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¿Es normal si sangro y estoy embarazada?

¿Es normal si sangro y estoy embarazada?

Sangrar durante el embarazo puede asustarnos mucho, pero hay ocasiones, según cómo sea el sangrado, que no implican riesgo ni peligro para el bebé.

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Sangrados no peligrosos

Lo primero si sangras durante el embarazo es observar cómo es ese sangrado. Es importante saber distinguir las pérdidas ligeras de sangre de las ginecorragias provocadas por un motivo más grave.

Si es leve, de color rosado o marrón, como de sangre antigua, y mucho menor de una regla, en principio no indica nada malo. Este tipo de sangrado en medicina suele deberse a:

- Sangrado de implantación: se produce unos días después de que el óvulo fecundado anide en las paredes del útero. Al implantarse, se produce la ruptura de algunas venas y arterias que irrigan normalmente el endometrio, causando este ligero sangrado unos días después. A veces no es más que una gota de sangre, mientras que otras puede ser un poco mayor, pero nunca muy abundante. Puede durar un par de días, pero nunca más de 5. No es malo, sino un síntoma de que el embarazo se ha producido, eso sí, no todas las mujeres lo experimentan.

- Relaciones sexuales. En las primeras semanas del embarazo es frecuente que tras las relaciones sexuales el extremo del cuello uterino sangre un poco. Esto se debe a que está más irrigado que normalmente y muy sensible. Puedes comentárselo a tu médico en la visita rutinaria pero no suele traer complicaciones.

- Hematomas interdeciduotrofoblásticos. En ocasiones se forma en las primeras semanas de embarazo un hematoma entre la superficie del útero y el tejido propio del embarazo, denominado hematoma interdeciduotrofoblástico. Suele reabsorberse solo aunque a veces requiere reposo hasta que desaparece.

- Traumatismos o golpes en la zona. Como decíamos, las paredes del útero están muy irrigadas durante la gestación, por lo que cualquier golpe o roce en la zona, incluso la exploración del ginecólogo, puede causar un ligero sangrado o metrorragia. 

- Pólipos en el útero. Si no son grandes ni afectan al desarrollo del feto, no hay problema.

- Cambios hormonales: aunque la ovulación se interrumpe durante estos nueve meses, seguirás experimentando cambios hormonales similares en los momentos en los que te tocaría ovular, cambios que pueden dar lugar a pequeños sangrados similares a la hemorragia menstrual.

- Expulsión del tapón mucoso. Si aparece una pequeña cantidad de mucosidad acompañada de algunos hilos de sangre después de la semana 37, lo más probable es que solo sea que has expulsado el tapón mucoso y el cuello uterino está comenzando a dilatarse.

Todos estos sangrados no son peligrosos ni tienen por qué afectar al bebé ni al desarrollo del embarazo. Si te preocupa, puedes consultar a tu médico pero mientras el sangrado sea leve, de color rosado o marrón y desaparezca en un par de días, no hay que darle importancia.


Sangrados que pueden ser peligrosos

Sin embargo, si el sangrado es de color rojo intenso, abundante, dura más de dos días, y va acompañado de otros síntomas como dolor abdominal, vómitos, contracciones, mareos… sí que es indicativo de peligro ya que puede estar causado por alguno de estos problemas:

- Aborto espontáneo: la pérdida del feto en las primeras semanas de embarazo causado por diferentes motivos.

- Embarazo ectópico. El embrión se desarrolla en un lugar diferente al útero, como en la trompa de Falopio, en la cavidad abdominal, etc. El sangrado en estos casos va acompañado de un fuerte dolor abdominal, náuseas y debilidad.

- Embarazo molar. Si la placenta crece de forma anormal durante los primeros meses se convierte en una masa de quistes (llamada mole hidatidiforme) que se parece a un racimo de uvas blancas. Va acompañado de náuseas y vómitos de carácter grave, alta presión arterial y calambres abdominales.

- Vasa previa. Causado por una alteración en la formación de los vasos sanguíneos que irrigan la placenta. La sangre es rojo claro y muy abundante, pero sin dolor.

- Infecciones. Algunas infecciones vaginales (como candidiasis o vaginosis bacteriana) o de transmisión sexual (como la tricomoniasis, la gonorrea, la clamidia o el herpes), pueden provocar irritación en el cuello del útero, dando lugar a una hemorragia.

- Problemas con la placenta. La placenta previa o desprendimiento prematuro de la placenta (cuando la placenta se separa del útero) causan un sangrado intenso y abundante.

En todos estos casos deberás acudir a Urgencias inmediatamente para que el ginecólogo valore, mediante una ecografía y otras pruebas, la causa del sangrado.

Según la misma habrá tratamiento o no ya que en muchos casos no se puede hacer nada y el embarazo se malogra, como en los casos de aborto espontáneo o embarazo ectópico. Otras veces, con reposo absoluto, se puede conseguir que el embarazo llegue a término.

Si está causado por una infección, se tratará la misma con antibióticos.


Fuente:

West, Zita (2007), El cuidado del bebé antes del nacimiento. Ed. Pearson Alhambra.

Fecha de actualización: 15-10-2020

Redacción: Irene García

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