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¿Cómo ayudar a los niños perfeccionistas a aprender a tolerar sus errores?

¿Cómo ayudar a los niños perfeccionistas a aprender a tolerar sus errores?

Los niños perfeccionistas se caracterizan por querer hacerlo todo perfecto y, ante el más mínimo error, se frustran y se sienten mal consigo mismos. Este nivel de autoexigencia tan alto puede tener cosas buenas, pero también es muy peligroso ya que hace a los niños no disfrutar de las cosas y vivir angustiados y tensos. Incluso pueden sentirse fracasados si no han logrado la perfección y han sacado un 9 en lugar de un 10. Si tu hijo es así, explicarle el proceso de aprendizaje puede ayudarle a ver que los errores son soportables.

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Perfeccionismo versus esfuerzo

Los niños a menudo escuchan: "Los errores son parte del aprendizaje". Pero si tienen tendencias perfeccionistas, no se lo creen. Sienten los errores como algo intolerable y humillante para ellos. Se disuelven en lágrimas ante un punto menos en la nota final que les hace no llegar a la perfección o se preocupan ansiosamente y evitan hacer actividades que no están seguros de poder realizar de manera perfecta al instante.
Existe una distinción importante entre esfuerzo saludable y perfeccionismo poco saludable que es más fácil de ver a nivel emocional: el esfuerzo saludable te hace sentir optimista, enérgico y agradable. El perfeccionismo se siente forzado, doloroso e interminable. El esfuerzo saludable es alimentado por el hambre de aprender y lograr un objetivo, mientras que el perfeccionismo es impulsado por el miedo al fracaso.

Los niños perfeccionistas se aferran a sus estrictas normas personales. Creen que tienen que castigarse por cometer errores o nunca lograrán nada. De hecho, la investigación ha relacionado el perfeccionismo con la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, la culpa, el pesimismo, el abuso de sustancias y los trastornos alimentarios. Puede causar la dilación y la perseverancia innecesaria. También puede matar la creatividad al conducir a una prudente evitación de riesgos en lugar de una apertura para probar diferentes enfoques y descartar muchos intentos.

En resumen, esforzarse e intentar superarse y hacer las cosas lo mejor posible es positivo y nos ayuda avanzar y alcanzar nuestras metas, pero el perfeccionismo exigente es poco saludable y puede causar muchos problemas y ansiedades al niño, por lo que debemos evitarlo en cuanto detectemos que nuestro hijo se comporta de esa manera constantemente.


¿Cómo ayudar a los niños a estar abiertos a cometer errores?

Eileen Kennedy-Moore, psicóloga, nos explica una manera sencilla de resolver este problema y ayudar a los niños a aceptar mejor sus errores. La idea consiste en explicar al niño cómo funciona el proceso de aprendizaje de nuestra mente mediante un dibujo sencillo que consta de varias partes. Por un lado, un rectángulo a la izquierda del dibujo dividido en tres partes. La parte inferior es la zona de Dominio o "Demasiado Fácil", llena de marcas de verificación. Tu hijo puede hacer todo perfectamente en esta área. La parte superior del rectángulo izquierdo es la zona "Demasiado difícil" sin desarrollar, rellena con X (símbolo de tareas aún no completadas). Tu hijo simplemente no ha aprendido esas habilidades todavía y podría hacer todo mal de lo relacionado con esa área. En el medio de ambas partes, la zona de aprendizaje.

Esa zona central, la Zona de aprendizaje, que tiene una mezcla de símbolos de verificación y X, es la zona en la que tu hijo hace algunas cosas bien y otras cosas mal, puesto que está aprendiendo algunas tareas. Explícale a tu hijo que algunos niños solo quieren trabajar en la zona “Demasiado fácil” porque temen cometer errores. Pero eso significa que no están avanzando, solo están practicando lo que ya saben. Por otro lado, algunos niños son lo suficientemente valientes como para trabajar en la Zona de aprendizaje. Eso significa que van a cometer errores, pero con el estudio, la práctica y mejores estrategias, pueden convertir las X en checks. Así, su “Zona de dominio”, el conjunto de cosas que saben hacer, se hará más grande, por lo que la Zona de Aprendizaje se irá moviendo hacia arriba, pero la Zona “Demasiado Difícil” seguirá creciendo, porque siempre hay más que podemos aprender. No puede intentar abarcarla entera, porque es imposible.

Así que, cuando tu hijo cometa un error, en lugar de sentirse mal y castigarse, debe comprender que está en la Zona de Aprendizaje, por lo que es normal que cometa errores. No debe preocuparse, tan solo aprender de ellos, buscar nuevas estrategias y seguir aprendiendo.


Otros consejos que pueden ayudarle…

1- Rebaja tu propio nivel de exigencia con tu hijo, quizá la causa de su perfeccionismo sea creer que va a desilusionarte si no saca un 10. Muéstrate orgulloso con él siempre que se esfuerce e intente mejorar, aunque la nota no sea la mejor.

2- Redefine el concepto de error. Enséñale que equivocarse o fallar no siempre es negativo, al contrario, algunos de los más grandes logros e inventos han surgido después de muchos errores y fallos. Equivocarnos nos impulsa a mejorar y buscar nuevas soluciones más creativas, lo que proporciona las mejores ideas. Además, todos nos equivocamos a veces, hay que aprender a aceptar nuestros propios fallos.

3- Sé un buen ejemplo. Si tú mismo eres muy exigente contigo mismo y te muestras triste, enfadado y ansioso cuando no consigues que todo salga a la perfección, es normal que tu hijo también se muestre así, puesto que los hijos suelen ser el modelo de sus padres. Cuando cometas un error, acéptalo bien y no te frustres. Si quedas segundo en algo, no hagas de ello un drama y valora ese puesto. Valora el lado bueno de los errores o los segundos puestos. No conseguir hacerlo todo a la perfección no es malo, y tu hijo así debe aprenderlo.


Fuente:

Eileen Kennedy-Moore Ph.D. Psychology Today.

Fecha de actualización: 05-03-2021

Redacción: Irene García

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