Aprendizaje basado en el pensamiento en infantil

Índice

• ¿En qué consiste el aprendizaje basado en el pensamiento?
• ¿Cómo llevar a cabo el TBL?
• Beneficios del aprendizaje basado en el pensamiento

 

¿En qué consiste el aprendizaje basado en el pensamiento?

El aprendizaje basado en el pensamiento (TBL) es una metodología activa que enseña a los estudiantes a pensar, razonar, tomar decisiones y escribir su trabajo solos. El objetivo, por tanto, no es sólo que los alumnos adquieran los conocimientos del temario, sino que desarrollen habilidades y destrezas relacionadas con el pensamiento y puedan ponerlas en práctica en el futuro de forma autónoma, para cualquier otro tema, concepto o reto.

Trabajar este tipo de competencias desde una edad temprana les va a generar unas rutinas de pensamiento y una forma de hacer las cosas desde pequeños.

Por eso, puede llevarse a cabo desde la etapa de infantil o preescolar, aunque siempre adaptándolo a la edad y la capacidad de pensamiento de los niños.
 

¿Cómo llevar a cabo el TBL?

TBL proporciona procedimientos paso a paso o rutinas, y reglas rectoras por las cuales un tipo de pensamiento puede llevarse a cabo con un alto grado de eficiencia y eficacia. Dado que el pensamiento no ocurre en el vacío, TBL también proporciona la adquisición de información sobre lo que estamos pensando y/o dónde encontrarlo.

La figura principal de esta metodología educativa es Robert Swartz, filósofo, profesor e investigador, director de la organización Center for Teaching Thinking. Swartz defiende que el pensamiento crítico y creativo debe ejercitarse y trabajarse en el marco de los contenidos curriculares y ese es precisamente el objetivo del Aprendizaje Basado en el Pensamiento. Se trata, por tanto, de una metodología que cambia el enfoque con el que se abordan los contenidos: no se trata de memorizar o aprender nociones básicas sobre un tema o concepto, sino de poner en práctica y asimilar los procedimientos necesarios para generar y desarrollar conocimientos.

En consecuencia, el TBL requiere que el docente guíe e instruya a los estudiantes en los procedimientos necesarios para llevar a cabo un razonamiento de orden superior y en las rutinas de pensamiento que luego los estudiantes ponen en práctica para confrontar de manera reflexiva y profunda los contenidos que van aprendiendo. Para ello, utilizan diferentes herramientas y estrategias, como preguntas específicas y organizadores gráficos, y trabajan juntos en grupos cooperativos. Aprenden a pensar y tomar decisiones con destreza, teniendo en cuenta las opciones disponibles, las consecuencias positivas y negativas y su importancia, y seleccionando la mejor opción en consecuencia. De esta forma, se integra el pensamiento crítico y creativo en la enseñanza-aprendizaje de los contenidos.

Hay cuatro pasos importantes para implementar un método TBL:

1- Hacer contacto con habilidades de pensamiento específicas en el contexto de la vida cotidiana.

2- Promover el uso de uno o más hábitos mentales.

3- Proporcionar orientación a los estudiantes en el pensamiento al involucrar el aprendizaje de contenido.

4- Animar a los estudiantes a pensar sobre su pensamiento, para que sean más conscientes y piensen eficientemente.

Además, hay dos aspectos más del aprendizaje que TBL desarrolla explícitamente, estos son los hábitos mentales (HOM) y la metacognición. HOM son hábitos mentales que realzan el pensamiento haciéndolo así más efectivo y por lo tanto más hábil. Los hábitos de pensamiento o  hábitos de la mente (HOM) que desarrolla esta metodología proporcionan aptitudes que colocan al estudiante en una posición de control sobre sus acciones y decisiones.

Un aspecto fundamental de TBL es la metacognición, es decir, pensar sobre pensar. Consiste en hacer una especie de reflexión posterior sobre lo realizado en el aula con la ayuda de las siguientes preguntas:

    ¿Qué tipo de pensamiento hemos utilizado?

