Embarazo con fibromialgia

Índice

• ¿Afecta la fibromialgia al embarazo?
• La fibromialgia: qué es, síntomas y tratamiento
• ¿Cómo tratar la fibromialgia?
• ¿Qué es el Mindfulness?

 

¿Afecta la fibromialgia al embarazo?

La fibromialgia es una enfermedad reumatológica de medicina. Sin embargo, aunque su origen es neurológico, todavía no se han encontrado causas orgánicas demostrables por lo que serían sus síntomas en conjunto los que la definen y caracterizan, es decir, dolor en músculos, huesos, ligamentos y articulaciones, cansancio, insomnio, dolores de cabeza o ansiedad. Como puede desarrollarse a cualquier edad, debes tener en cuenta que puede producirse también mientras estás embarazada. Esta, además, se trata de una enfermedad que pueden padecer tanto hombres como mujeres, aunque es más común entre las mujeres y suele aparecer entre los 20 y los 50 años.

El 90% de los pacientes diagnosticados con fibromialgia son mujeres y muchas de ellas embarazadas, aunque en ocasiones se dude sobre si esta enfermedad es o no compatible con el embarazo… La respuesta está clara: sí, la fibromialgia y el embarazo son compatibles y no es incompatible en absoluto con un embarazo correcto y un bebé sano, pero como en todo, aquí las opiniones también son muy diversas pues a pesar de que algunos especialistas explican que, durante el embarazo, los síntomas de la fibromialgia disminuyen por la hormona ovárica que se conoce con el nombre de relaxina, que ayudaría a mitigar los dolores en general y, en consecuencia, a relajar músculos y hacer disminuir el dolor crónico que provoca la fibromialgia, debemos tener en cuenta que hace ya algunos años se realizó un estudio en Noruega en el que se observó el embarazo de mujeres totalmente sanas y el de aquellas mujeres que padecían fibromialgia. La investigación demostró que las que padecían dicha patología veían agravados sus síntomas y que, según ellas mismas reportaron, padecieron un drástico incremento del dolor, especialmente durante el tercer trimestre de embarazo.

En cuanto a la medicación, se puede continuar con ella, pero el médico debe valorar qué medicamentos son los más aconsejados en estos meses para evitar daños al feto y las dosis adecuadas. También se pueden tomar analgésicos para el dolor crónico. 

Lo que no se aconseja son antiinflamatorios AINE ni opioides.

Sin embargo, los bebés nacían sanos, a término y no había ningún tipo de incidencia en el parto ni era necesario recurrir a la cesárea, aunque lo que sí reveló el estudio fue que el posparto se volvía mucho más duro y complicado pues había una tendencia notable a padecer depresión posparto por la dureza de este. Por tanto, se deduce que lo que hay que de verdad tener en cuenta al padecer fibromialgia es si podrá lactar o no el bebé ya que, aunque se puede dar el pecho si la madre sufre fibromialgia, el dolor muscular crónico de la propia enfermedad puede hacer más difícil esta práctica y, en función del grado de tolerancia al dolor y el estado de la madre, el médico va a ser quien aconseje o no seguir con la lactancia materna.

La fibromialgia: qué es, síntomas y tratamiento

El principal problema de dicha enfermedad es que es un sufrimiento real y la respuesta de enfermedad se activa en el organismo, pero se desconoce el origen común, a pesar de que las últimas investigaciones apuntan a que existe una alteración del sistema neurológico que lleva a un mal funcionamiento de las vías del dolor lo que modifica la percepción de este a la vez que produce otros trastornos asociados.

Como veíamos, no existen unas causas específicas y conocidas que produzcan la fibromialgia, pero es cierto que los genes parecen tener un papel relevante y hacer que algunas personas tengan una mayor predisposición a padecer esta enfermedad. No obstante, es importante saber que existen una serie de factores que podrían actuar como desencadenantes como es el caso de un accidente o algún otro problema grave. También es probable que se produzca ante alguna situación que nos genera mucho estrés.

