¿Cómo saber si mi hijo padece ansiedad?

Indice

• Síntomas de la ansiedad en niños
• Tipos de ansiedad en niños
• ¿Por qué se produce la ansiedad?
• ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a superar la ansiedad?
• Tratamientos para la ansiedad en niños

 

Síntomas de la ansiedad en niños

Los síntomas de la ansiedad varían dependiendo de cada persona y pueden ser físicos o mentales:

- Síntomas mentales: sensación de incapacidad y bloqueo mental con dificultad para pensar, atender o leer. Se distraen más fácilmente, sienten miedo a que los demás se den cuenta del problema, tienen pensamientos negativos, mal humor, tristeza, irritabilidad, llanto. En ocasiones, puede dar lugar a depresión o regresiones (el niño desaprende habilidades: vuelve a hacerse pipí, no come solo…).

- Síntomas físicos: taquicardias, sudoración, sensación de falta de aire, mareos, temblor, boca seca, palidez o enrojecimiento, inquietud o inmovilidad, tartamudeo, incluso diarrea, vómitos o dolor abdominal.
 

Tipos de ansiedad en niños

- Ansiedad por separación
Una de las primeras veces, de las más comunes, en las que el niño puede sufrir ansiedad es cuando se separa de su madre. Se da sobre todo a partir de los 8 o 9 meses, cuando el bebé comienza a ser consciente de este distanciamiento y llora mucho a la hora de las despedidas. Suele desaparecer a los 24 meses de edad y es una etapa normal en el crecimiento del niño.

Estar molesto y llorar son los signos clásicos de la ansiedad por separación. También puede haber gritos y berrinches.

Si esta ansiedad se prolonga o parece muy intensa, sobre todo si interfiere en la escuela u otras actividades diarias o incluye ataques de pánico u otros problemas, es posible que el niño esté sufriendo un trastorno de ansiedad. Algunos síntomas de esta ansiedad en concreto son:

- Preocupación constante de que va a ocurrir algo malo, como perderse, lo que lo separaría de sus padres.

- Negarse a estar fuera de la casa por miedo a la separación.

- Pesadillas repetidas sobre la separación.

- Quejas frecuentes de dolores de cabeza, dolores de estómago u otros síntomas cuando prevé la separación de uno de sus padres.

Si crees que tu hijo pueda estar padeciéndola y te preocupa que empeore, es importante que acudas a un médico especialista.

- Fobia social

Los niños que tienen fobia social sienten ansiedad ante la proximidad de ciertas situaciones sociales. Esto va más allá de la timidez, tienen dificultades para hablar en voz alta en clase, unirse a una conversación, hacer amigos y hablar con ellos, hacerse valer o participar en las actividades de la clase. Estos niños suelen preocuparse demasiado por lo que piensan los demás e intentan evitar estas situaciones por miedo a hacer el ridículo o a ser objeto de críticas.

- Fobias

Aunque la fobia social es la más relacionada con la ansiedad, en ocasiones estos miedos irracionales a objetos o animales pueden producir vergüenza y miedo al rechazo de los demás.

- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Es el más frecuente en la infancia o adolescentes tras el de ansiedad por separación, afectando al 2,9% de la población infantil. Los niños con este trastorno se preocupan por todo tipo de cosas, desde el rendimiento escolar y la salud hasta cuestiones familiares y lo que sucede en el mundo. Si bien es normal mostrar preocupaciones, los niños con TAG no pueden dejar de inquietarse, aunque se les dé consejo. Tienden además a presentar síntomas como irritabilidad, alteraciones del sueño y molestias o dolores musculares causados por la preocupación.
 

¿Por qué se produce la ansiedad?

Como la ansiedad se produce como una reacción ante el peligro, cualquier situación que provoque miedo en el niño puede causarla, así, puede darse en situaciones cotidianas como ir al colegio, subir a un ascensor, ante animales, etc.

El niño trata de evitar estas situaciones por el sufrimiento que le produce, no queriendo ir a la escuela o a la cama, subir al coche, saludar a una visita, o acudir a un cumpleaños.

Las situaciones de tensión que alteran el ambiente familiar aumentan las posibilidades de aparición de ansiedades en el niño (peleas, divorcios, dificultades económicas, enfermedades, fallecimientos). Por otro lado, puede darse debido a actividades que produzcan excitación emocional intensa (películas, videojuegos, algunos dibujos animados).

También puede presentarse por problemas en el entorno educativo como las malas notas o el acoso.

Y de igual forma, la ansiedad puede ser un síntoma provocado por enfermedades físicas.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a superar la ansiedad?

- Lo primero y la mejor opción es buscar ayuda profesional para tratar esta enfermedad mental, ya sea de su pediatra o un médico especializado.

- Ayúdale a enfrentar sus miedos e intenta tranquilizarle cuando tenga que ir a clase o se encuentre en una situación que le asuste.

- Los niños imitan las conductas y emociones que expresan sus padres y, cuando necesitan orientación, se fijan en ellos. Por ello, es importante que controles tus propias reacciones ante situaciones que provocan angustia y ante la ansiedad que pueda manifestar tu hijo.

- No ridiculices sus miedos. Aunque para un adulto estas fobias o miedos puede parecer una tontería, para los pequeños es todo un mundo, intenta comprenderle y mostrarle tu apoyo en lugar de decirle que no se preocupe o que no hay ningún problema.

- Puedes intentar distraerle, que deje de pensar en el problema y así evitar el estrés.

- Cuando esté más tranquilo, procura que exprese sus temores para racionalizarlos y afrontarlos.

- No lo sobrecargues de actividades, aunque es importante que tu hijo lleve una vida activa, en ocasiones demasiadas tareas y obligaciones pueden saturarle. Las técnicas de relajación pueden ayudarle. 
 

Tratamientos para la ansiedad en niños

Para tratar la ansiedad existen dos vías:

- La terapia: se puede hacer psicoterapia familiar, donde le dan información a la familia de cómo tratar la ansiedad y al niño cuando la sufra. Trabajar los pensamientos negativos recurrentes para cambiar el enfoque es muy útil. Si la psicoterapia no produce resultados en un tiempo razonable, debe interrumpirse y/o acompañarse de otro tratamiento de psicología o psiquiatría.

- La medicación: los psicofármacos pueden ser necesarios desde el inicio o a lo largo del cuadro, solos o junto a la psicoterapia. Lo más habitual son ansiolíticos.