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Desayuno: no salgas sin él

Desayuno: no salgas sin él

Son las 7:30 de la mañana, despiertas a tu prole, les vistes, les arreglas, les preparas la mochila de la guarde, mientras, tú terminas de peinarte, lavarte los dientes y calzarte. Miras el reloj y… ¡tarde, como siempre! Coges un paquete de galletas, un par de batidos envasados y… al coche. ¡Directos al cole!

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Papel del desayuno en la alimentación del niño

Este gravísimo error puede resultarte familiar; probablemente porque es una escena que se repite a diario en tu hogar.

Aunque existe la conciencia colectiva de que el desayuno es una de las comidas más importantes del día, las encuestas nos muestran que en la práctica apenas se le presta la atención que se merece.

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El desayuno es esencial para el ritmo y el equilibrio nutricional del niño y debe cubrir el 25-30% del aporte energético del día. Durante la noche, las “baterías” se descargan y las reservas se agotan. Para poner en marcha las funciones vitales, hace falta suministrar rápidamente energía al organismo mediante el proceso de glucólisis, con la que poder moverse, concentrarse, reflexionar, etc.

Generar el hábito de desayunar sentados a la mesa y con tranquilidad es esencial para garantizar un desayuno correcto, aunque esto suponga levantarse un poco más temprano.

Conviene recordar que la ausencia del desayuno no se compensa con la siguiente comida, sino al contrario, favorecerá en todo caso las ganas de picar durante todo el día (generalmente alimentos ricos en lípidos y sin los nutrientes necesarios).

Las consecuencias de no desayunar, o hacerlo de forma insuficiente, interfiere en el rendimiento escolar del pequeño, ya que el cerebro no tiene la glucosa necesaria para funcionar, y puede fomentar el sobrepeso infantil.

Ada Parellada, prestigiosa cocinera y autora del libro ¡Es fácil que coman de todo!, lo explica del siguiente modo: “Contrariamente a lo que pueda parecer, el hábito de desayunar genera sobrepeso en los niños por dos motivos principales. En primer lugar, los niños llegan con hambre exagerada a la hora del recreo y eso hace que piquen demasiado (a menudo bollería industrial); aún están llenos a la hora de la comida, por lo que comen mal y a media tarde vuelven a tener hambre y comen productos poco recomendados. Es un círculo vicioso. Por otro lado, el hecho de no desayunar bien confunde al cuerpo, que no encuentra nutrientes y recurre a las reservas, y así se acostumbra a acumular más, lo que se traduce en más grasas”.

Según el Estudio sobre Hábitos de Desayuno, llevado a cabo por el observatorio Idea Sana Eroski, existe un consumo por debajo de lo recomendado en frutas y un alto consumo de galletas, especialmente entre los más pequeños. Y si bien sí se eligen los lácteos para la comida de la mañana, las cantidades aún son insuficientes, en favor de un consumo excesivo de embutido.
 

El desayuno ideal

El desayuno ideal es aquel que aporta el 30% de las necesidades energéticas totales del día, partido en dos ingestas, lo que significa que el desayuno debe completarse con un bocado a media mañana en el colegio, que no será muy copioso para no quitar el hambre a mediodía.

 

El desayuno debe sustentarse en tres pilares básicos: lácteos, cereales y fruta.

Gráfico desayuno

Lácteos 2 raciones
- Cereales 1,5 raciones
- Fruta 1 ración
- Grasa 0,5 raciones


 

Nutrientes y alimentos en el desayuno

Cereales - Hidratos de carbono: Cereales enteros (avena, chía...), tostadas, biscotes, pan, bocadillo

Fruta - Vitaminas: Una pieza de fruta, un zumo natural (el zumo envasado industrial no equivale a una ración de fruta)

Lácteos - Proteínas: calcio 1 vaso de leche, un yogur, queso, batido natural

Grasa - Grasas saludables: Aceite de oliva, frutos secos, aguacates
 

 

Algunos consejos para un desayuno saludable

1. El niño debe dormir las horas recomendadas según su edad.

2. Deja preparado el día anterior el material para la mañana siguiente (desayuno, ropa, libros, etc.).

3. Conviene crear el hábito de sentarse a la mesa para desayunar, dedicando el tiempo necesario y disfrutar de la compañía.

4. Evita encender la televisión y otras distracciones (jugar videojuegos, leer...) durante el desayuno. (¡El 50% de los niños lo hacen mientras desayunan!)

5. Adecua las dos partes del desayuno en función de los horarios del niño.

6. Varía el menú, para no caer en la monotonía.

7. Varía el contenido de los bocadillos moderando el uso de embutidos por ser ricos en grasa saturada.

8. No abuses de la bollería industrial ni de galletas con alto contenido en grasa.

9. Prepara los alimentos de forma que sean de fácil acceso para el niño (pela y corta la fruta, prepara los bocadillos…)

10. Da ejemplo al niño de qué y cómo se desayuna adecuadamente.


¿Y si el niño no tiene hambre por la mañana?

Antes de desesperarte trata de averiguar la causa de su inapetencia; muchas veces puede ser consecuencia del sueño o bien porque simplemente no le entra nada recién levantado. Si es tu caso apunta este truco: Dale un vaso de agua o un zumo de fruta nada más levantarse. Además de hidratarle después de una larga noche, tras unos minutos –que puedes aprovechar para asearle- le abrirá el apetito.

Ofrécele entonces algo que le guste y, al cabo de un par de semanas, si la “táctica” funciona introduce queso y yogures, después una pieza de fruta, etc. Si ni siquiera así lo consigues, intenta al menos que beba un vaso de leche con cacao soluble y prepárale un bocadillo y una pieza de fruta para el recreo.


Fuentes:

Estudio Sobre Hábitos de Desayuno Idea Sana Eroski http://ideasana.fundacioneroski.es/web/es/15/escuela_3/escuela_3.pdf

Parellada, Ada (2007), ¡Es fácil que coman de todo!, Barcelona, Sigma.

Fecha de actualización: 18-02-2022

Redacción: Lola García-Amado

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