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¿Es normal que duelan las rodillas en el embarazo?

¿Es normal que duelan las rodillas en el embarazo?

El dolor de rodilla durante el embarazo es algo muy común y tiene varias causas posibles. Es importante que acudas a tu médico para que determine la causa y puedas ponerle freno de la manera adecuada.

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Índice

 

¿Por qué me duelen las rodillas?

Las rodillas y las articulaciones en general sufren mucho durante el embarazo. El dolor de rodillas suele ser un efecto de los cambios que sufre el cuerpo, o también puede deberse a lesiones del ligamento o de los tejidos blandos de la rodilla.

Sobre todo, durante el tercer trimestre, las hormonas de las mujeres embarazadas se liberan para aflojar los ligamentos pélvicos y los tendones en la preparación del cuerpo al parto. Pero, estas hormonas, además de flojedad en la zona pélvica, también pueden causarla en otros ligamentos y tendones, como los que están alrededor de las rodillas.

Además, la retención de líquidos puede provocar la hinchazón de las rodillas y causar malestar, aumentando la sensación de pesadez.
 

¿Cómo evitar que me duelan las rodillas?

Algunos consejos para evitar el dolor de tobillos y de articulaciones en general:

- No pases demasiado tiempo de pie: son demasiadas horas de carga y presión para tobillos y rodillas. Evítalo en la medida de lo posible.

- Camina: a muchas mujeres les viene bien caminar. Si decides hacerlo elige una ropa adecuada. Esto te puede ayudar con el dolor de rodillas porque ayuda a controlar el aumento de peso y la retención de líquidos (las causas más comunes de dolor de rodillas en el embarazo). Nadar también puede venirte muy bien.

- Visita a tu médico: tendrá que comprobar que tus niveles de calcio, hierro, vitaminas, etc. están donde deberían. Esto es muy importante ya que puede originar molestias en rodillas, tobillos o articulaciones en general.

- Habla con un especialista que te aconseje cómo moverte, cómo sentarte o cómo levantarte. Es precisamente al levantarte y sentarte cuando más sufren las rodillas.

- Pon los pies en alto: así mejorarás la circulación y evitarás la retención de líquidos. Puedes poner unos cojines debajo de las piernas y sentarte tranquilamente.

- Utiliza medias elásticas de compresión, es recomendable que las uses incluso en verano, ya que favorecen la circulación de retorno.

- Cuando te estés duchando, recorre despacio las piernas de abajo arriba, alternando el agua templada y la fría.

- No abuses del consumo de sal y de café, ambas sustancias favorecen la retención de líquidos en el organismo.

 

¿Cómo puedo fortalecer mis articulaciones?

Lo mejor es trabajar los músculos del abdomen, la espalda y las piernas para fortalecer las articulaciones y evitar su carga excesiva. Es especialmente importante trabajar el músculo abdominal transverso en las primeras en las primeras etapas del embarazo.

Es recomendable (pero no necesario) acudir a sesiones de gimnasia prenatal, pero puedes hacer ejercicio en caso. Algunos de estos ejercicios que puedes hacer son:

- Ponte a gatas si tu pelvis lo soporta. En esta posición aprieta el ombligo hacia dentro sin mover la zona lumbar. Mantén esta postura durante unos segundos y luego suelta. Realiza diez repeticiones tres veces al día, pero no te sientas mal si no logras tu objetivo. Si no lo logras, puedes volver a intentarlo mañana.

- Puedes hacer el mismo ejercicio sentada en una silla. Pon una mano en la parte inferior del estómago y la otra en la zona lumbar. Aprieta el ombligo hacia dentro y mantenlo apretado unos segundos antes de soltarlo. Asegúrate de que la zona lumbar no se mueve. Repite este ejercicio al menos diez veces y con tres veces al día.

También es importante ejercitar el suelo pélvico durante todo el embarazo, haciéndolo más estable desde el interior. Puedes ejercitar los músculos del suelo pélvico así:

- Túmbate de lado con una almohada entre las piernas. Contrae los músculos alrededor del recto, la vagina y la uretra, hasta que sientas un ligero movimiento hacia arriba dentro del cuerpo. Intenta mantener cada contracción 6 u 8 segundos. A medida que tu suelo pélvico se fortalezca, puedes aumentar la duración de las contracciones.

Puedes hacer estos ejercicios sentada o de pie. Cualquier ocasión es buena; en el coche, en la cola de la tienda para pagar, etc. Para evitar la incontinencia debes continuar estos ejercicios después de haber dado a luz.

 

¿Cuándo cesará el dolor de rodillas?

Después del parto no se vuelve a la normalidad al instante, tendrás que ser paciente. Después de haber dado a luz, las rodillas (y todas las articulaciones) siguen inflamados por la retención de líquidos y la falta de movimiento.

Esta situación irá remitiendo poco a poco, favoreciendo también la desaparición total de las molestias de rodillas y tobillos en el embarazo.

No obstante, tanto durante el embarazo como en el posparto, ante cualquier situación de dolor importante, lo mejor es consultar con tu médico o profesional de medicinade confianza para que estudie con detalle tu situación y pueda recomendarte la mejor de las soluciones.

 

¿Qué otros trastornos de las piernas son frecuentes en el embarazo?

- Varices: el 20% de las mujeres sufre de varices durante el embarazo. Las varices son venas dilatadas que se ven como líneas azules transparentes a través de la piel. Algunas veces, cuando están muy hinchadas, producen dolor. Normalmente es algo hereditario, pero pueden aparecer por muchos factores como la presión de las venas de las piernas por el propio embarazo, pasar muchas horas de pie, el calor, por la acción de las hormonas femeninas, etc. Estas suelen remitir después del parto.

- Calambres: son espasmos musculares dolorosos, normalmente se localizan en la pantorrilla. Suelen darse cuando estás tumbada (por la noche o por la mañana) y son más frecuentes a partir del segundo trimestre. Los calambres pueden tener su origen en la sobrecarga de trabajo a la que están sometidos tus músculos y huesos, pero en ocasiones evidencian un déficit de potasio en la dieta.

- Pesadez: la molestia más común. Se debe, sobre todo, al aumento de peso y a la retención de líquidos, que dificulta la circulación de retorno al corazón.


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