    ¿Cómo lo hemos hecho?

    ¿Ha sido eficiente?

    ¿Cómo lo harías de nuevo?

Asimismo, Robert Swartz explica que los pasos para tomar una decisión pueden resumirse en cuatro:

¿Qué hace necesaria una decisión?

¿Qué opciones tengo?

¿Cuáles son las consecuencias de cada una de ellas, y qué peso tienen?

¿Cuál es la mejor opción a la luz de las consecuencias?

Con este sencillo patrón de razonamiento, los alumnos aprenden a pensar y, practicado con frecuencia, acaba convirtiéndose en su modo natural de pensar y operar.

Para conseguirlo, los alumnos deben transformar la manera de procesar la información del mundo que les rodea. Así, tienen que trabajar en los 16 hábitos destacados por los expertos Arthur Costa y Bena Kallick:

- persistir

- manejar la impulsividad

- escuchar con comprensión y empatía

- empatizar

- crear, imaginar, innovar

- responder con asombro y sorpresa

- tomar riesgos responsables

- desarrollar el sentido del humor

- pensar de manera interdependiente

- permanecer abierto al aprendizaje continuo

- pensar sobre el pensamiento (metacognición)

- ser precisos

- cuestionar y plantear problemas

- aplicar el conocimiento del pasado a una nueva situación

- pensar y comunicarse con claridad y precisión

- recopilar datos a través de todo sentido

Todas estas habilidades se pueden trabajar mediante el uso frecuente de mapas de pensamiento, pensamiento visual y organizadores gráficos, diseñados para organizar tipos de pensamiento en un proceso que acumula información y conduce a una conclusión bien pensada e informada.
 

Beneficios del aprendizaje basado en el pensamiento

- Promueve el aprendizaje activo. Frente a los métodos de enseñanza tradicionales en los que el profesor transmite la información a los alumnos, que sólo tienen que memorizarla, el TBL sitúa al alumno en el centro de su aprendizaje. Es el alumno quien debe construir el conocimiento, mucho más motivador y eficaz.

- Proporciona un conocimiento más profundo y significativo. Al construir su propio aprendizaje y desarrollarlo a través de diversas técnicas y herramientas, el estudiante asimila mejor el conocimiento, analiza, relaciona y alcanza una comprensión más profunda.

- Es muy versátil. Es un método de enseñanza que se puede aplicar a cualquier materia, tema o concepto incluido en el currículo y, además, se puede combinar con muchas otras metodologías activas, como el aprendizaje por proyectos, el trabajo colaborativo o la pedagogía inversa o el aula invertida.

- Permite una evaluación más eficaz. Con el TBL el resultado es sólo una parte del aprendizaje: lo esencial es el procedimiento realizado para llegar al conocimiento. Esto también afecta al proceso de evaluación y, ante un examen o una prueba, los estudiantes no se limitan a recordar lo aprendido, sino que reproducen el proceso, relacionan la información adquirida y demuestran una verdadera comprensión de los conceptos o temas evaluados.

- Aporta habilidades laborales y habilidades para la vida. Este método no solo facilita a los alumnos la comprensión y asimilación de los contenidos curriculares, sino que también les enseña a pensar, les mueve a la reflexión y les anima a dialogar, expresar sus puntos de vista y colaborar. Esto les proporciona diferentes estrategias, destrezas y habilidades de pensamiento que les serán de utilidad a lo largo de su trayectoria estudiantil, laboral y personal, tales como:

• Búsqueda, procesamiento, análisis, clasificación y evaluación de la información
• Creatividad, curiosidad e innovación
• Plantear y resolver problemas
• Toma de decisiones
• Esfuerzo, constancia y superación de errores o retos
• Búsqueda de exactitud, veracidad y precisión
• Autonomía y capacidad de colaboración
• Escucha, comprensión y empatía
• Expresión oral y escrita