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Cómo cuidar a un bebé que llora mucho

Cómo cuidar a un bebé que llora mucho

Todos los bebés lloran para comunicarse con sus padres e indicarles que les pasa algo, pero algunos lo hacen tan a menudo que pueden llegar a desesperar a sus papás, que ya no saben qué más hacer para calmarlos. Para todos ellos, paciencia, amor y unos cuantos truquitos.

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Índice

 

¿Por qué mi bebé llora tanto?

Los bebés reflejan su personalidad desde recién nacidos, incluso desde el embarazo y el parto. Así, algunos son más tranquilos y calmados, mientras que otros son más activos y nerviosos. Del mismo modo, no todos los bebés lloran con la misma intensidad ni frecuencia. Mientras que algunos apenas se quejan, otros se pasan el día llorando reclamando la atención de sus padres. Y es que el llanto es el único medio que tienen los bebés para hacerse entender y decirles a sus padres que tienen hambre, frío, un problema de salud, sueño o miedo.

Por lo tanto, es habitual que los bebés lloren a menudo hasta los 4 o 5 meses de vida, ya que es su única forma de comunicación. Y, como decíamos, algunos bebés son más sensibles y lloran más que otros.

Por eso, si tu bebé es de los que lloran mucho, lo mejor que puedes hacer es armarte de paciencia y leer estos consejos, seguro que alguno funciona.
 

Consejos para calmar a un bebé que llora mucho

1. Cógelo en brazos. Eso es lo primero que debes hacer cada vez que tu neonato llore: cogerlo en brazos y comprobar que no le ocurre nada. Puede que tenga hambre, sueño, esté incómodo, tenga gases o, simplemente, necesite el contacto de sus papás. Comprueba si necesita algo. Si no le pasa nada, mécelo en tus brazos. No hagas caso de las personas que dicen que no hay que cogerlos cada vez que lloran porque se acostumbran. Los bebés necesitan estar en brazos de sus padres y, una vez que aprendan a gatear y moverse, verás cómo lo último que pide son tus brazos.

Además, puedes colocarlo con su cabeza cerca de tu corazón, escuchar el ritmo de tus latidos le calmará.

2. Háblale y cántale. El sonido de tu voz es lo primero que tu pequeño oyó cuando estaba dentro de tu tripa, por lo que tu simple voz le tranquiliza. Cuéntale cosas en voz baja y calmada o cántale esa nana que siempre le cantas.

3. Ponle ruido blanco. El ruido blanco es un sonido en el que todas las frecuencias están al mismo volumen, sin sobresalir ninguna sobre la otra. Este tipo de sonidos constantes ayudan a calmar al bebé al aislarle de los ruidos externos. Puedes comprar una máquina de ruido blanco con diversos sonidos (latido de corazón, naturaleza, olas…) o descargarte una aplicación en tu móvil. También funcionan ruidos como el de la lavadora o el secador, pero eso te obliga a usar esos electrodomésticos.

Un consejo, no uses el ruido blanco demasiado ni si el bebé no llora ya que hay estudios que afirman que el uso excesivo de este tipo de sonido puede dificultar el desarrollo auditivo del bebé.

4. Acaríciale o hazle masajes. El contacto físico estimula receptores en el cerebro que calman al bebé. Un abrazo o una caricia pueden tranquilizarle. Los masajes también son muy beneficiosos, sobre todo si el bebé sufre cólicos.

5. Recrea el vientre materno. Al nacer los bebés llegan a un mundo luminoso, hostil y ruidoso, por lo que es normal que echen de menos su hogar anterior. Por ello, imitar el ambiente del útero puede ayudarle. Envuélvele en una sábana o mantita con los brazos extendidos a lo largo de su cuerpo y emite ruidos rítmicos. Acúnale suavemente y dale el chupete.

6. Paséalo de pie mirando hacia fuera. Los niños son muy cotillas y les encanta ver todo lo que pasa a su alrededor. Cógelo con su espalda apoyada en tu pecho de tal manera que pueda ver todo lo que pasa y paséalo. Les encanta que estés de pie y te muevas y no suele gustarles que los tengas cogidos en brazos sentado y quieto. ¡Mira el lado bueno! Harás mucho ejercicio.

7. Dale un baño. El agua suele encantar a todos los bebés, y además los calma. Si no para de llorar, prepárale un baño de agua calentita y coloca sus juguetes dentro.

8. Paséalo por la calle o en coche. Salir a dar una vuelta a la calle suele funcionar. Puedes pasearlo en el carrito, en la mochila portabebés o en el automóvil. El movimiento y el aire libre seguro que hacen que deje de llorar e incluso que se eche una siestecita.

9. No pierdas los nervios. Si te pones nervioso, tu bebé llorará más. Tienes que procurar mantener la calma y, si ves que ya no puedes más, deja al bebé con tu pareja o con otra persona un rato. El cambio de brazos puede funcionar.

10. Vigila las visitas. Durante los primeros meses de vida del bebé es normal que recibas muchas visitas, pero a veces estas pueden alterar al niño y ponerle nervioso, haciendo que luego le cueste dormir o llore más de lo normal. Por eso, debes intentar que las visitas sean espaciadas y nunca mucha gente a la vez. No significa que aísles a tu hijo, sino que controles el estrés.

11. Dale el pecho. Es la solución estrella que siempre funciona: ponerle al pecho, incluso si no tiene hambre el pequeño se calmará ya que sentirá el calor y el amor de mamá, a la vez que oye su corazón y puede mamar. La lactancia materna casi nunca falla.

Si nada funciona y no para de llorar, consulta a su profesional de medicina. 


Fuentes:

Nieto, Marianela; Hernández, Manuela (2009), Ya estoy en casa. Preguntas y respuestas clave para el cuidado del bebé. Eduforma.

Mahé, Véronique (2008), Los 100 primeros días del bebé, Barcelona, Robin Book.

Fecha de actualización: 04-10-2021

Redacción: Irene García

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