a determinada edad que sus hijos están algo estresados y necesitan, por tanto, saber qué hacer o cómo actuar al respecto.

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¿Qué es el strés?

El estrés se define como el estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento que suele ser bastante superior al normal lo que provoca, por tanto, diversos trastornos físicos y mentales. En definitiva, el estrés es un momento de tensión física o emocional que puede provenir de cualquier situación o pensamiento que le haga a uno sentirse furioso, frustrado o nervioso porque el estrés sencillamente es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda que, además, en pequeños episodios puede ser bueno y positivo porque ayuda a evitar un posible peligro, pero si este dura mucho tiempo podría dañar la salud de quien lo padece por lo que es normal que los padres se preocupen si notan algún síntoma en sus hijos.


El estrés infantil

Antes de nada, es importante saber que hay dos tipos distintos de estrés: el estrés crónico y el estrés agudo. Por un lado, tenemos el estrés crónico que es aquel tipo de estrés que dura un periodo de tiempo prolongado, es decir, durante semanas o meses, que es cuando ya podría comenzar a considerarse un tipo de estrés crónico. Y, por otro lado, el estrés agudo que es el estrés a corto plazo que desaparece rápidamente, que suele ayudar a controlar las situaciones peligrosas, pero también cuando ocurre algo nuevo o emocionante.

El principal problema del estrés infantil probablemente venga de la mano de los padres y las madres de estos niños, quienes consideran que al ser personas menores sin preocupaciones no podrían tener estrés, es decir, que se trata de personitas felices y totalmente despreocupadas y, aunque no lo piensan todos los adultos, es un error para aquellos que sí porque no es cierto. Los niños, como los adultos, también pueden tener preocupaciones y sentir estrés, pues es una función, como veíamos, de la demanda que uno tiene y de su capacidad para satisfacerla.

En este caso las presiones suelen proceder bastante a menudo de fuentes externas como, por ejemplo, la familia, los amigos o el colegio. Es importante, además, tener en cuenta que el estrés puede afectar a cualquier persona que se sienta abrumada, incluidos los niños ya que, por ejemplo, en edad preescolar que el niño sufra estrés puede venir motivado por la separación de sus padres. Y, además, a medida que estos niños van creciendo las causas por las cuales pueden seguir estresándose también van a ir en aumento. Las presiones sociales y las académicas son las más comunes que podrían generar estrés en el niño e incluso en el adolescente.

Existen, por ejemplo, muchos niños que están bastante ocupados y que no suelen tener tiempo suficiente para hacer otras tareas de ocio y entretenimiento o que incluso se quejan por las innumerables actividades que tienen durante la semana porque cada día tienen una extraescolar diferente. En estos casos sería bueno replantearse abandonar alguna de estas y tener tiempo también para el ocio, el juego y el entretenimiento. Para ello es importante hablar con el niño sobre cómo se siente al respecto, si está cómodo con todas las actividades, si realmente le motivan y si le está sirviendo de algo acudir. Si, por el contrario, estas le están generando demasiada ansiedad y estrés lo mejor es que dejen alguna, y si resulta imposible habrá que mirar otras maneras de organizarse mejor el tiempo.

Las noticias del día a día también pueden generarle estrés por el simple hecho de las imágenes que tiene que ver en ocasiones. Estas, a veces son algo perturbadoras e incluso otras les pueden hacer preocuparse por su propia seguridad, pero también por la de las personas que quieren y que tienen a su alrededor. Aquí también sería bastante recomendable hablar con ellos sobre lo que han visto o han escuchado y controlar lo que ven o dejan de ver en televisión.


La muerte de un familiar ¿motivo de estrés?

Hasta los cinco o seis años los niños tienen una imagen del mundo bastante literal por lo que a la hora de explicarles que un familiar ha fallecido se deberá hacer con un lenguaje muy concreto. Podríamos, por ejemplo, explicarles que la palabra “muerte” o “morir” significa que el cuerpo ya no funciona.

Y como entre los seis y los diez años los niños ya comienzan a comprender que la muerte es algo definitivo, incluso aunque no entiendan todavía que esto les ocurrirá a todos los seres vivos en algún momento, lo mejor será darle explicaciones claras, precisas, simples y honestas. Pero es otro motivo que podría causar estrés en el niño y que también es fundamental solucionar.


Y ante cualquier situación de estrés ¿cómo deben actuar los padres?

- Ofrecer al niño un lugar sano, seguro y confiable.

- Ser selectivo con lo que oye o ve en televisión, pero también con los juegos del día a día.

- Saber escucharle y hacerlo adecuadamente, es decir, sin criticar al niño ni tratar de resolver los problemas de inmediato.

- Y, por último, ser siempre un buen ejemplo para él. Recordemos que el niño siempre nos observará como un modelo de comportamiento saludable.

Finalmente, si la situación se agrava y las soluciones no sirven para reducir el estrés lo que haremos será buscar ayuda y acudir a un profesional de medicina y psicología. 


Fuentes:

AEP

Fecha de actualización: 12-07-2022

Redacción: Ana Ruiz

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