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Ir a la playa embarazada

Ir a la playa embarazada

Con la llegada del verano, lo que más apetece es aprovechar nuestras vacaciones en la playa con nuestra familia. Sin embargo, no debes olvidar que si estás embarazada debes de tener en cuenta una serie de precauciones antes de pisar la playa o la piscina. 

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Índice

 

Consejos para ir a la playa embarazada

Es muy normal que, cuando estés en el periodo gestacional, te surjan dudas sobre lo que se puede o no hacer, sobre todo en los meses de verano. Lo cierto es que la visita a la piscina o a la playa no es un inconveniente si tu embarazo lleva un trascurso normal, sin peligro de aborto espontáneo o parto prematuro. No obstante, debes seguir una serie de pautas para no exponer ante peligros innecesarios a tu bebé:

- Intenta ir a la playa a primera hora de la mañana o al atardecer para evitar las horas de más calor en las que el sol pega con más intensidad.

- Si decides ir a medio día, es mejor que te resguardes a menudo bajo la sombra de la sombrilla. También puedes llevarte un vaporizador para refrescarte con agua frecuentemente.

- Ir a la playa a últimas horas de la tarde ayuda a evitar las famosas bajadas de tensión que sufren las embarazadas.

- Aunque se puedan usar bikinis si te aplicas protección solar, la mejor opción es siempre el bañador premamá. Esto se debe a que si la luz del sol es muy fuerte, puede alterar el ritmo de sueño del feto. Igualmente, la piel de la tripa al estar muy tirante favorece la aparición de quemaduras solares en esta zona.

- Lleva siempre encima la botella de agua fresca para evitar la deshidratación. No te olvides de que tienes que beber con frecuencia.

- Utiliza crema de protección solar superior a 30.

- En los momentos de descanso, el mejor asiento es la silla plegable para evitar agacharnos mucho al sentarnos en las toallas.

- Cuando decidas darte un baño, ten cuidado con las olas fuertes para que no te golpeen en la tripa o espalda.

- No te bañes si hay peligro de medusas o si hay bandera roja a causa del gran oleaje. Asegúrate de estar en una zona que no te cubra y puedas hacer pie. Y entrar poco a poco para que el cuerpo vaya aclimatándose, evitando que se produzca un corte de digestión.

No bucees a mucha profundidad porque los cambios de presión pueden dañar a los órganos del feto que todavía son inmaduros.

- Tampoco te conviene alejarte de la orilla puesto que en el embarazo son muy comunes los calambres en las piernas y podría suponer un impedimento a la hora de salir.

- Si tienes más hijos y son pequeños, intenta pedir ayuda a tu pareja a la hora del baño porque es muy dañino para la espalda coger a más niños cargando ya de por sí al bebé que viene en camino.

- Consulta a tu médico por si acaso, ya que no todos los embarazos son iguales. Si hay complicaciones, como hemorragias, hipertensión o problemas con la placenta, es mejor no moverse mucho.

- Consulta antes dónde hay un hospital o centro de salud cerca por si ocurriera algo mientras estás en la playa.

- Durante las últimas semanas, lo mejor es mojarse solo las piernas o dar un paseo por la orilla, ya que puedes haber expulsado el tapón mucoso sin haberte dado cuenta y un baño de inmersión puede causar una infección uterina.

- Por último, intenta cambiar asiduamente el bañador o bikini para evitar la humedad permanente en la zona genital porque puede provocar la aparición de hongos.
 

Beneficios de ir a la playa embarazada

Ir a la playa embarazada puede ser muy beneficioso para el feto, ya que la playa es sinónimo de relax, tranquilidad, descanso… lo que ayuda a reducir el estrés y las prisas del día a día.

Además, la playa y el mar pueden aportar una serie de beneficios:

- el agua marina aporta muchas sustancias como yodo, magnesio, potasio, sodio, calcio, azufre, que resultan muy beneficiosas para el organismo.

- nadar en el agua mejora la circulación y alivia algunas molestias del embarazo como el dolor de espalda o los edemas. También pasear por la orilla mejora la circulación y evita la retención de líquidos.

- la brisa marina ayuda a oxigenar la sangre y regenerar los alvéolos pulmonares, aportando más oxígeno al feto.

- purifica la piel.

- ayuda a eliminar toxinas.

- el baño en el mar produce una serie de movimientos provocados por la diferencia de presiones, que favorece el retorno venoso, aliviando la pesadez de piernas.

- mejora el tono muscular.

- proporciona felicidad, tranquilidad y paz, aliviando los miedos y las preocupaciones propios de la gestación.


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 22-10-2020

Redacción: Esperanza Pavón

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