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¿Cuáles son los antojos más raros en el embarazo?

¿Cuáles son los antojos más raros en el embarazo?

Cada embarazo es distinto: el peso, la sensación, la actividad del bebé... y, cómo no, los antojos. Muchas mujeres tienen antojos en esta etapa, muchas veces de manera inmediata e inexplicable. Unos son más normales, como algún tipo de galleta o pastel, pero hay otros que nunca te habrías imaginado.

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¿Por qué se producen los antojos en el embarazo?


Durante el embarazo vas a tener que realizar ciertos cambios en tu dieta: dejarás de tomar alimentos crudos, no podrás consumir alcohol… Pero también notarás ciertas reacciones de tu cuerpo hacia la comida. Puede que ese plato que te encantaba, de un día para otro, su olor te produzca náuseas. O, por el contrario, alimentos que no has consumido en tu vida diaria, por alguna extraña razón, se vuelven imprescindibles en tu nevera.

A estos últimos, se les llama antojos de la embarazada. ¿Y quién no ha oído hablar de ellos?

Todas las personas embarazadas son diferentes, pero, en general, los antojos del embarazo comienzan al final del primer trimestre, tienden a alcanzar su punto máximo en el segundo trimestre y luego tienden a disminuir a medida que termina el tercer trimestre.

Las mujeres que deciden dar el pecho también pueden experimentar antojos durante este periodo, además de un mayor apetito.

Hay algunas teorías sobre por qué el embarazo hace que nuestro paladar cambie y por qué ciertos alimentos se vuelven de primera necesidad en este momento.

- Cambios hormonales: el embarazo es una época de profundos cambios hormonales, especialmente durante el primer trimestre. Las hormonas pueden afectar a la experiencia sensorial de la comida, al sentido del olfato y al estado de ánimo, todo lo cual determina qué tipo de alimentos deseas comer.

- Cambios sensoriales: muchas mujeres embarazadas desarrollan especialmente el sentido del olfato, lo que puede condicionar en el tipo de comida que les apetece tomar.

- Cambios en las necesidades nutricionales: las mujeres embarazadas tienen una mayor necesidad de nutrientes como calcio y hierro. Por ello, es posible que sientan antojo de alimentos ricos en estos ingredientes. El problema surge cuando eliges mal la fuente que te va a aportar este nutriente. Si quieres calcio, no es lo mismo comerse una tarrina de helado que un trozo de pescado. Infórmate sobre los nutrientes de los alimentos y acertarás.

- Sentimiento de comodidad: muchas embarazadas simplemente anhelan los alimentos que les brindan una sensación de bienestar, como los dulces y los carbohidratos. También pueden tener antojos de alimentos de la infancia que se asocian con la comodidad y el amor. Cuando se experimentan náuseas durante el embarazo, es posible que apetezca comer los tipos de alimentos que se toman cuando no nos sentimos bien, como sopitas o pescado blanco a la plancha.

- Expectativas culturales: una de las cosas más interesantes sobre los antojos es que la cultura en la que crecimos puede influir en nuestros propios deseos por ciertos alimentos. Por ejemplo, cuando se trata de los antojos del síndrome premenstrual, las mujeres estadounidenses tienden a desear más el chocolate, mientras que las mujeres en Japón tienden a desear el arroz. Los mismos tipos de patrones son ciertos cuando se trata de los antojos del embarazo.
 

Los antojos más raros


A la hora de hablar de antojos raros, la lista es infinita, ya que hay tantas mezclas posibles de alimentos como embarazadas.

Algunas embarazadas mezclan sabores dulces y salados poco comunes, como pepinillos con helado, galletas de chocolate con patatas fritas, pasta con lacasitos, puré de patata con sirope de caramelo, mandarina con salsa picante, aguacate con chocolate, anchoas con nata… cualquier combinación, por rara que parezca, puede realizarse.

Otras, optan por añadir salsa de cierto tipo a todas sus comidas, sin reparar en si los sabores  van a ir bien juntos o no: kétchup a la verdura, salsa picante con garbanzos, queso con mostaza…

También es normal ver que muchas embarazas consumen productos “para niños” que quizá habían apartado de su dieta hace muchos años: yogures batidos, gelatinas, cereales de colores…

Los aderezos para los snacks también pueden ser de todo tipo: un chorrito de limón al plátano, una cucharada de tomate triturado a una magdalena, un poco de crema de cacao encima de un regaliz, chocolate derretido encima del bacon…

Las combinaciones son incontables, y puede que la persona que lo consume hubiera detestado esos sabores hace unos meses, pero por los cambios provocados por el embarazo, ahora le parecen el mayor manjar.
 

Encuentra el equilibrio


Aunque tengas antojos, tienes que recordar que estás embarazada y que todo lo que tú comas le llega a tu bebé. Es por ello que debes cuidar tu alimentación y hacer ejercicio de manera regular.

Los antojos van a seguir estando allí, y no siempre serán fáciles de controlar, pero ten cuidado con ellos si estos contienen grandes cantidades de azúcar o grasas saturadas.

Intenta “engañar” a tu mente haciendo pequeños cambios, como cambiar chocolate con leche por chocolate negro o, si preparas un bizcocho, en vez de agregarle azúcar prueba a endulzarlo con dátiles o plátano. Son pequeñas acciones que tu cuerpo agradecerá.

Si comes bien y te sientes descansada, tendrás ganas de hacer ejercicio en casa o dar un paseo. Si por el contrario consumes demasiados azúcares, es probable que tu cuerpo no responda de la misma manera.

La clave está en encontrar el equilibrio, disfrutar de la comida sana y de vez en cuando darse un capricho de forma consciente.


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 02-11-2020

Redacción: Laura Abad

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