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Mi hijo siempre quiere ser el primero en todo y ganar

Mi hijo siempre quiere ser el primero en todo y ganar

Ser competitivo y esforzarse por mejorar y ganar es positivo, pero algunos niños son tan exigentes que se enfadan cuando no son los primeros y hasta se sienten mal consigo mismos, lo que puede convertirse en un verdadero problema.

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Indice

 

¿Niños demasiado competitivos?

A todos nos gusta ganar, conseguir premios y medallas y que reconozcan nuestra labor. Por el contrario, a nadie le gusta perder. Sin embargo, algunos aceptamos mejor que otros las derrotas.

Además, ser competitivo es bueno en cierta medida ya que permite buscar la excelencia, mejorar, convertirnos en líderes y alcanzar el éxito y la felicidad. Pero un exceso de competitividad provoca obsesión, egocentrismo, soledad, infelicidad, etc. También puede causar en el niño baja autoestima, estrés y poca tolerancia a la frustración.

En torno a los 3 años es normal que los niños quieran ganar siempre todos los juegos ya que los niños de esta edad son muy egocéntricos, todo gira en torno a ellos. Pero este comportamiento debe ir evolucionando y, a medida que crecen, tienen que entender que no siempre se puede ganar.

Por eso, si tu hijo de 10 años presenta este tipo de comportamientos, debes estar alerta ya que es probable que sea demasiado competitivo:

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- Se enfada siempre que no gana

- Si piensa que va a perder, prefiere no jugar

- Echa la culpa a los demás de sus derrotas

- Está más pendiente del resultado que de pasárselo bien

- Ganar y ser el primero es una obsesión

- Es muy perfeccionista y no tolera los errores propios


¿Cómo evitar esta actitud?

Si tu hijo se comporta de esta manera en sus juegos y su día a día, debes ayudarle cuanto antes a cambiar ya que, como decíamos, ser así solo le reportará infelicidad y soledad ya que nadie le aguantará ni querrá jugar con él.

1- Los niños buscan la aprobación de sus padres, así que tu actitud ante la competición marcará en gran parte su forma de actuar. Recuérdale siempre que lo importante es participar y divertirse y, cuando pierda, no te enfades ni se lo eches en cara.

2- Cuando juguéis juntos, no le dejes ganar siempre, que se acostumbre desde pequeño a perder.

3- Explícale las consecuencias negativas de ser tan competitivo, como que los demás niños no quieran jugar con él.

4- No le consientas que se ponga como un loco cuando pierda. Debe actuar siempre de manera proporcionada y no ponerse a chillar ni gritar. Tampoco cuando gane. Hay que saber perder y ganar o resultará insufrible para los demás.

5- No le compares nunca con otros niños ni con sus hermanos. Cada niño tiene unas habilidades y destaca en un campo u otro. Asimismo, cada uno tiene su ritmo de desarrollo.

6- No le exijas demasiado. Es importante que se esfuerce y que intente ganar y ser el primero, pero eso no debe ser lo más importante, sino aprender, jugar y divertirse.

7- Repítele a menudo que no es necesario ser el primero para disfrutar.

8- Premia y valora su esfuerzo aunque no haya ganado. Muéstrate siempre orgulloso de él. Hay que motivar, no presionar.

9- Enséñale a mejorar, no a ser perfecto. La necesidad de ser siempre perfecto no es sana.

10- Demuéstrale que equivocarse no es una tragedia y que los errores nos ayudan a avanzar. Tu ejemplo es fundamental. Si te equivocas, acéptalo y busca soluciones, no te lamentes.

11- Acéptale tal como es, con sus habilidades y fallos. Eso le dará seguridad y fomentará su autoestima.  

12- Ayúdale a fijar metas realistas y a ser más flexible consigo mismo.

13- Refuerza las áreas en las que sea más flojo.

14- Fomenta en él valores como la tolerancia, el trabajo en equipo, la empatía…

15- Muéstrale siempre cariño, haga lo que haga. 


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 23-01-2023

Redacción: Irene García

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