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¿Es normal que duelan las ingles en el embarazo?

¿Es normal que duelan las ingles en el embarazo?

Desde el inicio del embarazo vas a experimentar numerosos cambios en tu cuerpo que pueden ocasionar diferentes molestias, incluso dolor en la zona púbica o en las inglés. Cada mujer lo puede vivir de una forma diferente, pero no te preocupes, es totalmente normal.

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Indice

 

¿Cómo se llama médicamente el dolor en la ingle?

El dolor en la ingle durante el embarazo se denomina pubalgia o sínfisis púbica. Es una dolencia muy típica en los deportistas y que se puede presentar durante el embarazo debido a una combinación de factores biomecánicos y hormonales.

Es una dolencia bastante común en el embarazo, en medicina se estima que el 20% de las embarazadas pueden presentar un grado de dolor en la pelvis durante la gestación y de estas, el 5% lo padecen de forma severa y hasta las inhabilita en su vida diaria.
 

¿Representa algún peligro para el niño? ¿Y para la madre?

El dolor en la ingle no representa ningún peligro ni problemas para el niño que está por nacer. En cambio sí para la madre que se enfrenta a ausentismo laboral, depresión y hasta a problemas conyugales o con su entorno.

Esto se debe a que la madre sufre un dolor crónico que le afecta anímicamente, no duerme bien, lo que hace que se frustre y se enfade más ya que ven que su nivel de calidad de vida ha disminuido.
 

¿Qué cambios producen el dolor en las inglés durante el embarazo?

- Cambios físicos: a medida que los meses pasan las paredes abdominales se irán expandiendo para albergar al feto.

- Cambios posturales: con el aumento del volumen del embarazo se van produciendo adaptaciones en tu postura, no siempre correctamente y que pueden traer consecuencias negativas. Así, es habitual que el dolor aparezca en la zona pélvica, en la ingle o incluso en el glúteo con irradiación a la pierna.

La sensación dolorosa es frecuente cuando te encuentras de pie o caminando, también se puede percibir dolor cuando se está mucho tiempo en la misma postura o al cambiar de posición por las noches en la cama. Los síntomas pueden aparecer hacia el primer trimestre del embarazo y prolongarse varios meses después del parto.

Se debe tener en cuenta que no está clara la relación entre el grado de relajación de la sínfisis púbica y el nivel de dolor e incapacidad funcional.

- Cambios hormonales: en el embarazo la hormona relaxina se incrementa de modo notable para favorecer la distensión de articulaciones y ligamentos. Esta laxitud puede ser molesta o dolorosa.

De hecho, si la laxitud es muy grande en la zona pélvica puede llegar a provocar (en algunos casos) una disfunción de la sínfisis púbica. Si el dolor persiste o aumenta lo mejor es consultar con tu médico o matrona.

Se puede considerar normal que se produzca una mínima separación, que no llega a ser considerada patología y que puede ser molesta sin llegar a ser dolorosa. Cuando se produce dolor e incapacidad en la zona de la pelvis y la ingles es cuando hablamos de la disfunción de la sínfisis púbica.
 

¿Cómo se diagnostica la pubalgia?

El diagnóstico de la pubalgia se realiza en base a los síntomas y al examen físico.

El estudio por imágenes suele ser útil, en cambio, su uso es poco frecuente durante el embarazo y se reservan para los casos más severos. Existen ciertas maniobras que ayudan a aislar e identificar el dolor como la abducción y la flexión de los músculos.

El manejo del problema va a depender de la situación en la que se encuentra la paciente, es decir, si está gestando, durante el parto o el puerperio. Durante el embarazo se te debe explicar claramente la condición por la que está pasando, tanto a ti como a tu familia. Se recomienda restringir las actividades que empeoran el dolor.
 

¿Hay algún tratamiento o medida preventiva para el dolor de ingle?

El manejo de este dolor es uno de los aspectos más importantes del tratamiento. Debe ser efectivo desde las primeras etapas, para prevenir el círculo vicioso de dolor crónico y los posibles estados depresivos. En los casos normales se recetan analgésicos, mientras que en los casos más graves como la estimulación nerviosa transcutánea (que está contraindicada en el embarazo, pero se debe usar en los casos necesarios).

Para prevenir el dolor, o no permitir que este aumente se puede:

- Hacer ejercicio de modo habitual, siempre que tu médico no te indique lo contrario. Para esto es muy beneficioso la natación, aunque debes evitar nadar estilo braza o cualquier movimiento brusco.

- Reeducación postural. Procura, cuando estés sentada, apoyar correctamente la espalda.

- Evita cargar peso o realizar movimientos bruscos, es mejor ir más despacio, pero más segura. Ten en cuenta cómo entras o sales del coche, cómo subes o bajas escaleras o cómo levantas objetos pesados. Es mejor realizar movimientos lentos y de forma cuidadosa.

- Es preferible moverse despacio, pero con frecuencia.

- Evita permanecer mucho tiempo en la misma posición.

- Evita realizar aquellas actividades que te causen dolor.

- Practica ejercicios de Kegel para fortalecer la zona pélvica y ejercicios de refuerzo de la cincha abdominal de forma regular, dirigidos por un profesional de fisioterapia, nos puede ayudar a reducir la sobrecarga sobre la pelvis durante el embarazo.

Además, es recomendable consultar con un fisioterapeuta especializado, quién te ayudará al ofrecerte un amplio abanico de técnicas que te ayudarán a sentirte mucho mejor.
 

¿Puede haber otras causas del dolor de ingles durante el embarazo?

Existe un amplio conjunto de causas, estas son las más frecuentes:

- Presencia de tumores ginecológicos benignos (miomas): estos, dependiendo de su tamaño y localización, pueden llegar a producir dolor.

- Quistes o infecciones en los ovarios: en ocasiones también producen dolor pélvico más o menos agudo.

- Problemas graves del embarazo: embarazo ectópico, aborto espontáneo o amenaza de aborto.

- Causas no ginecológicas: muchas patologías pueden provocar dolor en la ingle o en la zona pélvica. Un ejemplo de estas serían: gastroenteritis, hernias inguinales, cistitis (infección de orina), apendicitis, obstrucción intestinal, diverticulitis (formación de bolsas en la pared del intestino), enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome del colon irritable, pielonefritis (infección del riñón y de la pelvis), etc.

Consulta con tu médico para asegurarte de que no se trate de nada grave, aunque seguramente el dolor de ingles sea debido a las circunstancias normales del propio embarazo y desaparezca tras el parto.


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