En cuanto a los síntomas, aquellos que determinan fehacientemente su diagnóstico son el dolor y el cansancio, pero estos siempre suelen acompañarse de trastornos de sueño, ansiedad, depresión y dificultades de concentración o memoria. No existen como tal unas pruebas diagnósticas que puedan determinar que existe realmente esta enfermedad, pero a veces sí se realizan pruebas para excluir que existe la afección. Y aunque la fibromialgia pueda aparecer en el transcurso de otras enfermedades y comparte señales con otras dolencias, es importante saber que el conjunto de síntomas es muy característico por lo que se hace cada vez más sencillo y rápido determinar si existe o no realmente.

¿Cómo tratar la fibromialgia?

Antes de tratar la fibromialgia hay que tener en cuenta tres factores:

- la fibromialgia es una enfermedad crónica, pero no es degenerativa

- evoluciona en brotes por lo que en su trascurso se suele pasar por mejores etapas

- no existe un tratamiento curativo como tal, aunque sí es posible aliviar los síntomas y conseguir un mayor bienestar general

A pesar de que hasta el momento se podía tratar con fisioterapia, educación postural y también con fármacos que actúan sobre el sistema nervioso, actualmente existe una práctica que está muy de moda y que, aseguran, contribuye a aliviar el dolor crónico, pero también a no abandonarnos por completo en una vida sedentaria, y seguir, por supuesto, unos hábitos saludables tanto en la alimentación como en el ejercicio físico diario moderado. Hablamos de la técnica del Mindfulness que, según un estudio publicado en la revista Cognitive Therapy and Research, “el impacto que la fibromialgia tiene en la calidad de vida de las personas disminuye tras un programa de ocho semanas de mindfulness”.

La cirugía no es útil en este caso.

¿Qué es el Mindfulness?

El Mindfulness también conocido como atención plena o conciencia plena es una práctica basada en la meditación vispassana, que es una de las técnicas de meditación más antiguas de la India y que consiste en ver las cosas tal como son. Mindfulness consiste en prestar atención desapasionada a los sentimientos, pensamientos, emociones, sensaciones corporales y el ambiente circundante. La atención se enfoca en lo que se percibe, sin preocuparse por los problemas, por sus causas y consecuencias, ni tampoco buscar soluciones.

Mindfulness es un antiguo sinónimo en inglés de “attention”, que estuvo en desuso hasta el año 1981 cuando un magistrado británico en Ceylán lo recuperó como tradición del concepto budista o “memoria del presente” en lengua litúrgica. Casi un siglo más tarde, ya en la década de 1970, Jon-Kabat Zinn lo eligió para nombrar la meditación en su programa con el fin de salvar las reticencias existentes en ese tiempo hacia la mística oriental, dándole el significado que ahora tiene: “conciencia que surge al prestar atención con el propósito enfocado en el momento presente y sin juzgar”.

Las mujeres embarazadas también pueden practicarlo y, además, esta práctica aporta muchísimos beneficios según las investigaciones que se han llevado a cabo al respecto. La práctica Mindfulness en mujeres embarazadas puede proteger la salud del bebé y el bienestar de las mujeres y de sus bebés durante el embarazo favoreciendo, además, un parto más relajado. Pero, quizás lo más importante del Mindfulness, es que ayuda a las mujeres embarazadas a disminuir el estrés y a mantener el ánimo, algo fundamental ya que, recordemos, este es uno de los factores desencadenantes de la fibromialgia.

Finalmente, es importante recordar que las mujeres no pasan todo el embarazo en un estado relajado y radiante ya que, de hecho, lo que suelen experimentar son más bien preocupaciones y molestias nocturnas tanto físicas como el cansancio o mentales.

¿Y tú? ¿Todavía no has probado la técnica del Mindfulness contra la fibromialgia?