¿Cómo ayudar a mi hijo a hacer la tarea?

Índice

• La importancia de las tareas diarias
• ¿Cómo ayudar a mi hijo a hacer la tarea?

La importancia de las tareas diarias

La tarea escolar suele ir adaptada a la edad y el curso en el que está el niño. Así, en los primeros cursos de Primaria es habitual que solo tengan que leer un rato o hacer alguna ficha. Sin embargo, a medida que los cursos avanzan y la dificultad se hace mayor, el niño cada vez tendrá que hacer más deberes y estudiar para los exámenes si quiere aprobar y sacar buenas notas. Por eso, el tiempo que deben dedicar los niños de primero o segundo de Primaria a las tareas no suele ser de más de 30 minutos (incluso cada vez menos porque son muchos los profesores que ya evitan en estos años mandar deberes), pero un chico que empiece la ESO deberá dedicar varias horas a hacer los deberes y estudiar.

Aunque sea poco lo que mandan a tu hijo hacer porque aún es pequeño, debes sentar las bases del estudio en casa para que, cuando crezca, no le cueste. Si tu hijo se acostumbra desde el principio a sentarse todos los días (o cuando haga falta) a hacer las tareas que le han mandado en clase, cuando estas sean más complicadas ya tendrá el hábito adquirido y, aunque no le apetezca, sabrá que tiene que hacerlo para seguir con sus buenas notas. Pero si permites que no las haga o no estás pendiente de si cumple o no, cuando crezca será mucho más complicado, afectando a su aprendizaje y su éxito escolar.

Además, este hábito le permitirá desarrollar su autonomía y su responsabilidad para que él sea capaz de saber lo que tiene que hacer o estudiar cada día, sin necesidad de que seas tú su agenda. Una cosa es que estés pendiente de lo que hace o deja de hacer tu hijo y de cómo va en clase, y otra muy diferente que hagas las tareas por él o tengas que preguntar a los demás papás qué deberes toca hacer cada día. Fomenta la responsabilidad en tu hijo y déjale tomar sus propias decisiones para que sea responsable de sus tareas escolares.
 

¿Cómo ayudar a mi hijo a hacer la tarea?

Y si tu hijo es de los remolones, tarda horas en sentarse a hacer las tareas y en acabarlas, lo mejor es que le ayudes imponiendo una serie de normas y hábitos que le ayudarán a hacer las tareas de manera rápida y eficaz.

1- Pregúntale al recogerlo qué tal le ha ido el día y si tiene que hacer algo. Así, en el camino a casa ya se irá haciendo a la idea de que, al llegar, después de la merienda, tiene que sentarse a hacer lo que le hayan mandado.

2- Es conveniente que el tiempo de las tareas sea siempre a la misma hora para crear ese hábito del que hablábamos antes. Lo mejor es nada más llegar a casa, tras haber merendado. Así, si no tarda mucho, le quedará tiempo para jugar, ver la tele o bajar al parque. Por lo tanto, nada más llegar a casa, prepárale la merienda y, en cuanto haya acabado de comer, que se siente a hacer las tareas. Deja que sea él solo el que vaya a sentarse una vez haya terminado. Si ves que tarda o se hace el remolón, dile algo como “¿Estás haciendo ya las tareas? Si acabas pronto, podemos bajar luego al parque”. Es mejor que le indiques lo que tiene que hacer de manera indirecta, sin ordenárselo ya que los niños suelen responder peor a las órdenes que a las invitaciones o las sugerencias.

3- El niño debe tener un sitio fijo para hacer las tareas, no puede sentarse un día en el salón y, al día siguiente, en la terraza. Habilita una mesa y una silla cómodas y adecuadas para su altura en las que pueda hacer las tareas. Esta mesa debe estar colocada en un lugar tranquilo, sin distracciones ni ruidos para que pueda concentrarse.

4- Una vez se haya sentado, pregúntale qué debe hacer para asegurarte de que lo sabe y que se pone a ello. Así, además, podrás calcular más o menos cuánto tiempo le va a llevar para controlarlo. Después, déjale solo para que se concentre y haga el esfuerzo de pensar él solo lo que debe hacer.

5- Si te pide ayuda, debes acudir a ver qué quiere y ayudarle, pero siempre teniendo en cuenta que debes guiarle para que él obtenga el resultado o haga la tarea, nunca hacerla por él. Si tiene dificultad, sé paciente y dale más tiempo. Dale ejemplos útiles o muéstrale cómo debería hacerlo. Es importante que le ayudes de manera positiva y nunca le digas frases como “Qué tonto eres”, “Cuánto te cuestan las matemáticas” o “Tu hermano ya ha acabado y era más fácil”. Esas frases no ayudan nada. Siempre debes apoyarlo para que se sienta listo y sepa que puede hacerlo. 

6- Si ves que tarda mucho tiempo, acude a ver si tiene algún problema o si se ha cansado y se ha puesto a jugar o a hacer cualquier otra cosa. Hazle ver que, hasta que no acabe, no podrá hacer nada más, pero que si se pone a ello y lo hace pronto podréis hacer cosas más divertidas como ir al parque o jugar juntos. Eso sí, no dejes que lo haga rápido y mal, es importante que la tarea esté bien hecha y sin manchas ni borrones. Cuando haya acabado, comprueba que lo ha hecho todo bien y, si es así, dale la enhorabuena y déjale que vaya a jugar. Si está mal hecho o ha cometido algún error, dile que no pasa nada, que de los errores se aprende, pero que debe repetirlo para que esté bien y, esta vez, quédate ayudándole para que pueda hacerlo correctamente.