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Cómo calmar a un bebé que llora mucho

Cómo calmar a un bebé que llora mucho

Pedir ayuda es el principal motivo por el que llora un recién nacido. Durante sus primeros meses de vida solo sabrá comunicarse a través del llanto. Una señal de alarma primitiva que tiene como consecuencia la respuesta inmediata de sus padres que acuden a atender sus necesidades. Aunque en ocasiones esta respuesta puede traducirse en desesperación y deseos de acompañar al bebé en el llanto

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Indice

 

¿Por qué llora un bebé?

Durante los primeros meses de vida tras el embarazo y el parto el recién nacido llora con mucha frecuencia. Afortunadamente a partir del tercer mes se reducirá considerablemente el tiempo del llanto.

Existen varias razones que explican por qué llora un bebé: dolor, sueño, incomodidad, hambre, soledad, falta de estimulación, exceso de estimulación, frustración, vacuna. Los bebés no pueden decirnos ”tengo hambre”, “el pañal está mojado y me molesta” o “me aburro aquí tumbado todo el día” y en lugar de eso no les queda más remedio que llorar… y llorar, y llorar… algunas veces, a ojos de sus padres, sin ninguna razón aparente.

Seguramente ya lo has intentado todo. Has revisado su pañal, acaba de mamar, y ha dormido suficiente. ¿Por qué no se calla? No te pongas en lo peor. Durante los primeros meses y semanas del neonato, tal vez por su todavía inmaduro sistema nervioso, un bebé puede molestarse o enfadarse por cualquier cosa, por ejemplo por algunos olores, ruidos o sensaciones a los que son más sensibles. Pronto, a medida que pasen los días, irás descubriendo qué le hace sentir mal, y lo mejor, a qué se debe cada sollozo.

 

Consejos para calmar al bebé

Aunque no todos los trucos funcionan para todos los bebés aquí te dejamos algunas técnicas para calmar a tu bebé cuando las lágrimas afloren. Pronto encontrarás la forma que más reconforta a tu pequeño.

Háblale: El sonido familiar y cercano de la voz de mamá es una de las formas más eficaces para calmar a un bebé. Háblale despacio y dulcemente sin perder la calma. Le aportará seguridad.

Tócale: El tacto y el contacto físico estimula receptores en el cerebro que calman al bebé. Un buen abrazo puede tranquilizarle. Prueba también a abrazarle a un peluche o a una mantita suave. El masaje es igualmente muy eficaz, especialemente si sufre de cólicos. Un masaje abdominal puede sentarle muy bien. También puedes tumbarlo boca arriba y cogiéndolo por los tobillos, hacerle movimientos circulares con sus piernas, como si estuviera pedaleando.

Otro truco, si está incómodo por los gases, es colocarlo sobre tu hombro. La tripita deberá estar a la altura de tu hombro, y su cabeza y cuello colgando por detrás. Sujétale bien la cabeza si todavía no es capaz de hacerlo por si solo.

Al ritmo de tu corazón: Sujeta a tu bebé en posición vertical contra tu pecho, de forma que su cabeza descanse a la altura de tu corazón. Sentirá el ritmo de los latidos y se calmará.

Recrea el vientre materno: Al nacer los bebés llegan a un mundo luminoso, hostil y ruidoso. Es normal que echen de menos su anterior “hogar”. Imitar, dentro de lo posible, su antiguo entorno puede apaciguarle. Para ello, envuélvele en una sábana o mantita con los brazos extendidos a lo largo de su cuerpo. Cógele manteniéndole acostado sobre un lateral o sobre sutripa y no sobre suespalda. Emite ruidos rítmicos, si no lo consigues, acércale para que oiga el ruido de la lavadora o de un ventilador o bien pon en marcha la aspiradora o un secador de pelo. Acúnale suavemente y déjale que se chupe el dedo o succione el chupete.

La sillita de la reina: Cuando tu bebé esté enfurruñado y quisquilloso, intenta lo siguiente; le permitirá distraerse viendo lo que ocurre a su alrededor: Sujétalo contra tu pecho de espaldas a ti. Con una mano le coges por el culete como si estuviera sentado sobre ella y con la otra rodeas su pecho agarrándole por debajo de sus bracitos. Mécele un poco y camina.

Un buen baño: Las propiedades relajantes de un baño de agua tibia sumadas al sonido del chorro del agua cayendo pueden hacer maravillas.

Distráele: Ofrécele un juguete o un objeto nuevo que llame su atención. Mostrarle un espejo también es una estupenda idea para distraerle de su mal humor o su aburrimiento.

Dale una vuelta en coche: Prueba a llevarlo de paseo en coche un par de manzanas. El constante movimiento además del sonido del motor, le harán caer redondo.

¡Saca la cantante que llevas dentro!: Cantar a tu bebé, es uno de los trucos para calmarle con más éxito. No te preocupes si desafinas o si no te acuerdas de la letra de la canción. ¡Invéntatela! Ya sabes que la música amansa a las fieras. Prueba con nanas, canciones lentas, etc. El cuerpo responde a la música adaptándo el ritmo cardiaco y la respiración a la velocidad de la música.

Ponle al pecho: el contacto con tu pecho, la lactancia y tu calor le calmarán y le ayudarán a  dejar de llorar, incluso cuando no tenga hambre. 

Ante todo procura no perder los nervios: Seguramente en más de una ocasión os hayais visto superados por el llanto del bebé, pero mantener la calma es fundamental. Tu bebé notará la tensión y reaccionará contagiádose de ella, lo que se convertirá en un círculo vicioso difícil de romper. Aunque no conviene dejarle llorar hasta que se calle, no pasa nada por ignorarle cinco minutos mientras tú te tranquilizas y piensas otra forma de calmarle. También puedes turnarte con tu pareja para serenarle. Tampoco dudes en pedir ayuda a un familiar, un amigo o incluso a un profesional si fuera necesario.

 

¿Qué evitar cuando el bebé está llorando mucho?

Ponerle el chupete inmediatamente: Los primeros días no es recomendable el uso del chupete. Después podrás ofrecérselo, y sin duda le calmará. Aunque se aconseja tratar de averiguar qué es lo que provoca el llanto antes de recurrir a ello.

Darle de comer: Si le ofreces el biberón o tu pecho cada vez que llore incluso antes de asegurarte que tiene hambre, le enseñarás que la comida es una forma de calmarse o apaciguar su ansiedad. Un hábito que puede desembocar en futuros trastornos alimenticios.

Probar todas las formas de calmar al bebé a la vez: Lógicamente estos trucos no son un bálsamo milagroso para callar aun bebé. Algunos funcionarán en algunos niños, otros lo harán de vez en cuando y con otros tardaréis algún tiempo hasta que resulten eficaces. Tened paciencia. Si probais uno y a los pocos minutos otro, le cambiais de postura continuamente o le agitais nerviosamente solo consiguiréis que el niño se excite más y vuestros esfuerzos sean contraproducentes.

No obstante si los llantos persisten, o estais preocupados consultar cuanto antes al experto en pediatría por si sus llantos se deben a un problema de salud o enfermedad.

 

 


Fuente:

Mahé, Véronique (2008), Los 100 primeros días del bebé, Barcelona, Robin Book.

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Fecha de actualización: 13-07-2021

Redacción: Lola García-Amado

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