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Cuidados de la piel en el embarazo

Cuidados de la piel en el embarazo

Sentirse guapa en cualquier etapa de nuestra vida es fundamental para estar bien con nosotras mismas. Los cuidados estéticos engloban un conjunto de actividades, cada vez más demandadas, que harán que nuestra parte externa del cuerpo luzca viva y llena de luz. En el caso de las embarazadas estos cuidados prepararán al cuerpo durante  la gestación ante los cambios que se avecinan y ayudarán a que la recuperación después del parto sea más rápida y eficaz

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Índice

 

La piel en el embarazo

La piel del cuerpo, por lo general, se torna seca y sensible. Esto produce una aparición temprana de pequeñas arruguitas, evitables siempre y cuando sobrehidrates tu piel a diario recurriendo a productos de aseo específicos para este tipo de pieles, sensibles y especiales. 

En la gestación, además, la revolución hormonal que se produce provoca una disminución considerable de las glándulas sebáceas. Esto, unido a los kilos que se engordan en estos meses, hace que aparezcan diversos problemas en la piel como la aparición de estrías, acné o manchas.

No dejes de aplicarte, a diario, cremas hidratantes y nutritivas.
 

Estrías en el embarazo


1 de cada 2 mujeres las padecen. Suelen aparecer en abdomen, pecho, caderas, glúteos y piernas y son muchos los factores que pueden intervenir en su aparición, como son los cambios hormonales, la edad, el peso, la calidad del colágeno o la herencia genética. En el caso de las gestantes es propicio que aparezcan debido a la ruptura de fibras de colágeno y elastina que son las encargadas de proporcionar elasticidad y firmeza en la piel. Cuando se rompen, se reemplazan por unas fibras más delgadas que son recubiertas por una piel más débil similar a las de cualquier cicatriz. Dependiendo de la severidad de estas pueden incluso doler o llegar a sangrar, por eso, es importante crearse el hábito de usar cremas antiestrías o aceites nutritivos.

Una vez las estrías aparecen es más complicado eliminarlas, aunque se puede conseguir cuando todavía están rosadas, ya que ese color implica que la sangre todavía circula por ellas. Una vez se vuelven blancas se convierten en una cicatriz, por lo que solo se pieden eliminar con tratamientos estéticos.

Para prevenirlas, debes hidratar bien tu piel a diario desde incluso antes del embarazo. Además, debes beber al menos dos litros de agua al día, llevar una alimentación sana y usar cremas antiestrías. Las mejores son las que tienen altos niveles de ácidos grasos esenciales como el aceite de rosa de mosqueta. También es necesario también controlar el peso en estos meses para evitar el rompimiento de las fibras de colágeno y hacer ejercicio de manera regular.
 

Manchas en el embarazo


La acción de las hormonas durante el embarazo afecta incluso a la pigmentación de la piel, llevando a que se acumulen excesos en determinadas zonas del cuerpo como son la cara y el abdomen. Es el caso de la llamada “línea alba” que, como indica su nombre, no es más que una línea oscura que se extiende del ombligo al pubis. También los pezones se oscurecen, pero vuelven a su tono normal después de dar a luz, del mismo modo que la línea alba desaparece a los meses.

El problema es que aparezcan manchas en la cara, lo que se conoce como cloasma o paño del embarazo. Estas manchas suelen desaparecer tras el parto, pero pueden permanecer si no cuidas tu piel en estos meses.

La aparición de estas manchas se retrasa si se evitan las exposiciones prolongadas al sol o usando cremas de protección solar adecuadas. Usa también gorro y gafas de sol y evita el sol en las horas centrales del día.



Acné en el embarazo


Los brotes de acné entre las embarazadas son bastante comunes y más aún si la gestante durante la menstruación también lo ha padecido. A algunas mujeres se les reseca la piel y a otras, ante el aumento del nivel hormonal, los poros les producen más grasa. Suele ocurrir durante el primer trimestre de embarazo y, a medida que transcurre, el acné desaparece.

La mejor forma de tratar el acné es someterse a una limpieza facial. Para las que no lo sepáis, una limpieza facial es eficaz para limpiar y tonificar la piel. Se lleva a cabo una exfoliación o un peeling, se extraen los comedones con ayuda de vapor (para abrir el poro) y se culmina con un masaje hidratante. Es un proceso que dura alrededor de 1 hora y 30 minutos y que si se lleva a cabo con sumo cuidado, resulta muy relajante.

Además, hay que limpiar bien la cara por la mañana y por la noche con agua y un jabón neutro y evitar cosméticos con una textura muy grasa. Después del lavado, aplícate un tónico que evita la grasa, no te frotes la piel al secarte y nada de explotarse los granos, ya que puede quedar cicatriz.

También puedes recurrir a productos naturales contra el acné como el limón, la papaya, la lima, la pulpa de tomate, etc.

 


Fuente:

Blott, Maggie (2015), Tu embarazo día a día, Barcelona, Ed. Planeta.

Fecha de actualización: 03-07-2020

Redacción: Lola García-Amado

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