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Precauciones después de la amniocentesis

Precauciones después de la amniocentesis

La amniocentesis es una de las pruebas que más dudas provoca entre las mujeres embarazadas. Se trata de una prueba que se realiza durante el embarazo y que sirve para diagnosticar ciertas enfermedades que tienen que ver con alteraciones de los cromosomas del feto, así como aquellas que no son compatibles con la vida.

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Índice

 

¿Qué es la amniocentesis?

La amniocentesis consiste en el análisis de las células fetales que hay en el líquido amniótico en el que está el bebé. Para ello es necesario recoger una muestra de este fluido. Esto se lleva a cabo introduciendo una fina aguja a través del útero y dentro del saco amniótico, mediante un pinchazo en la pared abdominal de la madre, para extraer de 10 ml a 20 ml de líquido amniótico. Por tanto, se trata de una prueba invasiva, pero que no conlleva muchos riesgos.

El resultado de las pruebas genéticas generalmente se obtiene en un lapso de 8 a 10 días, debido a que las células obtenidas deben cultivarse y posteriormente ser examinadas.
 

¿Cómo cuidarse después de una amniocentesis?

Lo primero que recomiendan los ginecólogos, incluso antes de realizar la prueba, es considerar la posibilidad de acudir a la clínica o centro hospitalario acompañada por algún familiar o amigo que pueda llevarte de vuelta a casa. Y, una vez allí, se recomienda mantener reposo durante un mínimo de 48 horas. No es necesario no salir de la cama, pero sí intentar evitar cualquier actividad que no sea indispensable.

Este descanso es muy importante para restablecer los niveles de líquido y evitar riesgos que pudieran comprometer el bienestar del bebé. Pasadas estas 48 horas, los ginecólogos recomiendan pasar los siguientes tres o cuatro días en reposo relativo, es decir, puedes retomar tu actividad diaria, pero teniendo en cuenta lo siguiente:

- Evita coger peso, arrastrar bultos pesados o realizar movimientos bruscos.

- Evita tener relaciones sexuales.

- No realices ejercicio físico, y mucho menos ejercicios que requieran esfuerzos abdominales.

- No hagas caminatas muy grandes.

- Evita viajar.

Durante este tiempo de reposo es normal sentir algunas molestias. La más habitual son los calambres leves en el abdomen, pero si estos aumentan, se sienten contracciones o se perciben perdidas de sangre o líquido amniótico, lo mejor es que llames rápidamente a tu médico. La fiebre también puede ser un síntoma de alarma, ya que puede ser una señal de una posible infección.

Si no ocurre ningún problema, debes volver al ginecólogo una semana después de la amniocentesis para realizar un control ecográfico y, así, descartar que haya ocurrido ningún problema relacionado con la prueba.

Salvo que el médico lo haya contraindicado, en los momentos inmediatamente después de la amniocentesis es necesario reanudar la movilización de las piernas para mejorar el retorno de la sangre al corazón.

A la hora de dormir, se recomienda tumbarse de lado y, a ser posible, sobre el lado izquierdo. Esta posición ayuda a que la sangre y los nutrientes fluyan hasta el útero y hasta el bebé. Tumbarse boca arriba podría hacer que el peso del útero sobre la vena cava inferior dificultase el flujo de la sangre que le llega al bebé.

Ya sea después de la amniocentesis como durante todo el embarazo, colocarse una almohada entre las piernas puede ayudar a mantener la columna recta y evitar echar el peso de una pierna sobre la otra. Esta almohada no sólo ayuda a mantener la misma postura durante el sueño, sino que sirve para comprimir los músculos de la cadera, como el músculo piramidal, que da muchos problemas de ciática.
 

¿Cuándo se realiza la amniocentesis?

Por lo general este examen suele hacerse entre las semanas 15 y 20 de gestación, el periodo más seguro para llevarla a cabo ya que la cantidad de líquido amniótico ya es suficiente y las posibilidades de escape son menores. En este momento el riesgo de pérdida gestacional es menor que en otro punto del embarazo.
 

¿Qué complicaciones implica una amniocentesis?

Las complicaciones de la amniocentesis son poco frecuentes, el riesgo de aborto es menor si el embarazo se encuentra entre estas semanas, pero entre las complicaciones que podrían ocurrir están:

- Pérdida fetal, aunque esta solo se produce entre un 0’5% y un 1%

- Amenaza de aborto

- Lesiones estructuras vecinas (asa intestino, vejiga etc.), o lesión por aguja, es decir, que la aguja dañe al feto.

- Hematoma de pared abdominal, es lo más normal debido a la punción, pero no supone un riesgo para el bebé.

-Pérdida de líquido amniótico, aunque este se suele resolver por sí solo.

- Corioamnionitis

- Parto pretérmino

- Sensibilización de Rh. La invasión de la aguja en el abdomen de la madre y el saco gestacional puede provocar que las células sanguíneas fetales entren en contacto con el torrente sanguíneo de la madre. Cuando el factor Rh de la madre es negativo y el del bebé positivo, se produce una sensibilización Rh, que hace que el organismo de la madre considere al bebé un cuerpo extraño y produzca anticuerpos para atacarlo. Pero este problema raramente ocurre.


Fuentes:

Hospital General de Catalunya: https://www.hgc.es/es/pacientes-visitantes/consejos-salud/ginecologia/diagnostico-prenatal/amniocentesis

Fecha de actualización: 18-03-2021

Redacción: Cristina Rodríguez

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